lunes, 23 de septiembre de 2013
Las cinco dudas que Obama quería disipar
Barack Obama en su comparecencia esta noche
Barack Obama pronunció su discurso sobre Siria en el mismo lugar en el que anunció la muerte de Osama Bin Laden. Pero esta vez su rostro tenía otro gesto y su mensaje fue menos nítido que el de entonces. Era un presidente con la misión de vender a la opinión pública un ataque que ha intentado esquivar durante dos años justo cuando empieza a explorar un proceso diplomático que podría desactivarlo antes de empezar. Así respondió Obama a las cinco grandes objeciones que plantean quienes se oponen a la intervención.
1. ¿Un segundo Irak?
El presidente afirmó que es consciente de que los ciudadanos están cansados de las guerras y puso un empeño especial en subrayar el carácter limitado de la intervención. "No desplegaré tropas terrestres en Siria", volvió a subrayar. "No lanzaré una acción indefinida como las de Irak o Afganistán ni una campaña aérea prolongada como las de Libia o Kosovo. Esto sería un ataque limitado para lograr un objetivo claro: impedir el uso de armas químicas y degradar los recursos militares de Asad".
El objetivo de Obama era tranquilizar a los diputados demócratas que se oponen al ataque. Pero también a las familias de los militares que han estado desplegados intermitentemente desde el inicio de la intervención en Afganistán. La opinión pública no está por la labor de respaldar otra intervención en el extranjero. Entre otras cosas porque considera que lo que ocurre en Siria no es asunto de Estados Unidos. Un instinto aislacionista muy similar al que se respiraba en EEUU en los prolegómenos de la II Guerra Mundial.
2. ¿Un ataque insignificante?
Obama admitió que algunos congresistas se oponen al ataque porque les parece insuficiente. Son senadores como John McCain o Lindsay Graham, que durante meses le han animado a enviar armas a los rebeldes e intervenir contra el régimen de Asad. "Algunos miembros del Congreso han dicho que no tiene sentido hacer un ataque simbólico en Siria", dijo el presidente. "Por eso quiero dejar claro que el Ejército de EEUU no hace ataques simbólicos. Incluso un bombardeo limitado enviará un mensaje a Asad que ninguna otra nación puede enviar".
Obama aseguró que la Casa Blanca había aprendido la lección de Irak y que ahora sabía no merecía la pena derrocar a un dictador porque "hacerlo nos convierte en responsables de lo que viene después". Unas palabras que sin embargo transmiten un mensaje esperanzador para los tiranos de todo el mundo, que ahora son aún más conscientes si cabe de que Estados Unidos sólo intervendrá en su territorio si masacran a sus ciudadanos con armas de destrucción masiva. No si lo hacen con cazas, con ametralladoras o con Scud.
3. ¿Y si responde Siria?
Obama explicó que era consciente del peligro de una respuesta militar de Siria o de sus aliados. Pero dijo que el régimen no era una amenaza creíble para el Pentágono y aventuró que a Asad no le convenía crear un conflicto mas amplio en la región. "Nuestro aliado Israel puede defenderse a sí mismo con sus fuerzas apabullantes y con el apoyo inquebrantable de EEUU", dijo el presidente en un guiño al premier Benjamín Netanyahu, cuyo entorno ha sido muy crítico con su gestión.
Lo que no explicó Obama es cómo pueden afectar sus vacilaciones de los últimos días a la percepción de los líderes israelíes sobre la amenaza del programa nuclear iraní ni tampoco cuál es su estrategia general para la región. ¿Qué hará si Rusia sigue dando ayuda militar a Asad y torpedea la transición democrática? ¿Cómo rebajará la influencia creciente de los islamistas en la oposición siria? ¿Cómo evitará que el conflicto sirio no siga extendiéndose más allá de la frontera iraquí?
4. ¿Y si ayuda a Al Qaeda?
Obama explicó que un ciudadano le había escrito diciendo que no comprendía por qué EEUU debía involucrarse en un conflicto donde muchos de los que combaten contra Asad son "enemigos de los derechos humanos". El presidente admitió que algunos de los rebeldes pertenecían a grupos islamistas. Pero argumentó que su influencia crecería si Occidente permanecía de brazos cruzados después del ataque químico del 21 de agosto: "Al Qaeda no hará sino ganar fuerza en una Siria más caótica si los sirios ven que el mundo no hace nada para evitar que civiles inocentes sean gaseados hasta la muerte".
Lo que no explicó Obama es cómo puede evitar esa percepción un ataque limitado como el que plantea y tampoco aclaró si seguirá adelante con el plan de armar y entrenar a los elementos moderados de la oposición siria que su entorno anunció a principios de junio y que nunca se ha llegado a aplicar. Al igual que tantas otras veces durante estos días, el presidente dio la impresión de sopesar la intervención militar a regañadientes. No sólo por sus propias convicciones y por las reticencias que ha sentido en su propia familia. También por la oposición de los congresistas, de la opinión pública y de muchos países de la comunidad internacional.
5. ¿Por qué no intervienen otros?
Obama desveló que había recibido una carta de un ciudadano que le decía que no entendía por qué EEUU debía ser "el policía del mundo". El presidente explicó que estaba de acuerdo con él y recordó que durante dos años lo había probado todo para evitar lanzar una acción militar contra el régimen. Fue entonces cuando citó la iniciativa diplomática de Rusia y la posibilidad de aprobar en la ONU una resolución que propiciara el desarme químico de Siria. Pero sus palabras sonaron extrañas en un discurso diseñado para convencer a la opinión pública de la necesidad de llevar a cabo un ataque contra Asad.
"A mis amigos de la derecha les pido que apliquen su compromiso con el poder militar de EEUU a lo que supone no actuar cuando una causa es tan justa y mis amigos de la izquierda les pido que apliquen su creencia en la libertad y en la dignidad para todos a esas imágenes de niños retorciéndose de dolor en el frío suelo de un hospital", dijo Obama consciente de la oposición que suscita el ataque que propone en ambos extremos del espectro político. "A veces las declaraciones y las resoluciones sencillamente no son suficientes", apostilló luego el presidente como quien reflexiona en voz alta antes del penúltimo intento por evitar una guerra que no quiere declarar.
http://www.elmundo.es/elmundo/2013/09/11/internacional/1378869170.html