Una de las historias mas viejas del mundo se esta desarrollando ante nuestros ojos: Los judios estan siendo chivos expiatorios nuevamente.
By SHELBY STEELE
La voz mas interesante en todo el efecto colateral rodeando al incidente de la flotilla a Gaza es esa mojigata y entrometida voz conocida como "opinion mundial." En cada oportunidad "opinion mundial", como una maestra de escuela, toma la ofensiva y condena a Israel por aun otra infraccion de la sensibilidad moral del mundo. Y esta voz ha logrado una legitimidad politica internacional apra que incluso la mas tonta condena de Israel sea una oportunidad para la auto-congratulacion.
Las bandas de rock ahora encuentran fundamento moral en cancelar sus paradas en las giras de verano en Israel (Elvis Costello, the Pixies, the Gorillaz, the Klaxons). Un manifestante en una marcha anti-Israel en New York lleva un cartel describiendo la calavera y huesos cruzados sobre la palabra "Israel." La corresponsal de la Casa Blanca Helen Thomas, en una de las mas espantosas encarnaciones de esta voz, pide a los judios regresar a Polonia. Y por supuesto las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales aprueban con aire satisfecho una resolucion condenatoria tras otra contra Israel mientras la administracion Obama se une o pone reparos con un guiño.
Esto es algo nuevo en el mundo, esta casi completa segregacion de Israel en la comunidad de naciones. Y si los comentarios de Helen Thomas fueron pateticos y desagradables, no apuntaron tambien al fin del juego de esta campaña de aislamiento: la nulificacion de la legitimidad de Israel como una nacion? Hay una escalofriante familiaridad en todo esto. Una de las historias mas viejas del mundo esta desarrollandose ante nuestros ojos: los judios estan siendo chivos expiatorios nuevamente.
"Opinion Mundial" trabaja poderosamente para hacer ver a Israel como Sudafrica se veia en la era del aparteid—una nacion mas alla de la moral aceptable. Y proyecta sobre Israel el mismo pecado que hizo de la Sudafrica del Aparteid tan intocable: la supremacia blanca. En cierta forma "opinion mundial" se ha alejado del viejo punto de vista del siglo XX del conflicto israeli-palestino como una disputa territorial complicada entre dos pueblos largamente sufrientes. Hoy el mundo pone su dedo sobre la escala por los palestinos demonizando al mas fuerte y blanco Israel como una potencia esencialmente colonial comprometida con la "ocupacion" de la batallada geten del Tercer Mundo.
Este es ahora- figurativamente en algunos rincones y literalmente en otros- el lente moral a traves del cual Israel es vista. No importa que mucho del mundo puede realmente conocerlo mejor. Este lente se ha vuelto apropiado, una forma de buenas maneras, una correccion politica. Asi es de buenas maneras ser escandalizado por el bloqueo de Gaza por parte de Israel, y es de malas maneras ser escandalizado por el reciente ataque de Hamas a una escuela debido a que educaba niñas, o por los cientos de cohetes que Hamas ha disparado a ciudades israelies—o incluso por el hecho que Hamas es armado y financiado por Iran. El mundo quiere investigaciones independientes de Israel, no de Hamas.
Una razon para esto es que todo el mundo occidental ha sufrido de un deficit de autoridad moral por decadas ya. Hoy nosotros en el Occidente estamos reticentes a utilizar nuestro poder militar absoluto en la guerra para que no sea visto como imperialista; vacilamos en reforzar nuestras fronteras para no ser vistos como racistas; estamos reticentes a pedir la asimilacion de los nuevos inmigrantes para no ser vistos como xenofobos; y estamos dolidos de dar a la civilizacion occidental primacia en nuestro programa escolar para no ser vistos como supremacistas. Hoy el Occidente vive a la defensiva, la misma legitimidad de nuestras sociedades modernas requiriendo constante disociacion de los pecados del antiguo racismo, explotacion economica, imperialismo y sigue, occidentales.
