martes, 16 de abril de 2013
2879 años después del Rey
“Y nosotros cortaremos en el Líbano la madera que necesites, y te la traeremos en balsas por el mar hasta Yafo, y tú la harás llevar hasta Jerusalén.” (Crónicas 2:16)
En el libro de “Divrei Haiamim” (Crónicas), el Rey Salómon dialoga con Hiram para conseguir y llevar la madera necesaria para la construcción del Primer Templo. Este hecho que nos relata la Biblia quizás parezca un simple pasaje de la biblia en el proceso constructivo del Primer Templo, sin embargo para el 11 de abril no lo es.
Nada menos que 2879 años después la cooperativa “Ajuzat Bait” fue la responsable de dar lugar a la primera ciudad moderna construida en el futuro Estado de Israel.
Hacia 1909 fueron adquiridos los primeros terrenos e influenciado por el movimiento inglés “Garden City” (Ciudad Jardín) que buscaba una ciudad moderna y con espacios verdes amplios sumado a la arquitectura Bauhaus, que a posteriori diera al nombre “Ciudad Blanca”, debía contrastar a la pequeña y atestada ciudad portuaria-industrial ya existente “Yafo”. Primero barrio de Yafo, Tel Aviv (Monte de la Primavera) rápidamente supero en población para luego fusionarse a la primera y convertirse en un único municipio Tel Aviv-Yafo.
Hoy en día aquel poblado se ha vuelto una urbe con altos edificios, turismo incesante y una ciudad “que no para”. De día o de noche miles y miles de personas la recorren y se encantan con ella. En 2011 fue calificada como el mejor destino Gay por encima de otras como Nueva York, Toronto y Londres.
Un oasis entre sus vecinos y el Medio Oriente en general, Tel Aviv se ha vuelto un refugio para todos aquellos quienes desean expresar su orientación sexual con total libertad.
Quién pasea por Tel Aviv no puede eludir su parecido con nuestro querido Montevideo por sus espacios verdes, su rambla y su cosmopolita sociedad.
El rey Salomón, recién coronado, tiene un sueño en el que Dios se le aparece y le ofrece concederle un deseo. Salomón le pide ser sabio y justo para poder llevar su pueblo, y le es concedido. (Reyes 3)
Quizás ni Salomón en el mejor de sus sueños y deseos hubiera pensado que el puerto utilizado para la llegada de materias primas se convertiría en una ciudad referente para el mundo entero.