martes, 18 de diciembre de 2012

¿Qué Es lo Que los Árabes de Jerusalem Oriental Quieren De Verdad?

¿Qué Es lo Que los Árabes de Jerusalem Oriental Quieren De Verdad? David Pollock Jerusalem Center for Public Affairs 7 de septiembre de 2011 Resumen -Según encuestas cara a cara, realizadas de acuerdo con las más altas normas internacionales, más palestinos en Jerusalén oriental preferirían convertirse en ciudadanos de Israel en lugar de ciudadanos de un nuevo estado palestino. Además, el 40 por ciento dijo que, probable o seguramente, se mudarían con el fin de vivir bajo un gobierno israelí antes que bajo un gobierno palestino. -44 por ciento de los palestinos de Jerusalem dicen que están muy, o por lo menos un tanto, satisfechos con su nivel de vida. Éste es un porcentaje muy alto en comparación con otras poblaciones en el mundo árabe. Sólo alrededor del 30 por ciento simpatiza con Fatah, con Hamas o con el movimiento islámico árabe israelí. La política no es una preocupación importante. -Tres cuartas partes de los árabes de Jerusalem oriental están, por lo menos, poco preocupados, y más de la mitad están más que un poco preocupados, de que perderían su posibilidad de escribir y hablar con libertad, si se convirtieran en ciudadanos de un estado palestino en lugar de permanecer bajo control israelí . -Significativamente, el 41 por ciento cree que el conflicto armado continuará, probable o seguramente, incluso después de un acuerdo de paz, y esto desde la parte de la población palestina más moderada. Sólo una tercera parte dijo que una declaración unilateral de independencia palestina respaldada por la ONU, tendría un efecto positivo en sus vidas. Dos terceras partes dijeron que tal medida unilateral no tendría ningún efecto positivo. -Para las personas que tienden a asumir que una solución justa y práctica, para la cuestión de Jerusalem, es que los barrios árabes formen parte de Palestina y los barrios judíos se conviertan en parte de Israel, estos resultados sugieren que podría ser algo problemático desde el punto de vista de las personas que viven en Jerusalem oriental. La "Primavera Árabe": La Erupción de la Opinión Pública En todo Medio Oriente, vemos la erupción de la opinión pública como un factor importante y, quizás, incluso como un factor decisivo en la política de varios países árabes. Por primera vez en la historia reciente, la gente común en estos países, se está invistiendo del poder de cambiar el curso de sus propios gobiernos. Esto indica cuán importante es tratar de entender y medir, no sólo lo que dicen los políticos, sino qué piensa la gente. En Egipto, durante la revolución, en cooperación con Pechter Middle East Polls, entrevistadores árabes llevaron a cabo una encuesta telefónica en El Cairo y Alejandría, en el mismo momento en que miles de egipcios estaban en las calles exigiendo el derrocamiento de Mubarak. Se encontró que las principales razones de la revolución egipcia eran cuestiones económicas internas, no temas del Islam, Estados Unidos, Israel, o cualquier otro tema de política exterior, ni siquiera temas políticos como la democracia o la libertad. Los temas eran más sobre oportunidades económicas, desigualdad, corrupción y abusos, y la ineficacia del gobierno de Egipto para satisfacer las necesidades básicas de su propio pueblo. Eso es lo que motivó a la gente en Egipto a derrocar a su gobierno. Estos resultados encajan bien con otra encuesta que se hizo en Egipto un año antes de la revolución. Cuando a los egipcios se les preguntaba, de manera abierta, qué había en su mente, estaban más preocupados por los problemas internos y, en especial, los económicos incluyendo la corrupción. En una encuesta, realizada en 2011 en Jordania, la simpatía por al-Qaeda estaba en torno al 20 por ciento. Cuando le preguntamos a los jordanos que harían si supieran que había alguien de al-Qaeda en su propio barrio, un 10 por ciento estaba dispuesto a decir que ayudarían a un fugitivo de al-Qaeda en su propio barrio, en lugar de entregarlo a las autoridades. Como nunca, la gente está dispuesta a dar respuestas honestas a las preguntas más difíciles. 