domingo, 1 de septiembre de 2013
EL ATAQUE CON GAS DE SIRIA CONTRA LA CIVILIZACION
EL ATAQUE CON GAS DE SIRIA CONTRA LA CIVILIZACION
Hace falta un barbaro para emplear gas venenoso. Assad se une a las filas de Mussolini, Hitler y Saddam Hussein.
Fuente: The Wall Street Journal- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba
25/8/13
por Andrew Roberts
'Gas! Gas! Rapido, niños! Un extasis de revuelo, ajustando los torpes cascos justo a tiempo; pero alguien aun estaba gritando y tropezando, y tambaleando como un hombre en fuego o cal..."
El poema de Wilfred Owen, "Dulce et Decorum Est," describiendo su experiencia de un ataque con gas cloro en la Primera Guerra Mundial, destaca su horror y explica en parte el pensamiento detras del Protocolo de Ginebra para la Prohibicion del Uso en Guerra de Gases Asfixiantes, Venenosos u Otros, el cual prohibio extensivamente tales armas en 1925.
Solo 4% de todas las muertes en campo de batalla en la Gran Guerra habian sido provocadas por gas, pero la naturaleza fallida de esas muertes significo que el gas mantenia un terror especial en la imaginacion publica. Desde 1925, han sido solo paises que son reconocidos por estar fuera de los limites de la civilizacion los que han recurrido a el.
El ultimo forajido en hacerlo es el dictador de Siria, Bashar al-Assad, quien desplego armas quimicas contra opositores de su regimen en los suburbios de Damasco el 21 de agosto, de acuerdo con informes de prensa y una declaracion durante el fin de semana de Medicos Sin Fronteras.
El primero fue la Italia Fascista de Benito Mussolini, la cual descargo gas mostaza contra los subditos etiopes del Emperador Haile Selassie en la campaña abisinia de 1935-41. El gas arrojado por la fuerza aerea italiana fue conocido por los etiopes como "la lluvia terrible que quemaba y mataba."
Los horrorosos resultados provocados a civiles desarmados, fotografiados por la Cruz Roja Internacional, fueron muy parecidos a como describio Wilfred Owen en su poema sobre un camarada del Frente Occidental que no habia llegado a ponerse a tiempo la mascara anti-gas: "Atontado, a traves de los paneles nublados y fina luz verde, como bajo un mar verde, lo vi asfixiarse. En todos mis sueños, ante mi vista indefensa, el se hunde en mi, parpadeando, asfixiandose, ahogandose."
Aunque tanto las potencias del Eje como las potencias Aliadas en la Segunda Guerra Mundial consideraron usar gas venenoso, ninguna lo hizo, posiblemente por miedo a las represalias. Adolf Hitler utilizo gas para perpetrar su Holocausto contra los judios en Europa. Pero el no descargo esta arma en el campo de batalla—ni siquiera en el Frente Oriental, donde el consideraba que estaba luchando contra eslavos untermenschen (sub-humanos).
Su vacilacion en usar gas en el campo de batalla no se debio al hecho que el mismo habia sido gaseado en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, sino a que el sospechaba con razon una respuesta aliada abrumadora ante cualquier primer uso de tal arma. Winston Churchill considero activamente usar gas venenoso tanto defensivamente—en junio de 1940, cuando Inglaterra enfrento la invasion—como ofensivamente, en julio de 1944, para ayudar a los ataques sobre el Ruhr. Afortunadamente, ninguna invasion llego en 1940, y en 1944 el y los jefes del ejercito ingles decidieron en contra del uso de gas venenoso, poniendo consideraciones morales por encima de los indudables beneficios militares.
En la Guerra Coreana, los servicios de inteligencia chino y norcoreano acusaron que EEUU habia usado aviacion para arrojar moscas, pulgas y arañas infectadas con antrax, colera, encefalitis, peste y meningitis en "bombas de germenes." En enero de 1998, documentos en los archivos presidenciales rusos probaron concluyentemente que las acusaciones eran completamente fraudulentas—inventadas como una forma de culpar a America por brotes de estas enfermedades infeccionesas en sus propios paises.
