jueves, 28 de octubre de 2010

POR GILAD- PILAR RAHOLA‏

Hoy domingo, a eso de las diez de la mañana, empezará la marcha por Gilad Shalit en Barcelona. Saldrá de Francesc Macià y culminará en el Palau de Pedralbes. La marcha ha sido convocada por las Comunidades Judías, con el apoyo de miembros de las iglesias evangélicas, protestantes y católicas, y su lema es la libertad de Gilad. Su hermano Joel estará presente. Esta marcha se añade a las que ya se han producido en París, Londres, Ginebra, Roma, Nueva York y Jerusalén y tiene como voluntad poner a Barcelona en el mapa de las ciudades que se han solidarizado con la tragedia de este joven secuestrado desde hace cuatro años, cuando un grupo de terroristas palestinos cruzó la frontera israelí, atacó un convoy de soldados cerca de Kerem Shalom, mató a dos de ellos –el teniente Hanan Barak y el sargento Pavel Slutzker– y secuestró a Gilad, que entonces tenía 19 años. Cuatro años después, Hamas aún no ha permitido que Cruz Roja visite al joven, lo cual deja en muy mala posición a la histórica organización, que mantiene refugiados en sus oficinas de Jerusalén a tres miembros de Hamas reclamados por actos terroristas. Es decir, la Cruz Roja es usada por Hamas para esconder a terroristas y es tirada a la basura cuando debe ejercer su papel humanitario. Pero hay más, porque el drama de Gilad también deja sin máscara a la gente de la famosa flotilla de la libertad, que se negó a llevar a Gaza una carta de su padre, para ser entregada a sus captores. Aunque ello no resulta sorprendente, porque determinados militantes del radicalismo se mueven más por su aversión patológica contra Israel que por su vinculación a cualquier otra causa. En ellos, Palestina es la excusa de un renovado antisemitismo, vinculado esta vez, no al clásico de la extrema derecha, sino a posiciones de extrema izquierda. Por eso hay víctimas que "les gustan" y otras que ni siquiera consideran como tales.

Más allá de las miserias de determinados voceros de la obsesión antiisraelí, la terrible situación de este joven ha movilizado a muchas instituciones en el mundo. Las ciudades de París, Roma, Miami y Nueva Orleans lo han proclamado ciudadano honorario, Jimmy Carter se ha implicado, e incluso Dimitri Medvedev, cuyo Gobierno es el único europeo que mantiene relaciones directas con Hamas, ha urgido su liberación. Pero Hamas lo usa como motivo permanente de chantaje, pide liberar a miles de presos y juega con su vida sin ninguna piedad, ni para él, ni para su familia. Nada, por otro lado, extraño en una organización fundamentalista violenta. Hoy, pues, Barcelona alzará la voz por Gilad, en una manifestación por la vida. No se prevé la llegada de Joan Saura, ni nadie enseñará pistolitas ni se gritará a favor de grupos terroristas ni se señalará a periodistas. Eso forma parte de otros estilos y nada tienen que ver con las causas justas.

Fuente: La Vanguardia- España

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