miércoles, 25 de septiembre de 2013
TIERRA PLANA- A 20 AÑOS YA
Fuente: The Jerusalem Post- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
12/9/13
Hubo una epoca en que las personas sensibles realmente creian que si te aventurabas muy lejos, caerias fuera del limite dentado de la Tierra dentro del interminable vacio debajo.
Esa era la opinion mayoritaria, el saber comun ampliamente aceptado y fundamentalmente no cuestionado.
Para ahora, sin embargo, uno supondria que nadie se traga mas eso, ciertamente no en las partes eruditas de lo que hemos reconocido durante siglos como nuestro planeta.
Bienvenidos a la Sociedad Internacional Tierra Plana, ahora en gran medida con base (donde mas?) en California. Ustedes piensan que sus miembros estan locos? Se sorprenderian de saber que ellos han diagnosticado al resto de nosotros como profundamente insanos por no entender la realidad como ellos saben que debemos.
Ellos rechazan como falsedades todos los datos cientificos obligatorios. Estos, insisten ellos, son engaños elaborados perpetrados cinicamente contra la humanidad – para propositos inexplicables – por parte de sucesivos gobiernos americanos a traves de su principal agencia charlatana, la NASA.
Esta no es una broma. Los tierra-planistas son reales y son muy serios. Ninguna cantidad de pruebas los movera – asi como ninguna cantidad de pruebas movera a nuestros empedernidos osloitas.
De haber prevalecido la razon, los perpetradores del Acuerdo de Oslo estarian ocultandose por vergüenza en salones cerrados. Pero en nuestro irrazonable medio ellos insisten en tener otra oportunidad en lo que fracaso en forma miserable, continua cobrandose un precio
atemorizante y pone en peligro nuestra existencia misma.
Podriamos habernos engañado que luego de dos decadas completas de tormento y trauma, no habria retorno al obsequioso apaciguamiento osloita. Pero demonios no, como la vacuidad de Tierra Plana, la quimera de tierra por paz en cierta forma sobrevive como si nada hubiera sembrado siquiera una leve semilla de duda en la psiquis colectiva del publico israeli.
La fijacion con la retirada por parte de nuestros determinadores de agenda no se ha disipado a pesar de su incontrovertidos fracasos repetidos desde la llegada de su desastre de Oslo en 1993.
Si, increiblemente Oslo tiene oficialmente 20 años hoy y, no obstante su obvia putrefaccion, continua y aun tiene exito en arrastrar detras de el a la intimidada sociedad israeli. Es como si el deber tolerante de la ciudadania fuera ignorar la decadencia inconfundible y tontera e ir obedientemente en extasis por el fragante florecer de la idilica paz.
Ni siquiera el caos y locura del gentio de la Primavera Arabe enfriaron el ardor osloita.
Sin escrupulos, los impenitentes osloitas nos convierten a todos en astronautas proverbiales que ven la verdad desde sus satelites pero estan obligados por el oportunismo craso, la correccion politica y/o la conveniencia geopolitica a atestiguar que todo lo que ellos ven desde afuera es un disco terrestre suspendido.
Como los tierraplanistas, ellos niegan lo que esta mirandonos a la cara. Nuestros mal nombrados socios de la paz de hecho tienen poco problema para ocultar sus objetivos.
Ya en su discurso del 10 de mayo de 1994 a los musulmanes en Sudafrica, Yasser Arafat grazno orgullosamente que Oslo era una estratagema, como el Tratado de Hudaybiyyah del siglo VII con la tribu Quraish. La tregua que proclamo fue finalmente renegada. Mientras tanto, sin embargo, arrullo a las desafiantes comunidades judias en la Peninsula Arabiga a la complacencia, hasta que la oportunidad para el ataque se presento y los judios insubordinados fueron masacrados.
Pero la declaracion de intencion de Arafat no fue bien recibida entre nuestros osloitas, quienes prefirieron fingir que nunca fue pronunciada.
“Donde estan esos Katyushas?” embromo sardonicamente el primer chupamedias de Oslo, Yitzhak Rabin.
Ignorando a Arafat, el ataco a sus criticos internos cuando ellos entonces predijeron que Oslo haria llover terror sobre nosotros. Hoy, nosotros sabemos cuan acertadas fueron estas predicciones, aunque ni siquiera el mas presciente de los analistas de antaño imagino mas que una fraccion de lo que desato Oslo.