300.000 Palestinos en 19 Barrios ¿Qué piensan los casi 300.000 palestinos que viven en 19 barrios árabes en la mitad oriental de Jerusalem? ¿Qué quiere esta gente? ¿Qué piensan sobre sus experiencias bajo gobierno israelí? ¿Cómo ven el futuro de su ciudad? Realizamos estudios consistentes, conforme a las normas internacionales más rigurosas. En Jerusalem Oriental, la muestra total fue de 1.039, lo que significa un margen de error de menos del 3 por ciento. Abarcó a toda la ciudad, a todos y cada uno de los barrios, y se basó en entrevistas, cara a cara. El muestreo fue representativo de la población palestina total de la ciudad, por edad, educación, género, ocupación, barrio e ingresos. Alrededor del 44 por ciento declaró un ingreso familiar mensual de NIS4.800 ($1.400) o más. Casi la mitad de la población total disfruta de un nivel de vida de clase media baja o superior, mucho mejor que los palestinos en la Margen Occidental y casi lo mismo que los ciudadanos árabes de Israel dentro de las líneas de 1967, pero menor a la de la población judía israelí. En comparación con otros palestinos en la Margen Occidental, y sin duda en Gaza, el nivel de vida de los palestinos en Jerusalem oriental es razonablemente bueno. Al final de la encuesta, una vez que se sentían razonablemente cómodos respondiendo a preguntas cada vez más comprometidas, llegamos a la cuestión de fondo: Si tuviera que elegir, preferiría ser un ciudadano de Israel o un ciudadano de un Estado palestino. Encontramos que más palestinos en Jerusalem oriental prefieren convertirse en ciudadanos de Israel que en ciudadanos de un Estado palestino: el 35 por ciento preferirían convertirse en ciudadanos de Israel, 30 por ciento en ciudadanos de Palestina, y 35 por ciento no sabe o se negó a responder. Después que se completaron las entrevistas, efectuamos un análisis estadístico del 35 por ciento que dijo que no sabía, y analizamos sus respuestas a la luz de otras de la encuesta. Determinamos que la gente que dijo que no sabía o no respondió, estaban en el medio de sus puntos de vista sobre todos los temas que componen su vida. Estadísticamente hablando, ese 35 por ciento se inclina ligeramente en la dirección de las personas que dicen que preferirían la ciudadanía Israel en lugar de la palestina. De un total de 50 diferentes variables analizadas, la gente que dijo "no sé" o "me niego a responder", respondió más como las personas que prefieren a Israel en 27 de las 50 variables, más como las personas que dijeron Palestina en 17 de esas variables, y exactamente en la mitad en el resto de las 50 variables. Los encuestadores utilizan, a menudo, una especie de pregunta capciosa, cuando abordan temas muy controvertidos. Con el fin de hacerlo sentir más seguro para responder, le preguntamos qué piensan que piensa su vecino, o qué le gusta a la gente que piensen sobre el tema. Cuando formulamos esa pregunta, encontramos que un poco más, un 39 por ciento, dijeron que pensaban que la mayoría de sus vecinos preferirían la ciudadanía israelí a la palestina. Eso nos indica que las respuestas a esta pregunta son, con probabilidad, honestas. Cuando la gente dice más o menos lo mismo sobre lo que piensan y lo que piensan que sus vecinos piensan, suele ser un indicador, en la práctica de encuestas, de que la gente está diciendo sinceramente lo que son sus verdaderas opiniones. Dimos un paso más y le formulamos una pregunta más difícil: ¿Se mudaría con el fin de ser ciudadano de cualquier lado que prefiera, si esa opción se convirtiera en una necesidad, como parte de un acuerdo de paz o como parte de una división de la ciudad entre gobierno palestino e israelí? Cuando le preguntamos si se mudaría a Palestina, la mayoría dijo que no, pero cuando