viernes, 21 de marzo de 2008

Discurso del Ministro de Seguridad de Israel en Acto con motivo de un nuevo aniversario del atentado de la Embajada de Israel

Acá, precisamente en este lugar, un terrorista suicida detonó un coche bomba en el que había 400 kilos de explosivos.
El terrorista tenía un solo y único objetivo: matar la mayor cantidad de personas en la Embajada.
Sólo porque eran israelíes.
Sólo porque eran judíos.
Sólo porque ellos trabajaban en la Embajada de Israel.
El terrorista suicida comprendía que como consecuencia de la explosión también iban a ser heridas personas que no tenían ningún vínculo con la Embajada de Israel.
Los asesinos de Hezbollah que planificaron el atentado y enviaron al terrorista, sabían que frente al edificio de la Embajada había un asilo de ancianos, que por la calle Arroyo caminarían transeúntes, que muy cerca hay una Iglesia y allí, personas. Y que todos ellos serían alcanzados: algunos morirían, algunos serían heridos.
Los diplomáticos en la Embajada de Irán en Buenos Aires, que colaboraron con los que planificaron y ejecutaron el atentado, sabían bien que en la explosión que escucharon hace 16 años hoy, fueron asesinados y heridos muchos argentinos.
Los iraníes sabían, los terroristas de Hezbollah sabían, los que colaboraron con ellos sasbían. Sabían y planificaron. Sabían y ejecutaron, sabían y asesinaron a personas inocentes, ciudadanos y diplomáticos israelíes en la Embajada, vecinos que habitaban en la misma calle, transeúntes que pasaban por allí, en el momento inadecuado.
Lamentablemente, a lo largo de mi carrera en el Sistema de Seguridad de Israel, fui testigo de no pocos atentados muy duros.
También vi las consecuencias de coches bomba cuando trabajé en Gaza y en Líbano.
Pero el cuadro que ví acá, dos días después del terrible atentado, era especialmente duro:
la Embajada que se derrumbó sobre sus empleados,
la casa de enfrente que albergaba muchos ancianos,
la iglesia que fue dañada severamente,
la calle que parecía un campo de batalla.
Fui enviado desde Israel para trabajar junto con los factores de seguridad de Argentina, sobre la investigación del atentado. Trabajamos juntos, los hombres de Seguridad de Argentina y los hombres de Seguridad de Israel durante tres semanas.
Hasta que comprendimos cómo ejecutaron los terroristas el terrible atentado.
Tuvimos éxito en comprender cómo lo realizaron, pero no logramos entender por qué.
¿Por qué eligieron atentar contra israelíes fuera de Medinat Israel?
¿Por qué eligieron precisamente la Argentina?
¿Por qué era necesario asesinar veinte personas fuera de la Embajada, y herir doscientas más?

Las respuestas no están vinculadas con la investigación del atentado acá.
Las respuestas están vinculadas con algo más profundo.
Las respuestas están vinculadas con un estado dirigido por líderes desquiciados, con Irán.
Desde allí se activa la organización terrorista Hezbollah, que ejecuta actos de terror en el mundo para el liderazgo iraní, esperando que el mundo no relacione el atentado con Irán.
Pero acá en Argentina relacionó la justicia entre los atentados e Irán.
Una relación inteligente.
Una relación valiente.
Una relación exacta.
No hay motivo alguno para asombrarse de la crueldad de los líderes iraníes.
Todos recordamos que diez años antes del atentado acá, los líderes iraníes enviaron niños iraníes de doce años para que “limpiaran” con sus cuerpos campos minados para los tanques en la guerra contra Iraq.
Si no sienten piedad por sus propios hijos, por qué nos asombramos de que sus corazones no alberguen piedad respecto de otros.
Respecto de ciudadanos inocentes en Argentina.
Respecto de ciudadanos inocentes en Israel.

El mundo ya demostró que liderazgos crueles, líderes que no reconocen la soberanía de las naciones y el derecho de los pueblos a existir, están destinados a perder el poder.
El destino de la dirigencia iraní depende de las actitudes que asuman los líderes del mundo “cuerdo”. Líderes que no permitirán que atentados como los que ocurrieron en Buenos Aires se repitan, sin que haya una reacción acorde, la reacción necesaria.

Sea el recuerdo de los 29 asesinados Bendito.

Traducción realizada por la Prof. Batia D. de Nemirovsky

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