domingo, 28 de abril de 2013

CULTURA

**Once Rosas** Once rosas, mis manos te entregaron y tu las acunaste, en tus brazos, como si fuera un bebé, con amor de madre, con pasión de amante, con gran placer… Once rosas recibiste y oliendo su ramo, te enamoraste de él. Algunas de tallo largo, otras de corto; pero todos ellas tenían el aroma del perfume más deseado: que es el aroma de mujer enamorada, de mujer que espera, que se siente cerca del momento feliz… Once rosas, algunas de colores rojo carmín, como mi pasión, otras amarillas, que marca la envidia y muchas blancas, que son signo de pureza por un amor sublime, puro, que dicta el corazón… Once rosas, algunos pequeños pimpollos, que asoman a la vida, otras, en flor madura, que conoce de risas y pesares; pero todas eran rosas la flor de los enamorados, de un amor perpetuo, indomable y eterno… Once rosas en tus brazos representaban un jardín y en tu rostro, se vislumbraba la dulce lágrima que brota de mujer enamorada. En ellas hundiste el rostro, para ocultar tu rubor, mientras tus manos temblaban y acariciaban, cada pétalo y en un murmullo escuché tu voz agradeciendo mi gesto, dando gracias al Señor por tener en tus manos, mi humilde corazón… Once rosas, un pequeño ramo para un gran amor y mientras ella las contaba, con gran curiosidad me preguntó: ¿ Porqué once ? ¡ Porque contigo se forma la docena que habita en mi interior ! Mario Beer-Sheva