les preguntamos si se mudarían con el fin de convertirse en ciudadano de Israel, si su barrio actual quedara bajo gobierno palestino, un completo 40 por ciento de los palestinos de Jerusalem oriental dijo que, probable o seguramente, se mudaría, con el fin de vivir bajo gobierno israelí antes que palestino. Presentamos estos resultados al Consejo de Relaciones Exteriores en Washington y Nueva York, y había activistas palestinos presentes. Como lo dijo uno de estos palestinos, la AP tiene un problema con esa población: no están de su lado. Presentamos esos resultados a una audiencia palestina en Jerusalem oriental y encontramos que están convencidos de que estos hallazgos son válidos; que se ajustan a sus propias experiencias y percepciones de la gente alrededor de ellos. Además, no hay gran diferencia en la mayoría de las categorías demográficas, para la mayoría de las preguntas. En otras palabras, jóvenes y viejos, ricos y pobres, mejor educados y menos educados, no son tan diferentes. El segmento más joven de la población está más inclinado a decir que preferirían la ciudadanía israelí, pero no por mucho. Incluso en el campo de refugiados de Shuafat, donde las actitudes son de las menos moderadas, no se obtiene una mayoría que diga que prefiere ser ciudadano palestino, lo cual es increíble y hasta contra intuitivo. ¿Por Qué los Palestinos Sienten del Modo Que lo Hacen? ¿Por qué estas personas sienten así? Son palestinos, después de todo. ¿Por qué tantos se convertirían en ciudadanos israelíes en lugar de palestinos, e incluso se mudarían a Israel con el objeto de que esa opción fuera posible? En primer lugar, el 44 por ciento de los palestinos de la ciudad dicen que están muy, o por lo menos algo, satisfechos con su nivel de vida. Éste es un porcentaje muy alto en comparación con otras poblaciones en el mundo árabe estudiado. En segundo lugar, encontramos que muchos de estos palestinos están, en general, bastante satisfechos con un montón de cuestiones importantes en su vida cotidiana, incluyendo educación, acceso a un lugar cercano de culto, cuidado de la salud y servicios básicos como electricidad y agua. Hay un porcentaje significativo que tiene una posición neutral o negativa sobre estas cuestiones pero, en todo caso, la mayoría está satisfecha. En realidad, resulta que menos de la mitad de los palestinos en Jerusalem oriental no están satisfechos con sus interacciones personales con los judíos de la ciudad, con su capacidad para obtener documentos de viaje, con sus interacciones personales con los funcionarios municipales, o con los beneficios por incapacidad. Para ser justos, encontramos que, la mayoría de los palestinos de Jerusalem oriental - el 56 por ciento - informaron que sienten que hay muchísima, o una considerable, cantidad de discriminación en su contra por parte del municipio. En otras palabras, sienten que existe discriminación oficial (no social), contra ellos. Sí, están razonablemente satisfechos con un montón de cosas, pero eso no significa que se sienten, en general, que están siendo tratados equitativamente. Al mismo tiempo, casi la mitad de los palestinos informan que la corrupción de los funcionarios de la AP es un gran, o por lo menos moderado, problema personal. Los palestinos en Jerusalem oriental tienen un estatus especial y tarjetas de identidad azules como los israelíes, que les permiten viajar a la Margen Occidental o a Israel. A diferencia de los palestinos de la Margen Occidental o Gaza, tienen movilidad y no están aislados ni de los palestinos ni de los israelíes. Hay una alta incidencia de viajes a Jerusalem occidental u a otras zonas de Israel, a la Margen Occidental, y también un bastante alto nivel de interacción con los ciudadanos judíos de Israel. Ésta es una población que, a menudo, trabaja en el lado occidental de la ciudad y, con frecuencia, se educa en instituciones israelíes. Encontramos que la identidad como titular de la