martes, 8 de enero de 2013

Revueltas árabes: Los islamistas ganaron en 2012. Y,¿Ahora?

Dr. Yaron Friedman http://www.ynet.co.il/articles/0,7340,L-4328725,00.html La primera etapa de las revueltas árabes, que comenzaron en 2011, finalizó: cuatro regímenes cayeron como consecuencia del enorme movimiento de protesta denominado, en su momento, con el nombre de “Primavera Árabe”. ¿Cómo es caracterizado en cada nación y qué se espera en el año 2013? Tres tipos de revueltas definieron la protesta árabe. El primer tipo corresponde a las revueltas silenciosas: aquellas que por medio de la protesta popular que llevaron al derrocamiento del presidente de Túnez y de Hosni Mubarak en Egipto. Las revueltas violentas son el segundo tipo. Condujeron a la batalla popular y armada para la eliminación de Mohamar Gadafy y su régimen en Libia, la destitución de Ali Abdullah Salah en Yemen y la guerra civil que, aún, azota a Siria. El tercer tipo son las revueltas de la reforma que obligaron a regímenes como Jordania, Marruecos, Arabia Saudita y otros, a tomar medidas de reforma, de largo alcance, encaminadas a la liberalización, la democratización y la lucha contra la corrupción. El año que pasó (2012), es el primero de lo que se denomina, en árabe, “etapa de tránsito”, en el que se consolidaron las nuevas instituciones y se realizaron elecciones tras la caída de los regímenes y, en parte de los países, comenzó un proceso de consolidación de la nueva Constitución. Después que los revoltosos se mantuvieran unidos ( primera etapa a favor de la destitución del gobierno), en la etapa de tránsito se despertaron entre ellos disputas con respecto al estilo de estado futuro. La corriente liberal y laica de los jóvenes de la revolución, que condujo el principio de la protesta, fue empujada a un lado en la primera etapa. Primavera árabe: ¿Quién ganó y quién perdió? Los nacionalistas, que vieron en la revuelta una posibilidad de revivir la idea de unidad árabe (nasseristas y baathistas, por ejemplo), fueron arrojados al costado debido a que sus ideas caracterizaban, justamente, a esos regímenes a cargo de jefes militares corruptos, a los que pretendían destituir. La revuelta en Siria se orientó hacia el régimen Baat, asentado en Damasco, el último régimen nacionalista pan-árabe que quedaba en Medio Oriente tras la caída de Saddam Hussein en Irak. Los principales beneficiarios de las revueltas son las corrientes islámicas, en especial, la de Los Hermanos Musulmanes, que obtuvieron la mayoría en las elecciones a las cámaras de electores en diferentes países. Al principio de la etapa de tránsito, fueron esos los movimientos islámicos más extremistas que amenazaron su gobierno. Sin embargo, a lo largo del año, se despertó en los países árabes una protesta, también laica contra el control islámico, en particular en Egipto, donde fue elegido un candidato de La Hermandad para la presidencia. Las revueltas árabes no saltearon a los palestinos, pero la protesta fue, en especial, contra la división que separa al movimiento Fatah y Hamas. En el año 2012, se inició la protesta en Cisjordania debido a la crisis económica grave que azotó la Autoridad Palestina y la ausencia de horizonte político. Justamente, la división entre Cisjordania y la Franja de Gaza, impidió a Hamas aprovechar la protesta social contra Abu Mazen. El dictador sirio se niega a dejar su sillón En los países del “primer círculo”, los que rodean a Israel, vemos la estabilidad del régimen de Egipto en relación al continuo deterioro en Siria, donde el presidente Bashar Assad, decidió “ir hasta el fondo”. La revuelta siria amenaza con filtrarse a Líbano mientras, en Jordania, el Rey Abdullah se siente amenazado por la protesta interna, la ola de refugiados a su país, por los cambios a su alrededor y, en especial, por la pérdida de su aliado tradicional en Egipto. En el “segundo círculo” alrededor de Israel, se suceden menos revueltas conocidas para los israelíes, aunque su influencia en la región puede ser significativamente más importante. En Túnez, pionera de las revueltas árabes, el país está paralizado por la batalla que vive