Arafat elucido mas sus objetivos el 30 de enero de 1996 (bien dentro del fiasco de Oslo), cuando el muy lamentado "principe de la paz" se dirigio a diplomaticos arabes en Estocolmo. El galardonado con el Premio Nobel de la Paz juzgo que el "proceso de paz" debe resultar inevitablemente en la caida de Israel.
“Nosotros los palestinos capturaremos todo, incluida toda Jerusalem", dijo exultante Arafat.
"[Shimon] Peres y [Yossi] Beilin,” enfatizo el, “ya nos prometieron la mitad de Jerusalem.”
De acuerdo con Arafat, el colapso de Israel dependia de “los esfuerzos de la OLP para dividir psicologicamente a Israel en dos bandos... Planeamos eliminar al Estado de Israel y establecer un estado palestino puro. Haremos la vida insoportable para los judios a traves de la guerra psicologica y un influjo masivo de arabes."
El presuntamente moderado asistente/suplente de Arafat, Mahmoud Abbas (Abu Mazen), busca en forma persistente identicos objetivos, mientras simultaneamente se hace pasar como el lastimoso desvalido y el noble altruista.
Algunos pocos valientes politicos israelies no conformistas se atrevieron a decirlo. Mas de una docena de años atras, Binyamin Netanyahu declaro, “Oslo esta muerto. Los palestinos anularon el acuerdo que ellos mismos firmaron."
El establecio tres condiciones para recomenzar las conversaciones: "Un cese del fuego absoluto, una renuncia inequivoca a la rampante incitacion inculcada dentro del pueblo palestino por su liderazgo; y la puesta a prueba de estas condiciones durante un periodo prolongado – no solo dos o tres semanas."
El explico que “no puede surgir coexistencia verdadera de una situacion en la cual los palestinos hablan de guerra y los israelies hablan de paz. Solo despues de minuciosas e inequivocas reparaciones de las intenciones y comportamiento palestinos podemos retornar a una mesa de negociacion limpia."
Pero Netanyahu, el primer ministro reelecto, dispuso sin ceremonias de Oslo y lo enterro para siempre, como su propio consejo? Incomprensiblemente, el siniestro espectro de Oslo aun florece bajo los auspicios de Netanyahu.
Despues de dos intifadas, miles de muertos y heridos israelies, la traicion concomitante y locura de la desconexion, la asuncion del poder en Gaza por parte de Hamas (que resulto de la desconexion) y una serie siempre creciente de escandalosas concesiones israelies (todas las cuales los palestinos rechazaron desdeñosamente), puede concluirse con confianza que nuestra situacion geopolitica nunca fue tan mala.
Nos movemos mecanicamente, como si estuvieramos hipnotizados, del engaño debilitante a la debilidad devastadora.
Dicho eso, con minimo esfuerzo podemos recordar cuanto mejores eran las cosas en el verano de 1993, antes que Oslo fuera desatado bajo cuerda contra la desprevenida Israel y se le permitiera crecer exponencialmente de atrocidad en atrocidad.
Veinte años atras, habia sido sofocada la primera intifada. La OLP estaba caida y fuera, desmoronandose y obsoleta aun en el ambiente arabe. Arafat y 50000 de sus esbirros aun no habian sido importados aqui para establecer su latifundio corrupto. El estado palestino era una fantasia. Las "reuniones familiares" aun no habian agregado 150000 arabes a la poblacion de Israel.
Nuestra disuasion era viable. Israel controlaba todos los caldos de cultivo del terror desde el sur de Libano a Gaza, y toda Judea y Samaria. Los ataques suicidas y retiradas israelies unilaterales no estaban de moda.
Ninguna democracia exterior racional consideraba una probabilidad posible una retirada completa israeli a las insostenibles lineas de armisticio de 1949. Ningun gobierno extranjero suponia seriamente que detener toda la construccion de asentamientos fuera siquiera una proposicion teoricamente aceptable para Israel. Ninguno presentaba a los asentamientos como la raiz subyacente de todo mal del conflicto.
El derecho de Israel a existir no era objetado en la sociedad respetable. Los academicos israelies no eran condenados al ostracismo como lo son en nuestros dias. Los campus universitarios en el mundo no estaban fuera de los limites para las opiniones pro-Israel. Israel no era demonizada lujuriosamente en lo que parecen ser ambientes liberales pluralistas.
