martes, 5 de octubre de 2010

Maharal de Praga



Por profesor Mauricio Kameniecki

El rabino Ieudá Loew ben Besalel, conocido por el seudónimo Maharal (Moreinu HaRav Loeb) de Praga, nació alrededor del año 1525, probablemente en Poznán y falleció el 17 de septiembre de 1609 (18 de Elul de 5369) pertenecía a una familia distinguida que se preciaba de descender del rey David.
Ocupó el rabinato de las ciudades de Nikolsburgo, Moravia, y luego de Praga, donde dirigió la comunidad y ejerció la rectoría de la escuela talmúdica. Fue una extraordinaria personalidad como erudito en ciencias hebreas y generales. Entre sus discípulos se encuentran hombres notables, entre ellos los rabinos Iom Tob Lipman Heller y David Ganz. El Maharal de Praga fue autor de unas quince obras rabínicas, siendo la más importante “Gur Arie” (Cachorro de León) un un comentario sobre la exégesis de Rashi a la Torá (Pentateuco).
El 16 de febrero de 1592 fue llamado por el emperador de Austria, Rodolfo II para mantener una reunión, que fue secreta, y nunco se supo lo que se trato durante aquella larga audiencia.
A pesar de la reputación que disfrutó en vida este rabino, la posteridad lo habría probablemente relegado a un olvido relativo, como lo hizo con otras luminarias. Su duradera fama, sin embargo, no se base en su erudicción, sino en cuentos legendarios de milagrosos poderes. Numerosas leyendas, que la fantasía popular tejió alrededor de su vida dan cuenta de ello.
En el siglo XV I, los judíos de Praga sufrieron severa opresión y periódicas expulsiones. También se sentían atormentados por una erupción de libelos sobre rituales sangrientos. La corte real era un nido de intrigas contra los judíos. Estos, afortunadamente, no carecían de amigos influyentes. El astrónomo Tico Brahe, que se encontraba en círculos gubernamentales de influencia, mantenía conctactos estrechos con el Maharal, así pudo tener informado al rabino sobre los últimos movimientos, e hizo posible iniciar contramedidas. Dado que la relación del rabino con Tico Brahe no fue ampliamente conocida, la fuente de información permaneció sin ser revelada.
Esto condujo a la circulación de la historia de un misterioso “Golem”, un robot que hab{ia sido creado por el Maharal, para cumplir sus órdenes. El “Golem” fue supuestamente creado con arcilla y activado por medio de un pergamino insertado en su boca, en el que estaba escrito un sal. El rabino retiraba el pergamino los viernes por la tarde para que el “Golem” no profanase el Shabat.
Sin embargo, cuando el rabino olvidó una vez retirar el pergamino a tiempo, resolvió abstenerse en el futuro vida a su creación.
El “Golem” podía frustra los designios de los enemigos de los judíos, porque también cuentan, era invisible la mayor parte del tiempo. De esta manera podía penetrar en el palacio real y remover los decretos anti-judíos del escritorio del rey.
La historia del “Golem” ganó amplio crédito y se perpetuó en la literatura judía y no judía.
La Municipalidad de Praga, en 1917, erigió una estatua al rabino Iehudá Loew, el Maharal.
La historia puede cuestionar la veracidad de los milagros que se le atribuyen a este rabino, pero es innegable que la estatua escapó milagrosamente de la destrucción llevada a cabo por los nazis, durante su ocupación de Praga.

Fuente: Kashrut y Mitzvot

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