lunes, 2 de septiembre de 2013

*El Infierno No Existe****

Anoche soñé y soñé contigo; soñé, que a nadie debo comentarlo, ya que fue un sueño prohibido. Soñé, que estaba contigo, en una montaña de algodón y que nuestros cuerpos, rebosantes de pasión, nos amábamos sin prisa, sin pausa y con mucho amor. Arriba nuestro estaba el cielo, que nos protegía, debajo no había nada porque el infierno no existía, la tierra asombrada nos miraba embelesada, la gente se enteraba y a nadie le importaba. ¡Pero el infierno no existía y nada nos preocupaba! Que hermoso sueño que tuve, que a nadie debo contar y como tu lo vez a nadie se lo cuento; es nuestro secreto que debemos guardar. Al verte por la calle, estrecho con fuerzas mis manos y así evito abrazarte hasta quitarte el aliento. Me duele nuestro secreto que arrastro y sólo lo dejó cuando estamos en soledad. En ese cuarto extraño que llamamos nuestro nido y que sólo es un refugio para nuestro amor prohibido. No temas, deja de temer, en mis sueños he visto que el infierno no existe; las llamas se han consumido y lo que fue una hoguera, de temer, hoy son cenizas, frías, solitarias y lejanas que a nadie asusta, de verdad. ¡Pequemos con el cuerpo y con la mente, no hay de que temer! Mario Beer-Sheva