El estado judio no era el paria vituperado universalmente. Vale decir, nunca fue la querida de la comunidad internacional, pero nada se aproximaba al actual aislamiento y deslegitimizacion de Israel.
No obstante, la locura engañosa siguio caliente tras los talones de la locura engañosa anterior.
En visperas de la desconexion, por ejemplo, el primer ministro Ehud Olmert impulso energicamente el sueño utopico derivativo de Oslo: "La desconexion traera mejor defensa, mayor seguridad, significativamente mas prosperidad y mucha alegria para todos los que viven en el Medio Oriente...
Juntos avanzaremos en direccion de forjar nuevas relaciones, entendimiento mutuo mejorado y confianza realzada.
“Nos sentaremos con nuestros vecinos, hablaremos con ellos, los ayudaremos, cooperaremos con ellos, nos volveremos sus socios, para que el Medio Oriente se transforme de hecho en lo que se suponia iba a ser para empezar – el Jardin del Eden sobre esta tierra."
La compañera de Olmert, Tzipi Livni, aun promueve la misma vision descaradamente engañosa, aun cuando esta vez ella lo hace aparentemente a instancias de Netanyahu.
El fallecido presidente del IFES, Charles Johnson, hizo su mision el persuadirnos que la "ciencia no es mas que una religion engañosa y fraudulenta", la cual el tenia intencion de "reemplazar con la cordura." El recluto a conversos y contribuyentes del mundo, incluidos desde bastiones de la modernidad y educacion tales como Arabia Saudita e Iran.
No menos desdeñosa de los hechos empiricos, Livni lidera la elite del establishment de Israel
– antipaticos formadores de opinion, egoistas buscadores de tendencias y seguidores del buen tono. Su premisa – que los judios siempre deben pagar – es tan valida como la afirmacion obstinada que habitamos un panqueque rocoso de gran tamaño.
Pero esa premisa es el sintoma raiz de la anormalidad e incapacidad de la nacion judia de comportarse como otras naciones soberanas.
En ninguna parte hay otro pais cuyos ciudadanos mediten diariamente que mas ofrecer a sus enemigos, que pueden ceder para ganarse un poco de favor en el exterior.
La necesidad de pagar por nuestro derecho a vivir es judia en una forma unica. Nosotros solos llevamos una carga para justificar lo que es evidente e inalienable para cualquier otro pueblo. Nuestra obsesion por percibir las cosas desde el punto de vista de nuestros enemigos no tiene paralelos.
Los origenes de la culpa judia por los atacantes sobrecargando y la compulsion a hacer enmiendas se remontan a la tendencia de todo tirano medieval local a obligar a las comunidades judias a pagar exorbitantemente por el privilegio de no ser masacrados. Los judios comenzaron a tratar tales gravamenes como el camino del mundo.
Ese es posiblemente el motivo por el cual los israelies no pueden concebir su territorio como inviolable como el de otras naciones – unas cuyos ancestrales matones tribales o barones ladrones se las arreglaron para arrebatar propiedades de tierra dadas. Nadie duda de la legitimidad de las naciones comunes o su continuo mandato en sus distintos bienes raices capturados.
El postulado del estado judio, sin embargo es que su existencia no es permanente y sus posesiones son moneda con la cual regatear por indulto. Ninguna otra nacion paga por su derecho a existir, compra tiempo o busca aceptacion.
Ninguna nacion toleraria tal ignominia.
Aun asi, mientras nosotros aun resentimos de las repercusiones de Oslo, nuestros fanaticos de tierra por paz retornan tercamente a sus viejos habitos desacreditados. Como con los tierraplanistas, la evidencia dura y los controles de realidad no cuentan.
Samuel Shenton, el revividor original de la causa Tierra Plana (el fue sucedido postumamente por otros), no se inmuto siquiera por la prueba fotografica desde el espacio exterior. El juzgo que "es facil ver como imagenes como estas podian engañar al ojo no entrenado." Para el, la Tierra continuo siendo un disco inmovil y lo que parecia como una curvatura era "nada mas que refraccion atmosferica." Los alunizajes fueron... una farsa de Hollywood guionada por
Arthur C. Clarke.
Por supuesto, la diferencia entre el y Livni es que Shenton era un lunatico inofensivo, quien no ponia en peligro a nadie.