viernes, 24 de mayo de 2013
Behaalotjá(Números 8-12)
Behaalotjá(Números 8-12)
Creando Independencia
Cuando se le dice a Aarón que debe encender la Menorá en el Templo, la Torá utiliza una palabra inusual – Behaalotjá – la cual de hecho es el nombre de la parashá de esta semana. Behaalotjá significa literalmente que Aarón debe “elevar” las llamas. Rashi explica que Aarón debía sostener el fuego cerca de la mecha hasta que ésta estuviese ardiendo por sí misma – y sólo entonces podía retirar el fuego con el que estaba realizando el encendido.
Podemos aprender un mensaje muy importante de aquí. La Menorá representa la Torá, y Aarón encendiendo la Menorá representa a un maestro enseñando – “iluminando” – a sus estudiantes.
Al igual que Aarón con la Menorá, un maestro debe retirar su luz en algún momento, y debe permitir que el estudiante se pare sobre sus propios pies. El enfoque de la educación debe ser hacia esto. Y ese es, de hecho, el propósito fundamental de la educación – el crear independencia intelectual y emocional.
Sin embargo, muchas veces encontramos que la meta de la educación no es crear independencia, sino que por el contrario, es crear dependencia. Esto no está en línea con la tradición judía.
La meta de un rabino, al igual que cualquier otro educador, debe ser hacerse a sí mismo obsoleto. Sólo cuando un estudiante adquiere la confianza para resolver por si mismo diversos temas y para tomar sus propias decisiones es que podemos decir que el educador ha tenido éxito.
Y esto también es cierto respecto a la paternidad. Por mucho que queramos que nuestros hijos sigan el mismo camino que nosotros en la vida, debemos igualmente generar en ellos independencia. La protección que les podemos brindar es limitada. En realidad, nuestra meta es ayudarlos a convertirse en adultos que sean capaces de tomar sus propias (y no nuestras) decisiones.
Sí, la independencia tiene sus contras – ¡mi hijo podría tomar decisiones que yo no quiero que tome! Pero si confiamos en la fortaleza de nuestras creencias y valores, entonces ¿por qué deberíamos temer? Ningún ser humano tiene el derecho de privar a otro de su libertad de elección. Nuestra meta con nuestros estudiantes, al igual que con nuestros hijos, no debe ser sacarles el libre albedrío – sino que debemos darles las herramientas necesarias para que puedan utilizar su libre albedrío de forma eficiente.