domingo, 5 de mayo de 2013

ACTUALIDAD

A mediados de abril, el líder de Hezbollah - Hassan Nasrallah - hizo una visita secreta a Teherán, donde se reunió con altos oficiales iraníes encabezados por el Líder Supremo Ali Khamenei y el General Qasem Suleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardias Revolucionarias. Suleimani preparó un plan operativo, que lleva su nombre, basado en el establecimiento de una fuerza humana de 150.000 hombres para Siria, la mayoría de los cuales llegarían desde Irán, Irak y un número menor desde Hezbollah y los Estados del Golfo. · La participación de Suleimani fue significativa. Fue la punta de lanza del activismo militar iraní en Medio Oriente. En enero de 2012 declaró que la República Islámica controlaba “un camino u otro” de Irak y el sur de Líbano. Incluso antes de los recientes acontecimientos en Siria, observadores del mundo árabe advirtieron, durante años, sobre la creciente evidencia del “expansionismo iraní”. · Una expresión importante de la centralidad de Siria en la estrategia iraní fue dicha por Mehdi Taaib, quien encabeza en think tank de Khamenei. Declaró que Siria es el 35º distrito de Irán y que tiene una importancia estratégica mayor para Irán que Khuzestan (distrito de población árabe dentro de Irán). De manera significativa, Taaib trabazaba una comparación entre Siria y un distrito que está bajo total soberanía iraní. · Teherán tuvo ambiciones políticas sobre Siria durante años e invirtió enormes recursos en hacer de Siria un estado shiita. El régimen sirio permitió que misioneros iraníes trabajasen, con libertad, para fortalecer la fe shiita en Damasco y las ciudades de la costa alawita, así como en urbes más pequeñas y aldeas. Tanto en partes urbanas como rurales de Siria, sunnitas y otros que adoptaron la fe shiita recibieron privilegios y tratamiento preferencial en el desembolso de la ayuda económica iraní. · Irán está reclutando fuerzas shiitas en Irak para hacer la guerra en Siria. Esas fuerzas están organizadas en un marco hermanado con Hezbollah libanés. Conocida como la Liga del Pueblo Justo y Kateeb Hezbollah, su misión es defender los centros shiitas en Damasco. Es probable que, Teherán, haga todos los esfuerzos para reclutar otros elementos shiitas desde Irak, el Golfo Pérsico e, incluso, Pakistán. Irán no puede permitirse perder a Siria A mediados de abril el líder de Hezbollah Hassan Nasrallah realizó una visita secreta a Teherán donde se reunió con altos representantes iraníes, encabezados por el líder supremo, Ali Khamenei y el comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardias Revolucionarias General Qasem Suleimani, a cargo de la policía iraní en Líbano y Siria. La visita fue clandestina y no se divulgaron detalles a nivel oficial- excepto por el exclusivo posteo, en el sitio en internet oficial de Hezbollah, de una fotografía de Khanemei con Nasrallah a su lado en la ex biblioteca privada, presidida por una fotografía del Ayatollah Khomeini. La participación de Suleimani en el encuentro con Nasrallah fue significativo. Fue la punta de lanza del activismo militar iraní en Medio Oriente. En enero de 2012, declaró que la República Islámica controlaba “un camino u otro” a Irak y sur de Líbano. Ahora parece estar preparado para extender el control de Irán a todo Siria.. Una fuente de prensa, normalmente hostil hacia Irán y Hezbollah pero que que cuenta con información exacta, informó que Irán formuló un plan operativo para asistir a Siria. El plan fue mencionado por el General Suleimani. Incluye tres elementos: 1) establecimiento de un ejército popular sectario, conformado por shiitas y alawitas, a ser apoyada por fuerzas de Irán, Irak, Hezbollah y contingentes simbólicos del Golfo Pérsico. 2) Esta fuerza alcanzará los 150.000 combatientes; 3) El plan dará preferencia para importar fuerzas desde Irán, Irák y solo posteriormente, otros elementos shiitas. Esa fuerza regional será integrada por el ejército sirio. Suleimani visitó Siria a fines de febrero-principios de marzo para preparar la implementaciónd de ese plan. En el pasado, oficiales iraníes senior (como el Mayor General Yahya Rahim-Safavi, el ex comandante de las Guardias Revolucionarias que es asesor de Khamenei) dijeron que Líbano y Siria dieron a Irán “profundidad estratégica”. Ahora parece que Teherán está dando un paso más, preparando un “Plan B” en caso que Assad caiga. Nasrallah, raramente, hace tales viajes. La última vez que salio en visita fuera de Líbano fue en febrero de 2010, cuando se reunió en Damasco con el Presdente sirio, Bashar Assad y el iraní Mahmoud Ahmadinejad. Nasrallah se cuida mucho de no aparecer en público desde la segunda Guerra de Líbano (2006), incluso más desde el asesinato del líder del ala militar de