viernes, 15 de octubre de 2010

Lo del ministro no fue una metáfora, sino una profanación

PorSergio Bergman. Rabino



Repudiamos las declaraciones inaceptables del ministro Boudou, tanto en el agravio a periodistas como ante la profanación de la Shoá.

No fue una metáfora sino una profanación.

El ministro, que habló de más, junto a un Ejecutivo, que habló de menos; avalando en silencio cómplice sus dichos , han profanado la memoria de una de las tragedias humanas donde la comunidad judía es custodia de recordar lo que por acciones u omisiones la humanidad habilitó que sucediera en el exterminio masivo de seis millones de judíos. No vamos a permitir que los genocidios perpetrados en la eliminación de un otro como otro, por el solo hecho de ser diferente, sea utilizado para acciones tan deplorables, como ver a un ministro persiguiendo a periodistas que no escriben su versión de las cosas.

Tampoco aceptamos, 48 horas después de un silencio imperdonable, montar una escena de disculparse sin arrepentirse.

Hablar de “metáfora” de un genocidio, y negarse a disculparse ante los periodistas agredidos, confirma que la soberbia y el desprecio de quienes no piensan como uno, ya son una forma asumida de ejercer y abusar de las investiduras y de la falta de límites en el uso del poder.

Es también claro nuestro rechazo a la lamentable actuación de la DAIA.

Es inadmisible permitir montar una escena de disculpas cosméticas y superficiales, rectificar un comunicado luego de difundirlo; haciéndolo funcional a la lógica del ministro; justificándolo en su versión, en lugar de condenarlo; trivializando así, la gravedad de lo ocurrido bajo la figura de metáfora, en lugar de darle la entidad que corresponde a un vergonzoso insulto.

La AMIA tampoco asumió su lugar.

El silencio cómplice de mantener una posición servil de estar con el poder, en lugar de defender la dignidad de los principios, nos resulta inadmisible. Prestar su cena anual para recibir al ministro que nos agravia, nos pone en una situación que rechazamos y repudiamos hasta tanto no haya un sincero arrepentimiento y un pedido de perdón explícito y público, tanto a los periodistas como a la memoria de la Shoa.

Fuente: Diario Clarin

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