lunes, 2 de diciembre de 2013

Sr. Presidente Obama; los Reyes Magos son los padres

Barack Hussein Obama II Habiéndome educado en una país de la diáspora y dentro del seno de una familia totalmente asimilada, recuerdo aun cuando era niño, la alegría que me producía levantarme los 6 de enero y encontrar en la puerta de mi pieza, junto a los zapatitos que había dejado previamente, ansiados regalos que meticulosamente iba eligiendo los días previos. Concurría con mi madre a las grandes tiendas del centro de Buenos Aires donde luego de largas colas, me encontraba con tres individuos disfrazados de reyes y rodeados de juguetes recibían la carta que había dictado a mi madre con mi pedido y depositábamos en una gran montaña de cartas similares con pedidos del mismo tipo. La noche del 5 de enero era la mas esperada del año. Tenía un hechizo especial y a la mañana siguiente jugando con amigos en un parque cercano, llegábamos a festejar una jornada inolvidable. Todos concurríamos con los objetos que nos habían obsequiados y los días de Reyes quedaron imborrables en mi memoria. Pasaron los primeros años y por conversaciones con niños un poco mayores que yo me enteré que todo ese sueño era una farsa y que realmente los que ponían los regalos eran los padres. Me resistí a aceptar la verdad y aprovechando que tenía un hermano menor y que le seguían realizando regalos, no comunique mi descubrimiento a mis padres y seguí gozando de esas ventajas un tiempo más. La desmitificación del mito fue un duro golpe para mí, pero encontré consuelo en saber que aceptando la triste realidad y hablando del tema con mis padres, ya me consideraban un “adulto”. Según la leyenda los Reyes Magos partían de lejanas tierras, creo que eran en Persia, y guiados por una estrella mágica arribaban a Belén, que ya por ese entonces estaba poblada por judíos. Ahora con el tiempo la historia viene con algunas modificaciones. Los Reyes Magos se reúnen en Ginebra y bajo la influencia total y absoluta, y hasta podemos decir con cierta imposición de los Estados Unidos de Norte América el grupo de los 5 más 1 resuelven incorporarse a la vieja tradición y aceptan hacer el camino inverso. Desde la ciudad suiza los representantes de los países líderes del mundo aceptan creer que por arte de magia, en Irán se han convertido todos en buenísimas personas y de la noche a la mañana van a suspender su proyecto nuclear que ya lleva varios lustros. La inocencia raya con la mentira. El proyecto es casi inmoral. Creer que Irán reducirá su desarrollo nuclear es de incrédulos. Un rico país como Irán está viviendo momentos económicos muy difíciles. El estrangulamiento económico que le ha producido el bloqueo económico ha dado sus frutos y en estos momentos tienen carencia de productos esenciales y les resulta difícil exportar su petróleo. Como el petróleo no se come, por ahora, han tenido que mostrar una parte pequeñas de sus cartas y aceptar un trato que les hace ganar tiempo. Por lo menos seis meses. Luego comenzarán con sus negociaciones a lo árabe y podrán ganar mas tiempo aun. El proyecto no lo suspenderán, seguirán amenazando a Israel, Arabia Saudita y los países del Golfo y luego el Sr. Obama y sus obligados aliados, tendrán una decepción tan grande como la mía, como cuando tuve que confesar a mi padre que ya sabía que los Reyes Magos eran ellos. Pero por un tiempo la farsa se mantuvo. La única y remota posibilidad que queda es que, como el acuerdo se firma vísperas de Janucá, se produzca el milagro y sea cumplido por las partes. Pero ya a esta altura de mi vida soy escéptico ni creo en los Reyes Magos ni el los milagros de Janucá. Cont. Víctor Vaisman