viernes, 25 de enero de 2013

Hamas, una voz “fiable”

El diario digital elEconomista.es publicó una crónica de AFP (Hamas prevé una radicalización de Israel tras las elecciones) el día 22 de enero de 2013, donde reproduce las acusaciones que formuló Ismail Haniye, uno de los líderes del grupo terrorista Hamas, acerca de un vuelco “aún más extremista” de Israel a partir de las elecciones. En todo el artículo no figura ni una sola fuente Israelí. El artículo recogía las declaraciones de Haniye - al que presentan como “jefe del gobierno palestino del Hamas” - que decía: “Las tendencias de las elecciones israelíes apuntan al paso de un gobierno extremista a otro que lo será aún más”. “Esto nos exige definir, como palestinos, árabes y musulmanes, una estrategia unificada para hacer frente al agravamiento del extremismo sionista”. Es decir, se prefigura a Israel como agresor y a los palestinos como sujetos reactivos. El medio no se molesta en aclara absolutamente nada. Como por ejemplo, que sólo en 2011, 630 cohetes lanzados desde Gaza alcanzaron ciudades israelíes. O que desde 2001 más de 12.800 cohetes y morteros (un promedio de tres ataques por día) cayeron en Israel. En su lugar, optaba por su versión de contexto: “La franja de Gaza está gobernada desde 2007 por el Hamas, un movimiento que no reconoce la existencia de Israel y preconiza la lucha armada contra el Estado hebreo. Israel, por su parte, considera al grupo islamista como una organización ‘terrorista'.” El medio parece estimar suficiente esta aclaración incompleta – que deja en duda que Hamas sea un grupo terrorista (¿por qué, sino, el entrecomillado de la palabra terrorista?) - como contextualización. Pero no sólo eso. Cuando Israel indica que Hamas es un grupo terrorista, el medio estima necesario entrecomillar; en cambio, no duda en afirmar que Haniye es “jefe de gobierno” del “movimiento” Hamas. Así, se da como un hecho la versión palestina – pero no cualquiera, sino la de un grupo terrorista -, y se pone en duda la israelí. Es preciso aclarar que Hamas es un grupo terrorista no sólo para Israel; también lo es para Unión Europea, Departamento de Estado de Estados Unidos, Japón, Canadá y Australia, entre otros) Hamas no sólo no reconoce la existencia de Israel como país, sino que, en su carta fundacional sentencia: “Israel existirá, y continuara existiendo, hasta que el Islam lo destruya, de la misma manera que destruyó a otros en el pasado” (Preámbulo) “Las iniciativas [de paz], y las llamadas soluciones pacíficas y conferencias internacionales contradicen los principios del Movimiento de Resistencia Islámica” (Artículo 13). “El Día del Juicio no llegará hasta que los musulmanes no luchen contra los judíos y les den muerte. Entonces, los judíos se esconderán detrás de las rocas y los árboles, y éstos últimos gritarán: ‘¡Oh musulmán!, un judío se esconde detrás de mí, ven a matarlo'”(Artículo 7). ¿No es la primera sentencia una promesa explícita de genocidio? ¿Y la última? ¿Esta es una fuente de información válida? Cuanto menos, si el medio pretende dar un contexto cabal de la noticia, no puede obviar estos datos sumamente relevantes. Y, aún así, lo hace. Continuando con la versión reducida de contexto que brinda elEconomista.es, surge una pregunta más: ¿Cómo se hizo con el poder Hamas? El medio sólo menciona que: “El Hamas disputa la legitimidad del liderazgo palestino a la Autoridad Palestina de Mahmud Abas, que gobierna Cisjordania.” Ahora, el diario El Confidencial daba cuenta, el 14 de junio de 2007, de los enfrentamientos por el poder entre Hamas y Al Fatah en la Franja de Gaza, con un titular muy concluyente: Hamas expulsa a Al Fatah de Gaza mientras Abas declara el estado de emergencia E informaba que: “Los combatientes de Hamás buscaban este jueves a los últimos leales al presidente palestino, Mahmud Abas, en la Franja de Gaza, tras hacerse con el control de sus últimos bastiones, mientras el dirigente apoyado por Occidente disolvía el gobierno de unidad nacional y declaraba el estado de emergencia. [...] Milicianos de Hamás ejecutaron a un alto cargo de Al Fatah por ‘colaborador' y pasearon su cadáver por las calles de Ciudad de Gaza, dijeron testigos, al tiempo que anunciaban que hay otros a los que buscan para acabar con ellos. [...] Algunos hombres de Al Fatah se vengaron en Cisjordania, disparando a un integrante de Hamás cerca de Ramala, y capturando a varios más en las localidades de Yenin y Naplusa.” ¿Por qué no se puede decir la verdad sobre Hamas? ¿Por qué se trata a la organización terrorista con tanto cuidado? El artículo contribuye, en definitiva, a alimentar la idea de una “radicalización” de Israel o de un giro hacia la “extrema” derecha, algo que vienen dando a entender varios medios. Pero lo más llamativo, es que en este caso se da un paso más, y se utiliza la opinión del líder de un grupo terrorista como fuente informativa válida. El Código Deontológico de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España) indica: “El compromiso con la búsqueda de la verdad llevará siempre al periodista a informar sólo sobre hechos de los cuales conozca su origen, sin falsificar documentos ni omitir informaciones esenciales, así como a no publicar material informativo falso, engañoso o deformado. En consecuencia: a. Deberá fundamentar las informaciones que difunda, lo que incluye el deber que contrastar las fuentes y el de dar la oportunidad a la persona afectada de ofrecer su propia versión de los hechos. (Artículo 13) El periodista establecerá siempre una clara e inequívoca distinción entre los derechos que narra y lo que puedan ser opiniones, interpretaciones o conjeturas... (Art. 17)”. Es preciso volver a formularse una vez más una pregunta: ¿Es el grupo terrorista Hamas una fuente de información cabal para opinar sobre las elecciones en Israel? El lector tiene derecho (y el periodista la obligación) a conocer los intereses creados de quien emite una opinión, tiene derecho a conocer quién emite esa opinión. El periódico digital elEconomistsa.es le niega esa oportunidad a lector. ¿Le pedirían a ETA un análisis sobre unas elecciones en España? ¿Y a Al- Qaeda una opinión sobre el desarrollo de la situación en Mali? Si esto no se estima como una práctica razonable (mucho menos ética), ¿por qué en el caso de Hamas las mismas reglas no se aplican? ¿Cuál, entonces, es la diferencia? por Marcelo Wio