Hezbollah, Imag Mughniyeh en Damasco en febrero de 2008. Incluso en Irán mismo, Nasrallah mantuvo secreto total por temor a convertirse en blanco de asesinato. Luego de la visita, dio un discurso en Líbano el 30 de abril pero no dijo nada sobre su visita a Irán. Remarcó que Siria “tiene amigos reales” que no lo dejarán caer, implicando que, si fuera necesario, redoblaría sus esfuerzos para defender los intereses iraníes, que fueron, siempre, una de las misiones de Hezbollah. Parece que la continua participación de Hezbollah en Siria, y su alcance, conformaron el tema principal en la agenda durante la visita de Nasrallah a Teherán. Cuanto más tiempo pase, Irán parece considerar más a Siria como eje central de su política de Medio Oriente, en general, y en la conducción de la jihad y la resistencia islámica a Israel, en particular. La inclusión de Hezbollah en el conflicto armado en Siria tiene la intención, primero y principal, de servir a la estrategia iraní, que estableció nuevos objetivos aparte de la asistencia militar al régimen sirio. Irán ya parece estar mirando más allá de la supervivencia del regimen y se prepara para una realidad donde tendrá que operar en Siria, incluso si Assad cayera. Inclusive antes de los recientes acontecimientos en Siria, observadores del mundo árabe advirtieron durante años sobrre la creciente evidencia del “expansionismo iraní”. Una importante expresión de la centralidad de Siria en la estrategia iraní fue mencionada por Mehdi Taaib, quien lidera el think tank de Khamenei. Hace poco declaró que “Siria es el 35º distrito de Irán y tiene una importancia estratégica mayor para Irán que Khuzestan (distrito poblado por árabes dentro de Irán). Al preservar a Siria seremos capaces de obtener, otra vez, a Khuzestan, pero si perdemos a Siria, ni siquiera seremos capaces de mantener a Irán”. De manera significativa, Taaib trazaba una comparación entre Siria y un distrito que está bajo total soberanía iraní. Lo que además quedó claro en sus expresiones fue que Irán no puede permitirse perder a Siria. Siria como Estado shiita Irán tendrá que aumentar su participación militar en Siria. El representante de Khamenei en Líbano deberá participar en la construcción de una nueva estrategia en Siria, actuando en conjunto con Irán contra grupos islámicos sunnitas que amenazan los intereses de Irán en Siria. Teherán tuvo ambiciones políticas con respecto a Siria durante años y, en verdad, invirtió enormes recursos en hacer de Siria un Estado shiita. El proceso comenzó durante el gobierno de Hafez Assad cuando se creó una red de gran alcance de instituciones educativas, culturales y religiosas a través de Siria; fue expandida durante el reinado de Bashar. El objetivo fue promover la shiiización de todas las regiones del estado sirio. El régimen sirio permitió que misioneros iraníes trabajaran, con libertad, para fortalecer la fe shhita en Damasco y en las ciudades de la costa alawita, así como en pequeñas urbes y poblados. Un estudio de campo, realizado por la UE en la primera mitad de 2006, encontró que el mayor porcentaje de conversiones religiosas al shiismo ocurrieron en áreas con mayoría alawita. Tanto en zonas urbanas como rurales sirias, sunnitas y otros que adoptaron la fe shiita, recibieron privilegios y tratamiento especial en el desembolso de la ayuda de dinero iraní. Los lideres de las tribus, en la zona de Raqqa, fueron invitados por el embajador irani en Damasco a visitar Irán, sin costo, y los iraníes repartieron fondos a los pobres y préstamos financieros a comerciantes a los que nunca se les pidió que los pagaran. Las dimensiones de la inversión iraní en Raqqa, incluyendo elegantes edificios públicos, mezquitas y Husayniyys (institutos religiosos shiitas), fueron dadas a conocer por rebeldes sunnitas que tomaron la remota ciudad y la destruyeron, saquearon y borraron todo signo de presencia iraní y shiita. Hacia 2009 había más de 500 Husayniyys en Siria, que se estaban renovando por la labor iraní. En Damasco mismo los iraníes invirtieron enormes sumas para controlar lugares sagrados shiitas, incluyendo la atumba de Sayyida Zaynab, la cúpula de Sayyida Ruqayya y la de Sayyida SUkayna. Esos sitios atraen el turismo iraní, que creció de 27.000 visitantes en 1978 a 200.000 en 2003. Irán maneja un centro cultural en Damasco, considerado uno de sus más importantes y exitosos. Este centro publica trabajos en árabe, organiza eventos culturales dos veces por semana, seminarios y conferencias destinadas a fortalecer la influencia cultural iraní en el país. Es, además, responsable de la propagación y estudio de la lengua persa en universidades sirias, incluyendo la provisión de maestros de idioma persa. El Auspicio de Irán de Fuerzas Shiitas en Siria En el presente, sangrientas