lunes, 1 de abril de 2013

Le Bristol, el hotel que escondió a judíos de los nazis

Por: Marcos Schwartzman Katz mschwartzman@diariojudio.com Para los juegos de la eliminatoria Mundialista de fútbol soccer, rumbo a Brasil 2014, la selección Española se ha de concentrar en este hotel en la calle de 112 Rue Du Faouburg Saint Honore, 75008, en Paris Francia, pues se disputa su posibilidad de asistir a la justa deportiva más importante del orbe. Este hotel que está junto a la parada del Metro Miromesnit cobra 1,000 dólares la noche -para que se enteren el nivel de alojamiento de este sitio- que está lleno de lujos y comodidades. Este hotel fue un foco de resistencia en la ocupación Nazi. El Hotel ha sido testigo de grandes acontecimientos históricos desde que en 1925, abrió sus puertas en el Fauborg Saint- Honoré y a solo 200 metros de la Residencia del Presidente de la República Francesa, El Palacio del Eliseo y este hotel es un emblema para los franceses. Durante la segunda Guerra Mundial, su propietario Hipolytee Jammet logró que fuera el único de su categoría que no fuera utilizado como oficina bélica. Desde junio de 1940 se instaló en Le Bristol la embajada de los Estados Unidos. William Christian Bullit Jr. que había sido el primer Embajador estadounidense en la URSS, decidió que la representación diplomática debía permanecer en Paris pese a la invasión nazi. Esto causó un enfrentamiento abierto con la casa Blanca. Mientras, Jammet había decidido ayudar desde su hotel a todas las personas que trabajaban para facilitar la salida de los judíos de Francia y fue más lejos aún. En la habitación 106 escondió durante toda la ocupación al arquitecto judío Lerman, al que encargó, mientras estaba escondido, que rediseñara el hotel. La Placa de la habitación 106 desapareció de la puerta y de los registros del hotel para evitar problemas. De sus 188 habitaciones, había una que no existía. Mientras Lerman estaba escondido en la habitación fantasma, el hotel tenía como huésped a John Amery, un británico colaborador de los nazis, profundo antisemita y que acabaría siendo condenado a la muerte y ahorcado en Londres el 19 de diciembre de 1945. Una historia, un pasaje, de los miles que hubo en la segunda conflagración mundial donde judíos pudieron salvarse con ayuda de otras gentes que merecen el reconocimiento de la humanidad por siempre. En el mundo hay 14 millones de judíos y sin la barbarie de la Guerra, en este momento se calcula que serían 40 millones en el mundo. La gente tiene el derecho de manifestar su existencia y su diario accionar de acuerdo a la forma como sienta que debe vivir, mientras sea de una forma de no agredir a l prójimo, lícita y dentro de las reglas y leyes, pero cuando otros enloquecen por el poder y la autoridad, entonces no hay paz ni respeto y se afecta a terceros. Los movimientos bélicos se han dado por estas situaciones y es sólo la educación y el sentido común lo que han de coadyuvar a hacer del mundo un paso transitable, de paz, de armonía y de amor. LE BRISTOL, un monumento Francés que ayudó a los judíos a salir avante y salvar su existencia.