domingo, 28 de abril de 2013

Compartiendo la experiencia israelí en investigación y desarrollo

¿Qué tienen en común Corea del Sur, Irlanda, Israel, Suiza, Singapur, Panamá y Uruguay? Todos estos países participan esta semana en un evento singular organizado por el Banco Mundial, que bajo el título de ”Pequeños países, grandes oportunidades”, presenta al público las diferentes experiencias de cada uno, explicando cómo economías pequeñas, de países con poblaciones menores a los 10 millones de habitantes, pueden resultar exitosas. Uruguay se presenta como jugador de servicios globales, Corea explica su experiencia en la promoción de inversiones, Irlanda su plataforma de servicio , Suiza presenta su promoción del vínculo entre la educación media y la industria, Panamá explica cómo aprovecha su ubicación geográfica, Singapur cómo creó un clima apropiado para los negocios e Israel presentó su estrategia en Innovación y Desarrollo. El representante israelí es Michel Hivert, Director General de MATIMOP, el Centro de Industria Israelí para Investigación y Desarrollo, un organismo cuyo declarado objetivo es apoyar el desarrollo de nuevas tecnologías industriales , entre otras cosas mediante la vinculación entre empresas israelíes y empresas de diferentes países del mundo. El rol es clave ya que el desarrollo de estas tecnologías y la creación de ciertos productos y servicios innovadores, puede ser a veces demasiado costosa .Además, a pequeñas empresas les puede resultar engorroso entablar contacto con pares o similares en el exterior, a menos que haya un marco que lo facilite con ayuda práctica. Para eso está en Israel el MATIMOP, del cual de hecho se pueden beneficiar tanto compañías israelíes como sus socios en el exterior ya que es el encargado de generar e implementar programas internacionales de cooperación entre empresas israelíes y extranjeras. Uruguay es uno de los 40 países con los que Israel tiene vínculos en este sentido. Concretamente, el MATIMOP tiene firmado un acuerdo de cooperación industrial con Uruguay a través de la Agencia Nacional para la Investigación y la Innovación (ANII) con el fin de promover la colaboración industrial entre empresas de ambos países. Al llegar a Montevideo por invitación del Banco Mundial a participar en el mencionado evento sobre el aporte cualitativo de economías pequeñas pero exitosas, Michel Hivert aprovecha para lanzar además un tercer llamado a la presentación de proyectos conjuntos entre Uruguay e Israel que puedan beneficiarse del mencionado acuerdo , cuyo volumen de implementación, por ahora, es bajo, aunque Hivert aclara que “es normal que en los primeros años, las cosas llevan tiempo”. Antes de partir el Director de MATIMOP a Uruguay, nos concedió una entrevista. Este es un resumen del diálogo mantenido. P: Michel ¿cómo se explica, en el caso de Israel, el éxito de su economía, de sus emprendimientos, tan apreciado a nivel mundial? R: Es algo que ya constituye ya parte de la naturaleza de Israel. Dado que siempre hemos sentido la carencia de recursos, nos hemos visto obligados a pensar cómo podemos arreglarnos sin la ayuda de la naturaleza. Quizás lo central sea el poder del pensamiento sobre cómo salir adelante a pesar de los enemigos alrededor y de la falta de recursos. Creo que la curiosidad de saber cómo funcionan las cosas ayuda mucho. P: ¿Podría compartir con nosotros algunas recomendaciones concretas que puede dar respecto a cómo un país pequeño puede promover su situación económicamente a través de inversiones correctas? R: Creo que lo primero es crear un ambiente en el cual el gobierno participa en el riesgo que toman empresas pequeñas, que las ayuda en temas tecnológicos nuevos. Además, hay que intentar adoptar un enfoque de “bottom-up”, o sea que el gobierno no intente determinar qué temas hay que promover sino que permita que el mercado lo vaya determinando solo, que la industria proponga al gobierno cómo avanzar. Creo que otro punto clave es adoptar un enfoque según el cual la industria va al frente, no la academia, Y este es un punto delicado, ya que en América Latina la academia es muy importante. Pero no es que la academia no debe ser fuerte sino que si uno quiere ver proyectos exitosos que salgan adelante, hay que permitir a la industria tener un rol líder que le posibilite avanzar de la mano de la academia. Hay otro parámetro interesante: la cooperación entre compañías multinacionales