domingo, 26 de mayo de 2013
Atentado contra la democracia
Democracia sí. Democracia no
El que cuando candidato promete y no cumple luego, no solo le miente al pueblo sino que atenta contra la democracia.
La democracia, gobierno del pueblo, no es el mejor de los sistemas. Es nada más que el menos malo. Cuando se pasó forzosamente de la democracia directa –todo el pueblo reunido en un lugar votaba las leyes- a la democracia representativa, a la democracia le nació el "talón de Aquiles", es decir, el punto débil, el punto vulnerable. Los representantes del pueblo,-el pueblo, último y único depositario de la voluntad cívica,- asumen sus cargos por elección de pueblo, para, valga la redundancia, representen al pueblo.
Dicho de otra manera, cuando la democracia pasó de directa a representativa, se debilitó. Pero no dejó de ser el menos malo de los sistemas de gobierno.
Pero la representación, los representantes la asumen por la creencia del pueblo en lo que ellos, los representantes, cuando candidatos, le dicen, le prometen. No hay un mandato dado por el pueblo, expreso y concreto. Hay un acto de fe, de confianza, de creencia en que van a cumplir con lo que prometen. Se vota creyendo en la promesa hecha por el candidato prometedor.
Cuando el o los candidatos electos no cumplen el programa o las promesas hechas al pueblo para lograr su expresión de voluntad –el leve acto de votar- los candidatos ahora representantes no solo están faltando al pueblo, si no también y lo que no es menos grave, están atentando contra la democracia.
Contra este mal la democracia tal cual está a esta altura de la historia, no tiene remedio. Excepto aguantarse –conducta muy democrática- hasta el próximo leve acto de votar y en el ínterin protestar, protestar y protestar.
Una palabra más: cuando los representantes hacen lo contrario o diverso de lo que prometieron o bien no conocían concienzudamente en que se metían o bien eran unos mentirosos, también llamados demagogos, camanduleros, lengua de trapo o algún otro calificativo bien definitorio y gráfico producido por la rica imaginación del soberano, el pueblo. Ese pueblo que se dejó llevar por sonrisas o carismas que pueden no tener nada que ver con saber hacer las cosas. Es una cuestión de "marketing" sin mostrador de reclamos. Sin "servicio a cliente".
Emilio Baby, Abogado, Haifa, 2013Escrito por Abog. Emilio Baby. Haifa