batallas se están librando por los centros de influencia iraní en Siria, mayormente el mausoleo de Sayyida Zaynak- hermana del Imam Husayn- quien, en el 680, llevó su cabeza cercenada a Damasco luego de la masacre en Karbala. En la historiografía iraní, la gran vistoria sobre los sunnitas es marcada en Damasco bajo la forma de un renacimiento shiita en la capital del odiado Imperio Umayyad. Los sunnitas están amenazando a esos logros iraníes. Hezbollah reclutó para la causa, cientos de sus combatientes llegando desde Siria hasta Líbano; que tratan de minimizar su afiliación a Hezbollah y, en su lugar, se identifican como la Brigada Abu El Fadl, que lleva el nombre del medio hermano del Imam Husayn. Irán está reclutando fuerzas shiitas en Irak para la guerra en Siria. Están organizados en un marco hermanados con Hezbollah libanés. Conocido como Liga del Pueblo Justo y Kateeb Hezbollah, su misión es defender los centros shhitas en Damasco. Los combatientes de Hezbollah están operando en otras áreas, algunas más allá de la frontera libanesa en las ciudades shiitas del territorio sirio camino a Homs, creando una suerte de continuidad territorial para un continuado control alawita bajo influencia iraní. Esta continuidad es estratégicamente importante dado que liga a Líbano y Damasco con la costa alawita. Irán apunta a tener una red de milicias en un lugar dentro de Siria para proteger sus intereses vitales, sin importar lo que ocurra con Assad. La guerra en Siria persiste sin ningún resultado decisivo en el horizonte. Las pérdidas de batalla de Hezbollah crecen. Subhi Tufayli, primer líder de Hezbollah despedido por Irán a comienzos de los años 1990, fue uno de los críticos más destacados de la participación de Hezbollah en Siria. Tufayli reclamó que 138 combatientes de Hezbollah fueron asesinados junto con decenas de heridos, llevados a hospitales en Líbano. Las ceremonias de entierro de los muertos son organizadas, con frecuencia, de manera clandestina, a veces de noche, para evitar el enojo y el resentimiento. Esas pérdidas no desaparecen de la vista y las familias plantearon duros cuestionamientos sobre esos innecesarios sacrificios que no están en el sagrado encuadre de la jihad contra Israel, que es la razón de ser de Hezbollah. Tufayli afirmó que los combatientes de Hezbollah muertos en batalla en Siria “no son mártires” e “irán al infierno”. Siria, remarcó, “no es Karbala” y los hombres de Hezbollah en Siria “no son combatientes del Imam (Husayn). El oprimido e inocente pueblo sirio es Karbala y los miembros del pueblo sirio son los hijos de Husayn y Zaynab”. Tufayli continuó diciendo que “alaba a los padres y madres que evitan que sus hijos vayan a Siria y les dice que la bendición de D´ s esté con ellos”. Tufayli destacó que, desde el punto de vista legal, ningún fatwa fue implementada que permita la participación de Hezbollah en la guerra en Siria. Dijo que apeló a la autoridad religiosa suprema- las fuentes de emulación (Maraki Taqlid) en Najaf y en Líbano- para no implementar un fatwa como esa. En la comunidad shiita libanesa, Tufayli no está solo en la severa crítica hacia el rol de Hezbollah como brazo armado de Irán en Siria. Voces dentro de Hezbollah mismo colocan, cada vez más, en duda la inteligencia de involucrar el movimiento de lado de Bashar Assad. Otros se rehusan a ir y pelear en Siria, y ya hubo deserciones de las filas de Hezbollah. Hasta ahora, no parece que todo esto disuada a Hezbollah de persistir. Al final de cuentas, Hezbollah no es un movimiento nacional libanés sino una creación de Irán y está sujeta a su exclusiva autoridad. Nasrallah fue convocado a Teherán para alentarlo, ordenandoles continuar como un soldado leal y obediente de Velayt-e Faqih (lit: Gobierno de la Jurisprudencia, refiriéndose al Ayatollah Ali Khamenei). Es probable que Teherán haga todos los esfuerzos por reclutar más elementos shiitas desde Irak, el Golfo Pérsico e, incluso, Pakistán. Para la República Islámica, esta es una guerra de supervivencia contra el levantamiento radical sunnita que considera a Irán y a los shiitas como infieles, a ser aniquilados. Esta es la guerra real que está siendo hoy librada y está dentro del Islam. Desde el punto de vista de Irán si los sunnitas extremos de la persuación de al-Qaeda no son derrotados en Siria, se afirmarán en Irak y amenazarán con tomar el control del Golfo Pérsico, planteando un peligro real a la hegemonía regional iraní. Khamenei no tiene la intención de ceder. La disposición de Hezbollah para luchar, codo a codo, con Irán contra los radicales sunnitas puede romper un delicado orden interno sobre el cual el estado libanés se asienta y ocasionar la toma de Líbano, por parte de Hezbollah en su totalidad. Fuente: jcpa.org #tema#