lunes, 23 de septiembre de 2013
"Assad me ordenó gasear a la gente
AuroraGeneral de Siria:
Assad me ordenó gasear a la gente un ex responsable de las armas químicas del ejército sirio, el brigadier general Zaher al Sakat, le dijo al diario The Telegraph que las órdenes de emplear armas de destrucción masiva contra civiles provienen de las más altas esferas del régimen, y aseveró que el presidente sirio Bashar al Assad está transfiriendo parte de su stock de armas químicas al grupo terrorista chií libanés Hezbollah y a Irán..
Al Sakat recordó que tres veces le ordenaron usar armas químicas contra su propio pueblo; pero que su conciencia no le permitió acatar la orden y reemplazó los contenedores por otros que contenían cloro inofensivo.
El general insistió al rotativo británico que todas las órdenes tenían que venir de arriba - del propio presidente Assad - pese a los insistentes desmentidos por parte del régimen de que nunca ha usado armas químicas.
El ex comandante del ejército sirio afirmó que el presidente sirio está evadiendo los términos de un acuerdo ruso-negociado entre Estados Unidos y Rusia para destruir sus armas químicas, mediante la transferencia de algunos de sus stocks a sus aliados - Hezbollah, en el Líbano, e Irán.
Al Sakat se desempeñaba como director científico de la temible Quinta División del ejército sirio, y era el responsable de las operaciones con armas químicas en la provincia sureña de Deraa, dónde comenzó la rebelión popular contra el dictador alauita en marzo de 2011.
El general le comentó al periódico londinense que fue testigo de los primeros usos de violencia por parte del régimen contra los manifestantes pacíficos – y los primeros empleos de "trucos sucios", como los de colocar armas en las mezquitas donde comenzaron las protesta para insinuar que los manifestantes estaban armados.
A pesar de las desmentidas del régimen; el relato personal del general Sakat ofrece, según The Telegraph, una visión del incremento gradual del uso de armas de destrucción masiva, por parte del régimen, después de que los rebeldes penetraran en Damasco y Alepo, las dos ciudades más grandes del país árabe vecino, en el verano del año pasado.