lunes, 30 de diciembre de 2013
Cruce de artillería y cohetes entre Israel y el Líbano
TEL AVIV. ESPECIAL - Marcelo Kisislevsky
La calma que reinaba en la frontera entre Israel y el Líbano fue quebrada en la mañana de ayer por un cohete de fabricación rusa, Katiusha, que cayó en terreno abierto israelí, cerca de la ciudad norteña de Kiriat Shmona. El misil, de unos 122 milímetros de calibre, no provocó víctimas ni daños materiales, y fue parte de una ráfaga de unos cinco misiles, la mayoría de los cuales cayeron del lado libanés, según registraron los radares israelíes. El ejército israelí respondió lanzando más de 30 bombas de mortero contra la fuente de los disparos, pero tampoco causó víctimas.
Israel presentó una queja formal ante la FINUL (Fuerza Internacional de las Naciones Unidas en el Líbano). El portavoz de esta fuerza de paz, Andre Tananti, indicó que se iniciaron contactos con ambas partes a fin de prevenir una escalada de violencia y restaurar la calma. Agregó que existe la colaboración con el ejército regular libanés para localizar el lugar desde donde fue lanzada la ráfaga de misiles.
El último incidente de este tipo había ocurrido hace unos seis meses, cuando cuatro misiles Katiusha fueron disparados desde el Líbano. Uno de ellos fue interceptado en el norte israelí por una batería del sistema israelí de misiles anti-misiles apostada en Haifa. Otro misil, sin embargo, cayó en zona urbana provocando daños a siete viviendas y tres automóviles.
Según distintos analistas israelíes, los disparos de ayer no fueron lanzados por la organización shiíta Hezbollah, sino por una facción islamista radical sunnita perteneciente a la órbita de la Jihad Mundial. Estas facciones están abocadas a apoyar la revuelta sunnita en Siria contra el régimen de Bashar Al Assad y, desde esta perspectiva, complicar a su enemigo Hezbollah, milicia aliada de Assad, en un nuevo enfrentamiento con Israel.
El premier israelí, Benjamin Netanyahu, no obstante, adjudicó la responsabilidad a Hezbollah y al gobierno del Líbano. “Lo que ocurre”, dijo en la reunión semanal de gabinete ayer, “es que Hezbollah apuesta miles de misiles y cohetes en casas de familia, perpetrando dos crímenes de guerra simultáneos: amenazando con disparar contra civiles y luego ocultándose entre población civil. Y lo hace con la anuencia del gobierno libanés”.
Junto con los atentados terroristas que han recrudecido por goteo en los territorios de Cisjordania en las últimas semanas al compás de las negociaciones bilaterales palestino-israelíes, también la frontera con el Líbano parece calentarse. Hace dos semanas un soldado de la reserva israelí murió por disparos de un soldado del ejército regular libanés. El ejército del Líbano dijo que se trató de la “conducta personal de uno de sus soldados”.