jueves, 5 de diciembre de 2013

Cuba/Jánuca. El vicepresidente Miguel Díaz Canel encendió la quinta vela con la comunidad judía

Itongadol/AJN.- “El domingo hicimos una fiesta comunitaria de Jánuca en el Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba, a la cual asistieron unos 450 miembros activos y el vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros de la República, Miguel Díaz Canel (el primero desde la derecha en la foto, seguido por la presidenta de la entidad, Adela Dworin, y el entrevistado), quien prendió la quinta vela y manifestó que se sentía muy halagado al ver el muy exitoso trabajo que hacemos para mantener la tradición y costumbres judías”, subrayó el subtitular de la misma, David Prinstein, en declaraciones exclusivas a la Agencia Judía de Noticias (AJN) desde La Habana. El dirigente destacó la “muy buena” relación con el gobierno, ya que “la comunidad es atendida y escuchada en todos los momentos por la alta dirección del país”. Asimismo, “con la presidenta, Adela Dworin, visitamos al contratista estadounidense que está preso, para transmitirle tranquilidad espiritual”, reveló en referencia a Alan Gross, quien fue condenado a 15 años de prisión por espionaje, debido a la distribución de computadoras y equipos de comunicación a miembros de la comunidad judía, en virtud de un contrato con el Departamento de Estado estadounidense, y padece varios problemas de salud. Por otra parte, “este mes se cumple un año de haber regularizado (a través de un proceso de conversión al judaísmo) a un centenar de judeodescendientes de La Habana, tras lo cual se celebraron 28 bodas bajo la jupá (palio nupcial), con nuestro rabino Samuel Steinhendler, que viene cada dos meses de Chile desde hace 22 años, para mantener un trabajo de preparación y educación a toda la comunidad”, resaltó Prinstein. “La comunidad judía de Cuba tiene unas 1.300 personas y una historia muy peculiar: un antes, con 15.000 judíos antes de (la revolución de) 1959; un después, cuando quedó totalmente devastada y no había quien practicara el judaísmo; y un presente, con un creciente desarrollo comunitario”, describió en un diálogo anterior con AJN, durante las Macabeadas de Israel, en julio. “Nunca fuimos una religión perseguida, sino que no había relación del gobierno marxista-leninista con las diversas confesiones; de hecho, las sinagogas se mantuvieron abiertas y es gracias a la persistencia y la fe de personas como Adela Dworin que estamos aquí”, reconoció el vicepresidente de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba. “En los años ’90, José Miller, quien fuera presidente de nuestra comunidad por 30 años, le hizo una propuesta al American Joint Distribution Committe para que nos ayudara en una etapa de reorganización, y empezamos a fomentar programas y proyectos comunitarios que nods dieran prosperidad”, recordó. “Uno de los más importantes fue hacer una escuela dominical, además de la educación estatal, con transporte organizado y apoyado por el Joint, para trasmitir historia, tradición, hebreo, etc., porque tenemos al judaísmo como un elemento importante en la historia universal”, la cual “cuenta con aproximadamente 50 niños y jóvenes”, informó Prinstein. “Tenemos matriculado a un 67 por ciento de los judíos de La Habana, y de ellos, más del 60 por ciento son niños y jóvenes; es decir que estamos garantizando una buena continuidad”, se entusiasmó.