Algunos compañeros de viaje marxistas en el Occidente, tales como el academico ingles Joseph Needham, promovieron estos libelos falsos, pero ni siquiera ellos—y, significativamente, las maquinarias de desinformacion de Beijing y Pyongyang—llego nunca tan lejos como para acusar a EEUU de usar gas venenoso. Ellos reconocieron que nadie creeria que las fuerzas de las Naciones Unidas en Corea serian tan barbaras como para recurrir a tales armas.
En 1987 y 1988, Saddam Hussein lanzo ataques contra no menos de 40 pueblos kurdos en el norte de Irak, usando nuevas mezclas de gas mostaza y distintos agentes nerviosos tales como sarin, tabun y VX. (Diez miligramos de VX en la piel pueden matar a un hombre, mientras que una sola gota de lluvia pesa ochenta miligramos.) El peor ataque llego el 16 de marzo de 1988 en Halabja.
Las tropas iraquies dividieron el pueblo metodicamente en redes, a fin de determinar la cantidad y localizacion de los muertos y la extension de heridas, permitiendoles asi medir cientificamente la eficacia de distintos tipos diferentes de gases y agentes nerviosos. Uno de los primeros corresponsales de guerra en entrar al pueblo despues, el fallecido Richard Beeston de el Times of London, informo que "Como las figuras desenterradas en Pompeya, las victimas de Halabja fueron asesinadas tan rapidamente que sus cadaveres quedaron en animacion suspendida. Habia un bebe regordete cuya cara, congelada en un grito, sobresalia por debajo del brazo protector de un hombre, lejos de la puerta abierta de una casa que nunca alcanzo."
Entre 4000 y 5000 civiles, muchos de ellos mujeres y niños, murieron al cabo de unas pocas horas en Halabja, por asfixias, quemaduras en la piel y paro respiratorio progresivo. Pero, unos 10000 adicionales quedaron "cegados, mutilados, desfigurados, o severa e irreversiblemente debilitados", de acuerdo con un informe por parte de Christine Gosden de la Universidad de Liverpool.
Estas victimas mas tarde sufrieron enfermedades neurologicas, convulsiones, comas y paros digestivos. En los años siguientes, miles mas, destaco el Departamento de Estado, iban a sufrir "complicaciones horrorosas, enfermedades debilitantes, y defectos de nacimiento" tales como linfoma, leucemia, canceres de colon, pecho, piel y otros, abortos, infertilidad y malformaciones congenitas, llevando a muchas mas muertes.
Hace falta un barbaro para emplear gas venenoso. Benito Mussolini, Adolf Hitler (con el Zyklon B) y Saddam Hussein fueron tres de ellos, y hoy otro es Assad. Pero los chinos y rusos continuan excusandolo y defendiendolo, y la Casa Blanca se ata en nudos discursivos a fin de evitar tener que derrocarlo.
Es cierto que en esta guerra civil, las balas de metralla y Kalashnikov han matado a muchos mas de los 100000 sirios que el gas venenoso. No obstante, es correcto que el uso de gas venenoso por parte de Assad sea señalado para condena especial.
Wilfred Owen, quien el mismo fue asesinado una semana antes del fin de la Gran Guerra, recordo en "Dulce et Decorum Est" los "ojos blancos" de su camarada gaseado "retorciendose en su rostro, su cara colgando, como una enfermedad de pecado del demonio" y como el escucho "la sangre llegar haciendo gargaras desde los pulmones corrompidos con espuma, obscena como el cancer, amarga como el bolo alimenticio de llagas viles e incurables sobre lenguas inocentes." Hay una larga y honorable historia del mundo civilizado tratando a esos dictadores que usan gas venenoso como cualitativamente diferentes del grueso normal de tiranos cuyas carreras han manchado tanto los siglos XX y XXI.
El Presidente Obama, quien habla interminablemente de la importancia de los valores civilizados, debe ahora sostener este.
El Sr. Roberts, historiador, es el autor, mas recientemente, de "La Tormenta de la Guerra: Una Nueva Historia de la Segunda Guerra Mundial" (Harper, 2011).