jueves, 26 de septiembre de 2013
SIMJA TORA
Lic. Rafael Winter (Rufo), miembro de CO.PRE.DI Simjat Torá (la alegría de la Torá)Escuchar este texto
El próximo jueves 26 de setiembre, al aparecer las primeras estrellas en el cielo habrá de comenzar la festividad de Simjat Tora (alegría de la Torá), celebración de alegría contagiosa. Dura un solo día.
Previamente, el día anterior se conmemora SHMINI ATZERET, para muchos el "octavo día de Sucot". Para otros una festividad separada.
Lo más característico de éste día -en la Sinagoga- es el recitado de la plegaria que pide por lluvias en Israel, denominada "Tefilat Geshem". Además se pronuncia nuevamente el "Izkor" (Recordación), oración en la cual recordamos a nuestros familiares más cercanos que han abandonado este mundo terrenal.
Por otra parte ya a partir de éste día no rige más el precepto de permanecer en la Sucá.
Al día siguiente es, pues, Simjat Torá. Una festividad que, en cuanto a su regocijo, supera a otras del calendario hebreo que también son verdaderamente alegres. Lo esencial en esta celebración es lo relativo a la lectura de la Tora (Pentateuco): se termina de leer y se recomienza inmediatamente. La última parashá (sección) de la Torá se denomina "Vezot Habraja" (esta es la bendición): el gran líder y Profeta Moshé(Moisés), a la muy avanzada edad de ciento veinte años, se despide de su pueblo bendiciendo a cada una de las doce tribus de Israel. Las últimas frases aluden a su desaparición física expresando que nunca más habría de aparecer otra persona semejante en el pueblo de Israel, capaz de estar tan cercano a D"os como Moshé(Moisés) lo estuvo.
A continuación leemos de la primera parashá de la Tora: Bereshit (Génesis), la que nos habla de la Creación del Mundo- ordenada en términos muy lógicos- y la Creación del hombre. Obviamente, tal como la Torá lo entiende.
Seis días de la Creación (el sexto tiene lugar la Creación del hombre) y en el séptimo, siempre de acuerdo al relato, D"os descansa de su obra (en el sentido literal o metafórico). Pero lo importante es que, de la forma que haya sido, el séptimo día es el origen de nuestro Shabat, la jornada de descanso en el Judaísmo: Shabat que consideramos uno de los valores más extraordinarios que el pueblo judío ha trasmitido a sí mismo y a la humanidad.
La Tora se termina de leer y se recomienza enseguida: significa que es un ciclo que no tiene fin.
No interrumpimos la lectura por una semana o dos: la recomenzamos en el mismo día. Como expresando con esto que el pueblo judío no puede estar ni siquiera un instante sin su Torá. Todo esto nos provoca alegría. Mucha alegría.
Durante la mañana, son llamados a recitar las bendiciones de la Torá -individualmente y en grupos- todos quienes se hallan presentes en la Sinagoga, incluyéndose a los niños. Esto ocurre solamente en Simjat Tora.
La alegría se exterioriza por sobre todo mediante las Hakafot. Así se le llama a las siete procesiones o vueltas que, con la Tora en brazos, se realizan en la Sinagoga particularmente a la noche. Cantando y bailando con la Tora. Sí: cantando y bailando con lo más sagrado que posee el judío, sea cual fuere su filosofía en materia de judaísmo.
Simjat Torá es una comunidad cantando y bailando con su esencia.
Es, en primera y última instancia, la alegría de ser judío manifestada en su máxima expresión. Esta alegría se ha manifestado incluso en las situaciones límites más extremas, como por ejemplo en los guetos y los campos de concentración en los cuales muchos judíos, sacando fuerzas vaya uno a saber de dónde, se las "ingeniaban" para-aún en esas condiciones-poder celebrar Simjat Torá.
Cada año las comunidades acostumbran en éste día a honrar a dos personas -durante la lectura de la Torá- que hayan sido activos participantes de la misma o que se hayan destacado en distintos aspectos comunitarios: son los así llamados Jatan Torá (lit. "novio de la Torá") y Jatan Beershit (lit. "novio del Génesis"). Es una distinción muy importante para quien la recibe.
Y así concluye el ciclo de festividades hebreas del mes de Tishrei.
Comienza con la celebración alegre pero sobria, moderada, de Rosh Hashaná, el Año nuevo judío. Se continúa con Yom Kipur, el día del Perdón, en el cual sin duda se llega al momento culminante en materia de efemérides. A los pocos días el regocijo de Sucot simbolizado en su símbolo principal: la Sucá.
Y finaliza con la alegría desbordante de una celebración sin parangón en el calendario judío: Simjat Torá.