y pequeñas economías. Yo recomiendo hacer proyectos conjuntos con multinacionales ya que éstas logran en general traer innovaciones, actúan de forma que alientan los emprendimientos. Yo creo que hoy en día la industria renovadora debe ir al frente si se quiere impulsar proyectos de investigación y desarrollo. Y para todo, un título general: hay que tratar de impulsar el desarrollo del país a través de la ciencia y la tecnología, un recurso que hay que saber usar. P: Estos puntos concretos ¿son adaptables en cualquier lado o dependen de cada país? R: En general creo que este modelo se puede adaptar en cualquier lado, en diferentes culturas. En muchos lados y en diversas situaciones ayudamos con talleres y cursos especiales para compartir nuestra buena experiencia en este sentido. Es por eso que el Banco Mundial nos ha invitado a este congreso. El objetivo es promover programas que ayuden a otros países a desarrollar mecanismos que permitan un progreso más rápido del país. P: ¿Cuál es la situación con Uruguay? El acuerdo bilateral se firmó hace cierto tiempo. R: Así es, pero el volumen de trabajo por ahora es bajo. El objetivo es por cierto intensificar la cantidad de proyectos que son presentados anualmente al estudio del Científico Jefe de Israel, en el área de investigación y desarrollo. P: ¿De quién debe ser la iniciativa? R: De empresas uruguayas o israelíes, pero cada emprendimiento es conjunto.El problema es que por ahora, Israel es casi exclusivamente el lado que toma la iniciativa. Del lado uruguayo no hay por ahora suficiente iniciativa como para que tengamos muchos proyectos.Esperamos con gusto iniciativas del lado uruguayo. P: ¿A qué se debe esta situación? R: Estimo que el tema es que en Uruguay no funciona un mecanismo desarrollado como el israelí para impulsar este tipo de emprendimientos, como la oficina del Científico Jefe, un sistema de ayuda a la industria… P: O sea que no basta con que una compañía o su jefe tengan espíritu emprendedor… R: No. Si hay un marco que ayuda a buscar socios, eso es muy importante. Hay que tratar de ubicar empresas que pueden tener interés en estar en contacto con una empresa israelí. Y en este aspecto puede entrar en juego el factor judío, de empresarios judíos, compañías en las que hay judíos que conocen más de cerca Israel y pueden tener interés en el contacto. P: ¿Entra en juego un tema de mentalidad? R: A veces sí. A veces esto puede traer ventajas pero otras, lo contrario. Pero le doy un ejemplo concreto de una situación en la que esa diferencia puede ser una desventaja. En Israel, en toda empresa en general habrá alguien encargado de la tecnología, mientras que en América Latina, cuando las empresas son pequeñas, eso está en manos de centros especiales de investigación, con apoyo del gobierno. Eso neutraliza un poco la capacidad de pequeñas empresas de hacer cooperaciones binacionales en este campo. Además, en Israel, una empresa pequeña que resulta exitosa, luego de unos pocos años intentará hacer “exit”, mientras que en Uruguay, preservan la compañía, pueden mantenerse igual por muchos años, porque ya funcionó bien. P: O sea que hay diferencias culturales…Pero entiendo que estas no tienen por qué frenar desarrollo… R: En absoluto. En todo el mundo se nota claramente la tendencia de diferentes países a cooperar con otros para mejorar sus economías. Nosotros tenemos cada vez más acuerdos bilaterales en este sentido y son cada vez más los proyectos conjuntos con otros países que se presentan al Científico Jefe para promoverlos y desarrollarlos. Lo siento a nivel mundial. P: Ya que usted viaja invitado a Montevideo por el Banco Mundial, creo que es oportuno recordar que instancias como el propio Banco Mundial o el BID pueden ayudar a empresas uruguayas a entablar contactos con empresas israelíes ¿no es así? R: Por supuesto. P: ¿Y también ustedes pueden ayudar a una empresa uruguaya que pida contactos en Israel? R: Claro, podemos podemos ayudar a una empresa uruguaya a encontrar un socio apropiado en Israel. Nunca es algo sencillo convencer a una empresa de un país a entablar un vínculo formal con una empresa de otro país a la que no conoce. Es menos fácil todavía en temas de investigación y desarrollo. Pero es nuestra especialidad y el hecho es que presentamos al Científico Jefe de Israel 250 proyectos por año. Todos salen beneficiados. Y queremos que también empresas uruguayas disfruten de ello.