viernes, 1 de abril de 2016

La ONU, sin percaterse, demuestra su responsabilidad en el conflicto palestino-israelí
por Marcelo Wio




 
 
Una clave de hasta qué punto la Organización de las Naciones Unidas, principalmente a través de su agencia ad hoc para “refugiados” palestinos, la UNRWA (con sus definiciones también ad hoc de refugiados), tiene responsabilidad en el conflicto palestino-israelí, era ofrecida la propia ONU.
En su portal multimedia, la ONU informaba:
“La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) [no palestinos] organizará este miércoles en Ginebra una conferencia de alto nivel para evaluar e impulsar las oportunidades de reasentamiento de los refugiados sirios que se encuentran en los países limítrofes con Siria
El portavoz de ACNUR, Adrian Edwards, detalló que el encuentro discutirá la necesidad de aumentar la capacidad de los programas de reasentamientoa largo plazo y que en los últimos años varios países se han comprometido a distintosesquemas de acogida de esos refugiados”.
El reasentamiento fue una solución en 1947 para musulmanes e hundúes y sikhs de la India y el recién creado Pakistán (unos14 millones de refugiados). Lo que ha valido, y vale, para todos, no valió ni vale para los palestinos. Y es que este último, es el único caso en el que está presente Israel – en este caso, había que convertir los entre 700 y 800 mil refugiados árabes residentes en el Mandato palestino, en millones.
La pepetuación (y multiplicación) de la condición de “refugiados” (y de su precaridad y resentemiento) garantiza la perpetuación y sobredimensionamiento del conflicto – y, así, también de la propia UNRWA -.
 
 
 
En 2013 Abbas rechazó el acuerdo negociado por las Naciones Unidas con Israel para permitir que los “refugiados palestinos” en Siria (principalmente en el “campo” de Yarmouk – un barrio en toda regla), se reasentasen en Cisjordania y Gaza.
Pero, ¿por qué hizo eso Abbas?
Él mismo lo explicó así ante periodistas egipcios:
“...rechazamos eso y dijimos que es mejor que mueran en Siria a que renuncien a su derecho de retorno”.
Es decir, Abbas reconocía de manera implícita que los “refugiados” (como concepto estratégico)y el inexistente “derecho de retorno” son herramientas a ser utilizadas contra Israel, y que están por encima de la vida de los palestinos.
 
 
 
En definitiva, la ONU, en lo que a los palestinos se refiere, parece haber ido dando, de manera obediente, los pasos precisos para intentar hacer realidad la sentencia de Sahar Habash, uno de los consejeros de Arafat: “El ‘derecho de retorno' es la carta ganadora, que significa liquidar a Israel”.
Un “derecho” inventado que existe sólo en la voluntariosa imaginación de los que, precisamente, se proponen acabar con el único Estado judío. Mas, no es, ni mucho menos, la primera fabricación que “la cuestión palestina” ha visto.
 

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