martes, 15 de enero de 2013

CULTURA

**En La Costa Del Río** La niña, quinceañera, sentada en la costa del río, con los pies en el agua, sueña y sueña, con el extranjero que algún día vendrá. La tomará entre sus brazos y palabras de amor, sus oídos oirán y sus sueños se harán realidad. En una mañana de verano, a la costa, del mismo río. El extranjero llegó y sus palabras, dulces como la miel, empalagaron sus oídos y así la enamoró. El extranjero se fue, la niña-mujer, quedó con sus sueños sola y triste, en la costa del río, que fue testigo de su niña a mujer. Y hoy, todas las mañanas, la veo triste, esperando que la magia le devuelva a su galán. No tiene amigos, no tiene amigas, sus padres no la quieren, su familia: ¡ ni ver ¡ Ella está sentada, en la orilla del río, ya no sueña con el extranjero. ¡ Tiene porqué soñar ¡ En poco tiempo será una mujer-madre que a un niño acunará. Y en él, todo su amor, su cariño, para él será. En la costa del río, hay una mujer, con un niño que lo acuna y lo acuna, mientras en sus oídos, escuchan palabras dulces, que como un milagro, una sonrisa, desdentada, le envía mensajes a la madre y le ahuyenta la soledad. En la costa del río, volvió la alegría. ¡ En la costa del río, hay nuevamente amor ¡ Mario Beer-Sheva