Cuando los comandos israelies abordaron ese ultimo barco en la flotilla y, despues de ser atacados con palos metalicos, mataron a nueve de sus atacantes, ellos estaban actuando en un mundo sin la autoridad moral para darles el beneficio de la duda. Por las apariencias ellos fueron tropas de choque de una nacion del Primer Mundo en gran parte blanca dispuesta a masacrar incluso a "activistas de paz" a fin de aplicar un bloqueo contra la empobrecida gente marron de Gaza. Asi la ironia: a los ojos del mundo occidental moralmente comprometido, los israelies se vieron como la Gestapo.
Esta, por supuesto, no es la realidad de la moderna Israel. Israel no busca oprimir u ocupar- y ciertamente tampoco aniquilar- a los palestinos en la busqueda de alguna supremacia judia atavica. Pero el mero eco del vergonzoso pasado occidental es suficiente para congelar el apoyo por Israel en el Occidente.
El occidente tambien carece de la auto-garantia para ver a los palestinos apropiadamente. Aqui nuevamente es mas seguro en el Occidente blanco ver a los palestinos como ellos se propagandean a si mismos- como un pueblo "ocupado" al que se le niega la soberania y la simple dignidad humana por parte de un colonizador occidental. El Occidente es simplemente muy vulnerable al estigma racista para objetar esta caracterizacion "neo-colonial."
Nuestro problema en Occidente es entendible. Nosotros no queremos perder mas autoridad moral que la que ya perdimos. Entonces elegimos no ver ciertas cosas que estan precisamente bien frente a nosotros. Por ejemplo, ignoramos que los palestinos- y por tal caso mucho del Medio Oriente- es llevado a la militancia y guerra no por quejas legitimas contra Israel o el Occidente sino por un sentido de inferioridad internalizado. Si los palestinos obtuvieran todo lo que quieren- una nacion soberana e incluso, digamos, un arma nuclear- ellos despertarian la mañana siguiente aun acosados por un sentido de inferioridad. Para mejor o para peor, la modernidad es ahora la medida del hombre.
Y la mas rapida cobertura para la inferioridad es el odio. El problema no soy yo; son ellos. Y en mi victimizacion yo disfruto una grandiosidad moral y humana- no importa cuan listo y moderno sea mi enemigo, yo tengo la inocencia que define a las victimas. Yo puedo ser pobre pero mis manos estan limpias. Incluso mi retraso y pobreza solo reflejan una superioridad moral, mientras que la riqueza de mi enemigo prueba su inhumanidad.
En otras palabras, mi odio es mi auto-estima. Esto debe tener mucho que ver con el motivo por el cual Yasser Arafat rechazo la famosa oferta de Ehud Barak en Camp David en el año 2000 en la cual Israel ofrecio mas del 90% de lo que los palestinos habian exigido. Haber aceptado esa oferta hubiese sido olvidar el odio como consuelo y significado. Asi hubiese zambullido a los palestinos—y por consecuencia al mas amplio mundo musulman- en una confrontacion con su inferioridad relativa a la modernidad. Arafat sabia que sin los judios para odiar una cohesion completa abandonaria el mundo musulman. Entonces el dijo no a la paz.
Y esta recalcitrancia en el mundo musulman, esta atraccion con las consolaciones del odio, es uno de los mayores problemas del mundo hoy- sea en los suburbios de Paris y Londres, o en Kabul y Karachi, o en Queens, New York, y Gaza. El fervor por el odio como rescate puede no definir al mundo musulman, pero se ha convertido en una droga que alivia elementos de ese mundo en la mas grande competencia con el Occidente. Este es el problema para el que nosotros en el Occidente no tenemos una solucion facil, y nosotros hacemos un chivo expiatorio de Israel- advirtiendole que se comporte mejor- para no sentirnos indefensos. Nosotros vemos nuestra propia vulnerabilidad alli.
El Sr. Steele es un becario senior en la Institucion Hoover de la Universidad Stanford.
Fuente: The Wall Street Journal
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