entre la izquierda y los islamistas. El gobierno se ve dificultado de gobernar, liderar las reformas y la Constitución se retrasa. Las batallas se suceden dentro del gobierno que controla mientras la calle padece manifestaciones y huelgas sin pausa. Al mismo tiempo, el país - rico en petróleo- se hunde en la crisis económica. En la vecina Libia sobrevuela una situación aún más difícil. Libia cuenta con el potencial de ser el país más rico del Magreb, gracias a sus depósitos de petróleo, pero se hunde en combates de mafias. El gobierno transitorio no logra recolectar las armas acumuladas a manos de los rebeldes y, entre ellos, no pocos hombres de al-Qaeda. La comisión nacional declaró el sur como territorio militar debido a las guerras tribales. Esa situación no permite llevar a juicio al hijo de Gadafy, que fue encerrado por Mauritania en una de las tribus. En Yemen se vive una situación similar a Libia: ausencia de capacidad - por parte del régimen- para controlar a las tribus y mafias que acumulan armamento. A diferencia de Libia, el ejército en Yemen no se disolvió y se encuentra aún bajo control del gobierno mientras los países del Golfo lograron la aprobación del líder, Ben Ali, para abandonar su país y transferir el control a su heredero. Sobre Yemen sobrevuela el peligro de deterioro a la anarquía y la guerra entre grupos y tribus. Existen grupos que enarbolan la división de Yemen ( norte y sur), tal como fuera hasta los años 90 mientras, la minoría chiita, que ayudó a la revuelta podría, ahora, exigir su autonomía. Método saudita: mover la economía En Arabia Saudita, la vecina del norte, sucedieron episodios de protesta, en especial en la primera etapa de las revueltas árabes, que las autoridades lograron calmar con recursos económicos: creación de puestos de trabajo, construcción masiva de viviendas para jóvenes y de organismos de lucha de la desocupación y la corrupción. En los países del Golfo Pérsico la protesta fue moderada solamente en Bahréin, donde manifestaron los chiitas ( 60% de la población), contra las autoridades déspotas de la familia sunita al-Thani. En Irak, en cambio, se despertó una protesta contraria, de los sunitas contra la mayoría chiita y contra el gobierno de al-Maliki, a quien acusan por discriminación. En Bahréin e Irak está involucrado el factor iraní. En Bahréin acusó el Emir gobernante a Irán de acompañar la protesta e involucró a Arabia Saudita por su represión. La situación aún permanece tensa. En Irak sostienen los manifestantes sunitas que, Irán, es quien mantiene los hilos del régimen. En la protesta sunita iraquí están, también, involucrados los factores de Al Qaeda, que promueven atentados contra los chiitas desde el inicio de la Segunda Guerra del Golfo. Turquía, ve en las revueltas árabes un motor de interés islámico sunita para el “Partido de la justicia y el desarrollo” encabezado por el Primer Ministro Tagip Erdogan. Irán también apoya las revueltas árabes con la esperanza que el ascenso del islam promueva la visión del Ayatola Khoumeni de crear un imperio islámico. Sin embargo, Irán ve en la revolución que amenaza con el régimen sirio, un gran peligro de ataque al “enclave chiita” y, en última instancia, a la eliminación de Hezbollah, tras la destitución de Assad. Desde el punto de vista de Israel, las revueltas árabes en general (y la etapa de tránsito en particular) conllevan un peligro y un potencial: la objeción a los regímenes en los países que firmaron acuerdos de paz con Israel y el ascenso del islam son factores amenazantes. Por el contrario, la situación de anarquía, que sobrevuela en la mayoría de los países árabes, los debilita y despeja la amenaza de guerra para el próximo año. En las revueltas, los pueblos árabes se concentraron en sus problemas internos y el tema israelí fue arrojado a un lado. Los nuevos regímenes se encuentran en etapa de organización y no consolidaron una posición clara sobre la pregunta de las relaciones con Israel. No cabe duda que las elecciones en Israel y los vínculos del próximo gobierno de Israel con los palestinos tendrán una influencia decisiva sobre esa posición.