viernes, 14 de marzo de 2008

La mujer y la espiritualidad en el mundo moderno

Constantemente, a nivel internacional, se habla de realizar esfuerzos por alcanzar la igualdad entre los hombres y mujeres como condiciones para el logro de la justicia, la paz y el desarrollo. Sin embargo, los resultados nos demuestran que algo está fallando en el enfoque utilizado para conseguir estos objetivos.
Hoy en día, vemos que las mujeres han sufrido mucho más que los hombres como producto del desarrollo. Los hombres se sienten cada vez menos responsables del hogar, y a la vez, se les han otorgado más medios con los cuales buscar poder, dinero, honor y diversión.
Las mujeres, por otro lado, están perdiendo el hogar como eje fundamental, los hijos dejan sus casas a temprana edad, los divorcios están a la orden del día, y en medio de esta situación, quedan ellas envueltas en una encrucijada sin satisfacer sus profundas demandas internas.
Por eso, no es de sorprendernos que el número de mujeres que sufren de depresión es el doble que el de los hombres, tal como lo demuestra el más reciente estudio del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés).

De vuelta a las raíces
Una apreciación del tema de género desde su raíz podría traernos a una situación más promisoria. Analizar los derechos de la mujer nada más desde la perspectiva terrenal y no desde la óptica de su de- sarrollo espiritual, hace que nos quedemos cortos en reconocer el papel tan importante que ésta juega en el mundo moderno y en la historia de la humanidad en general.
La Cábala asigna a la mujer el papel principal en el mundo, porque es ella la encargada de la continuidad, perpetuando a la humanidad de generación en generación.
Puesto que ella forma la base para la generación siguiente -educándola y apoyándola-, el progreso en general, la vida en sí, sería imposible sin la mujer.
Esto proviene de nuestras raíces espirituales, porque la Creación es de género femenino. Según la Cábala, el mundo existe alrededor de la mujer. Maljut -que representa el ser creado en general- es un componente femenino del mundo, mientras que Zeir Anpin -su parte masculina que representa la fuerza del Creador- existe solamente para ayudarle a satisfacer sus deseos, o como se le llama en la Cábala, llenarla de Luz.

Aprendiendo a recibir
La Cábala es llamada la ciencia de la recepción", porque nos enseña cómo recibir, lograr la eterna felicidad, tranquilidad, serenidad, paz y amor ilimitados. Es decir, nos enseña que en lugar de agotar nuestra vida persiguiendo metas efímeras, que tarde o temprano pierden su atracción, podemos aprender cómo recibir el placer que permanezca para siempre.
Los cabalistas de todas las generaciones han estado preservando y desarrollando este método para traerlo a nosotros y hacerlo adecuado para ser utilizado en nuestro tiempo, cuando fuera necesario corregir el egoísmo que habría alcanzado su máximo nivel, tal como lo explica el Libro del Zohar.
La cooperación armoniosa entre los dos sexos, sin embargo, es fundamental en el logro de esta Meta. Complementar uno al otro en vez de chocarnos, aportando lo que sólo nosotros podemos, cada uno con sus cualidades inherentes, es lo que nos conduce eventualmente a la felicidad.
No obstante, esto no ocurre de manera repentina o casual, sino que es un proceso gradual que da inicio al desearlo consciente y personalmente.

El mundo, el hogar de todos
En nuestro mundo nada sucede de manera accidental. Todo lo que traspasa de un nivel a otro es el efecto descendiente de las fuerzas de lo Alto. Y si algo repentinamente nos parece como un acontecimiento inesperado, fortuito, es solamente por nuestra percepción limitada. Si viéramos el sistema entero del mundo, la interacción total, nos daríamos cuenta que todo tiene una causa y un efecto.
Esto significa que para poder afectar un cambio verdadero en el mundo en general, y en nuestras relaciones personales, en particular, es imprescindible ascender al nivel de donde se originan los cambios.
Sin embargo, vemos que no sólo que la humanidad no haya ganado acceso a los secretos de la vida, sino que incluso aquellos marcos que han sido establecidos con una finalidad específica para el desarrollo de la sociedad, tales como la familia, la procreación, y demás, están perdiendo más y más su valor, a causa del creciente egoísmo.
En cambio, hemos creado un universo artificial para auto-satisfacernos, empujándonos hacia un estado de profunda crisis en las parejas, en las relaciones entre padres e hijos, y a todo nivel.
No obstante, esta crisis en la que nos encontramos, tiene un propósito: que comprendamos que para poder no sólo llegar a una vida feliz, sino a una tolerable, es necesario establecer una relación consciente con la fuerza gobernante del mundo, la parte de la naturaleza que se oculta actualmente de nosotros. Si pudiéramos lograrlo, mediante la adopción de Sus leyes, es decir, equilibrándonos con la naturaleza, alcanzaríamos la felicidad absoluta, hombres y mujeres -uno al lado del otro-, en perfecta armonía.

Fuente: Aurora Digital

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