tarjeta azul, es casi tan importante para estas personas como su identidad como palestinos o, incluso, como musulmanes. Eso ayuda a explicar por qué un porcentaje tan alto, si se enfrentara a la opción, elegiría ser ciudadano de Israel y preservar algún estatus especial y su acceso a las prestaciones de educación, empleo, viajes y sociales, antes que renunciar a esos beneficios y privilegios a cambio de la ciudadanía palestina. En Jerusalem oriental, sólo alrededor del 30 por ciento simpatiza con Fatah, Hamas o con el movimiento islámico árabe israelí. Ésta es una población cuyas simpatías políticas no son tan fuertes o definidas, en comparación con su enfoque sobre sus propias identidades personales ( ya sean religiosas, nacionales, económicas o sociales). La política no es una preocupación importante. Por último, les preguntamos a los palestinos, directa y abiertamente, por qué querían ser ciudadanos palestinos o israelíes. Para la mayoría de los palestinos que dijeron que querían ser ciudadanos de Israel, el 35 por ciento dijo que dominaban cuestiones prácticas - libertad de movimiento, mayores ingresos, seguro de salud, oportunidades de empleo, prosperidad, más tiendas, y mucho más abajo de la lista estaban los temas de política, cultura y ley y orden. Mucho más alto en la lista estaban las preocupaciones prácticas. Cuando observamos a los palestinos que dijeron que preferían ser ciudadanos de Palestina, para el 30 por ciento, las cuestiones prácticas no eran muy importantes. Los temas de nacionalismo, identidad, religión, y deshacerse de la discriminación, fueron los temas que dominaron en este grupo. La gente estaba preocupada porque si se convertían en ciudadanos de Palestina, tenían significativos temores de perder el empleo en Israel, la libre circulación en Israel, la atención de salud de Israel, y la reducción de los servicios de la ciudad. También estaban preocupados acerca del aumento de la corrupción y, sobre todo, acerca de la posibilidad de perder el acceso a la Ciudad Vieja y a la mezquita de Al Aksa, que estuvo en los más alto en su lista de preocupaciones. Muchas de sus ansiedades son muy similares a las principales preocupaciones que se expresan, en toda la región, en la opinión pública y en los levantamientos árabes de los que somos testigos, desde Egipto y Túnez hasta Yemen. La gente está preocupada, sobre todo, por las oportunidades económicas, la corrupción y las libertades, tales como escribir y hablar. Tres cuartas partes de los árabes de Jerusalem oriental están, por lo menos, un poco preocupados, y más de la mitad están más que un poco preocupados, de que perderán su posibilidad de escribir y hablar libremente, si se convirtieran en ciudadanos de un estado palestino en lugar de permanecer bajo control israelí. Si se convirtieran en parte de Israel, sus preocupaciones por la mala conducta moral de sus hijos estarían bastante altas en la lista. Son, hablando en general, un grupo religioso y conservador. Aunque educados y jóvenes, en general, una proporción bastante alta está preocupada por lo que ven como normas morales más laxas o un ambiente más progresista en la sociedad israelí, comparado con su ideal de sociedad y cultura musulmana. El 60 por ciento se preocupó por el acceso a la playa. Viajan bastante a Israel, así que piensan acerca del acceso a la playa cuando consideran su futuro. ¿Habrá un Fin al Conflicto? Hoy en día el proceso de paz no va a ninguna parte. Incluso si produce un acuerdo, no será, necesariamente, más que un pedazo de papel, ni tampoco el fin del conflicto. Les preguntamos a los palestinos en Jerusalem: ¿Si hay un acuerdo, continuará el conflicto? Significativamente, el 41 por ciento cree que el conflicto armado, probable o seguramente, continuará incluso después de un acuerdo de paz, y esto lo dice, entre otras cosas, la población más moderada de los palestinos. Entonces preguntamos: ¿Cómo creen que la gente, en su propio