lunes, 14 de enero de 2013
CULTURA
**En El Fondo De La Copa**
El día comenzaba, también mis temblores, que el cuerpo ordenaba. Era mi
alma que despertaba al recuerdo, de aquel amor, que tu, conciencia, ya sabes.
Como todas las mañanas, de hace tantos años, que ya ni recuerdo, en el fondo
de la copa encontraba el remedio que calmaba mi corazón, sin medida, sin
consuelo, desbocado; cansado de latir porque cada latido es el eco de tu nombre.
Mi pecado fue grande, haberte dejado ir y tu, conciencia, hablaste, pero yo hice
oídos sordos, cuando tu me anticipaste: que mi castigo sería eterno y que moriría
conmigo; recuerdo tus palabras: ¡ Mientras vivas, un infierno vivirá contigo !
No necesitas repetirlo, lo recuerdo cada mañana, en mi cuerpo enfermo, en cada
mujer que veo, que me recuerda nuestro idilio, en cada enamorados, que mi sangre
corre ligero…
¡ Pero tu no estás, yo te busco, pero tu no estás !
Y algunas veces, cuando el temblor no quiere irse, con la primer copa, me pregunto
acongojado: ¿ Si te veo, si te encuentro, podré reconocerte ? ¿ Si tu me ves, si tu
me encuentras, sabrás quien soy ?
¡ Prefiero volver al temblor, prefiero volver a la copa ! ¡ Y tu, conciencia, has silencio,
por favor !
Mario Beer-Sheva