martes, 16 de abril de 2013

Semanario Especial de la O.L.E.I. RAANANA

Semanario Especial de la O.L.E.I. RAANANA Temario: Iom Hazicarón: Recuerdo a los soldados caidos. Autor: Jose Caro * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * IOM HAZICARON (Dia de Recordación) Iom Hazicarón le Jalalei Tzahal Por Jose Caro Seguramente solo para el pueblo israelí, esta fiesta, que cada año precede a la mega celebración de Yom Hatzmaut (Día de la Independencia del Estado de Israel)adquiere una trascendencia tan particular y tan nacional . Es difícil no encontrar en alguna familia israelí la falta de un padre, tío, hijo o hija que no haya caído en alguna de la guerras que desde su independencia ha librado el Estado de Israel; por eso su carácter tan particular y especial, reducido al núcleo básico de esta sociedad tan joven, que arrastra tanto dolor desde mucho antes de su fundación política. Y a su vez es nacional, porque todos los que habitamos esta tierra, -provenientes de todos los rincones del planeta-, nos sumamos al dolor y al recuerdo de todos aquellos que perecieron por la defensa de la patria. Con la aparición de las estrellas, en cada Ciudad comienza a sonar la primera sirena. Un Acto importante paraliza la vida cotidiana, y en estremecedor silencio, los ojos llorosos se dirigen hacia el cielo para dedicar entre todos alguna íntima plegaria, que pueda recordar a todos y cada uno de nuestros héroes. A las oraciones tradicionales del pueblo Judio, les siguen los nombres de cada uno de los caídos y canciones tristes amenizan la velada junto a los relatos de sus familiares. El Hatikva, -Himno del Estado de Israel-, cierra la noche, iluminada por la luna y unas estrellas conmovidas que nos anuncian el final de la jornada. A la mañana siguiente, las ceremonias se realizan en los cementerios militares, allí el recuerdo vuelve a ser mas particular, familiar y de características castrenses; donde un recogimiento general comienza otra vez con la sirena eterna y penetrante; continúa con el Kadish, la Oración fúnebre del Malé Rajamim; palabras alusivas, una salva de balas y por fin nuevamente el Hatikva, que nos abraza a todos y que nos indica que la Esperanza, es nuestro único consuelo y también nuestra fortaleza para encaminarnos hacia el futuro. Esta vez el escenario es distinto, así como el color del cielo y el astro que anuncia con su luz, que el día precedió a la oscuridad. Una de las características mas notorias es el dolor, el llanto y el recuerdo, la tristeza y la emoción por quienes yacen en esas tumbas tan cuidadas, pero solas junto a sus sus almas. Las familias aquí y de cada soldado, sus espíritus libres, como la lucha por la libertad que cada uno de ellos defendió. Lo mas curioso y digno de mención es el amor de los familiares. Las palabras son dulces y repletas de cariño. No existe odio, ni deseos de venganza, tampoco de justicia. Cada padre, hermano, hijo, sabe que la muerte de su ser querido fué la ofrenda para la patria que nacía y que lucho por su liberación. Se acata la noción del deber, de la obligación innata en cada uno uno de los nacidos aquí y de los llegados de otras tierras que tuvieron que luchar tantas veces como fué necesario para preservar al país de una derrota que significara su destrucción y la del pueblo judio todo. Al terminar el Acto, una madre simplemente exclamó: Otro año mas....., así de simple y de cruel. Hay que volver a casa y dejar en soledad a esa vida truncada que murió por un ideal personal y a la vez nacional. A ellos les debemos lo que somos; como hombres y como sociedad, lo que logramos y lo que tenemos; lo que seremos y lo que crearemos. Así transcurre en Israel, este día tan especial. El próximo año otra vez nos convocaremos para estas mismas ceremonias. Quien no recuerda a sus héroes, no merece un gran destino. Gracias a todos ellos y a todas las familias que han sabido cambiar el dolor por el odio y la resignación por la venganza. A todos los amamos. Otra vez ha oscurecido, pero ahora se altera el ritmo de nuestras vidas. Llega Yom Hatzmaut. Pasamos del dolor a la alegría; del llanto a la algarabía y del recuerdo a la satisfacción de saber que somos y seremos un gran país. Honor a todos los caídos en cumplimiento del deber. Nunca los olvidaremos....