barrio, reaccionaría ante un acuerdo? Alrededor del 31 por ciento dijo que alrededor de la mitad o más, en su propio barrio, apoyarían la continuación de la lucha armada contra Israel, incluso después de un acuerdo de paz. Preguntamos: Si las negociaciones fracasaran, ¿qué tan probable es una nueva intifada en Jerusalem oriental? Sólo el 27 por ciento dijo que es muy probable, pero un adicional 37 por ciento dijo que algo probable. En otras palabras, sumando estas dos cifras, casi dos tercios de los palestinos de Jerusalem oriental, dijeron que una nueva intifada era, al menos, algo probable si las negociaciones de paz colapsaran. Sólo un tercio de los palestinos de Jerusalem oriental dijeron que una declaración unilateral de independencia palestina, incluso respaldada por Naciones Unidas, tendría un efecto positivo sobre sus propias vidas. Dos tercios dijeron que esa medida unilateral no sería más que una declaración vacía y no tendría un efecto positivo. Si los palestinos continuaban por este camino, podría ser una receta para problemas dentro de su propia población, debido a las expectativas que planteadas. La casi inevitable decepción, que es probable que siga, podría llevar, en mi opinión, a una intifada, no sólo contra Israel, sino contra la Autoridad Palestina, siguiendo las líneas de los levantamientos que vimos en otras partes de la región árabe en los últimos meses. A la mayoría de los árabes encuestados no les gusta Irán y le tienen miedo. Esto es válido para Egipto, Jordania, todo el mundo, menos los chiítas en Líbano, y la población saudita, a la que en realidad no le gusta Irán. En muchos de esos países, el 40 por ciento o más, apoya sanciones contra Irán. Ése es un porcentaje muy alto de apoyo a la presión internacional contra un país musulmán. Un tercio de la población saudita dijo que querían que Estados Unidos bombardeara las instalaciones nucleares de Irán. Irán tiene pocos amigos en la región entre la gente común, y eso es bueno saberlo. Por otro lado, los palestinos tienen una terrible opinión de Estados Unidos y son más favorables con respecto a Irán que la mayoría de los árabes. Implicaciones de los Hallazgos En mi opinión, esos hallazgos deberían tener un efecto, como mínimo, en refinar la discusión sobre Jerusalem, y es importante desde una perspectiva del gobierno estadounidense o desde una más amplia perspectiva internacional. Para las personas que tienden a asumir que una solución justa y práctica para la cuestión de Jerusalem es que los barrios árabes formen parte de Palestina y que los barrios judíos se conviertan en parte de Israel, sugieren que esto podría ser algo problemático, desde el punto de vista de las personas que viven en Jerusalem oriental. Este factor debe ser tenido en cuenta o terminaremos con una población muy descontenta de palestinos, que se verán obligados a estar bajo gobierno palestino cuando una pluralidad no quiere eso. Como mínimo, debe haber algún tipo de acuerdo que responda a las necesidades y aspiraciones personales, no sólo a su identidad colectiva o liderazgo político. Dr. David Pollock es el ex jefe de investigación de Cercano Oriente/Asia del Sur/África en la Agencia de Información de EE.UU. Es el asesor principal de Pechter Middle East Polls y miembro senior en el Instituto Washington para Política del Cercano Oriente, centrándose en la dinámica política de los países de Medio Oriente. El Dr. Pollock se desempeñó anteriormente como asesor senior para el Gran Medio Oriente en el Departamento de Estado, cargo que asumió en 2002. Este Jerusalem Issue Brief se basa en su presentación ante el Instituto de Asuntos Contemporáneas en el Centro Jerusalem para Asuntos Públicos del 28 de abril de 2011. http://www.jcpa.org/JCPA/Templates/ShowPage.asp?DRIT=1&DBID=1&LNGID=1&TMID=111&FID=442&PID=0&IID=8573&TTL=What_Do_the_Arabs_of_East_Jerusalem_Really_Want? Traducido para por israel.org por José Blumenfeld Fuente: Cidipal