lunes, 1 de abril de 2013

El Islam avanza sobre Europa, y los cristianos retroceden

Alerta | PANORAMA Sin dinero y sin fieles, las iglesias no pueden financiarse y, ante los costos de mantenimiento, las autoridades eclesiásticas alemanas deciden vender los inmuebles. Según estadísticas oficiales, actualmente hay en Alemania un 10% menos de católicos y un 17% menos de evangélicos de los que había a comienzos de los años '90. Pero no ocurre solo en Europa, según una investigación publicada en Uruguay. En Alemania ya viven más 3 millones de activos, devotos, militantes musulmanes pero no es fácil convertir un templo en una mezquita. La Iglesia evangélica reformó sus estatutos y en 2007 prohibió esa posibilidad, pero la medida no afectó a la venta del templo en Hamburgo. Los contratos de compra-venta de templos que firma la Iglesia católica incluyen, desde 2003, una cláusula que impide la transformación de un templo en una mezquita. La fe musulmana invade Europa, a lomo de los inmigrantes ya radicados o los nuevos. El cristianismo tiene escasas respuestas. CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). A comienzos de febrero, la iglesia evangélica Kapernaum, ubicada en el barrio Hamburgo-Horn, y que aún luce una torre de 44 metros de altura, fue adquirida por una comunidad musulmana, para convertir el histórico edificio en una mezquita. Desde entonces en Alemania se debate una situación que explica mucho de lo que sucede hoy día en el Vaticano. La comunidad musulmana turca Al-Naour prometió a la opinión pública informar cómo remodelará su interior y ha prometido > que la fachada seguirá siendo la misma y > que la famosa torre no será convertida en un minarete. "Lo que fue una casa de Dios, seguirá siendo una casa de Dios", dijo Daniel Abdin, el líder de la comunidad. "La casa estará abierta a todos los que deseen visitarla". El templo de Hamburgo-Horn fue adquirido en 2005 por un empresario que prometió transformarlo en un cotolengo. El proyecto no prosperó y, a fines de 2012, la comunidad Al-Naour, adquirió el edificio. En Alemania ya viven más 3 millones de activos, devotos, militantes musulmanes pero no es fácil convertir un templo en una mezquita. La Iglesia evangélica reformó sus estatutos y en 2007 prohibió esa posibilidad, pero la medida no afectó a la venta del templo en Hamburgo. Los contratos de compra-venta de templos que firma la Iglesia católica incluyen, desde 2003, una cláusula que impide la transformación de un templo en una mezquita. La fe musulmana invade Europa, a lomo de los inmigrantes ya radicados o los nuevos. El cristianismo tiene escasas respuestas. La obispo de Hamburgo, Kirsten Fehrs, prometió un diálogo entre cristianos y musulmanes libre de prejuicios, tal como acaba de propiciar el papa Francisco. Discrepa el pastor Ulrich Rüss, quien advirtió que la secularización provoca la expansión de la religión musulmana en Alemania. El obispo auxiliar católico de Hamburgo, Hans Jochen Jaschke, dijo que es impensable intercambiar Ia Iglesia y el cristianismo con el islam, una opinión que también fue apoyada por la dirección regional de la CDU, el partido social-cristano que preside la canciller Angela Merkel. A causa de que una capilla y una iglesia católicas se quedaron sin fieles, la pagina web del Arzobispado de Berlin (www.erzbistumberlin.de/), bajo el rubro Inmobilien, el arzobispado intenta vender ambas propiedades construidas en el siglo pasado en territorio de Brandeburgo y Mecklemburgo-Pomerania Occidental. Según el informe anual 2011-2012 de la Conferencia Episcopal, 126.488 personas abandonaron en 2011 la Iglesia católica alemana: 400 templos debieron cerrarse. "En los próximos 10 años se calcula que unas 700 iglesias dejaran de ser utilizadas para celebrar la liturgia", dijo el portavoz de la Conferencia Episcopal, Mathhias Kopp. La cotización de la capilla en la localidad de Loitz (Brandeburgo) es de 20.000 euros, e incluye un terreno de 1.057 m2, y una iglesia construidas en el siglo pasado. Una nave de 175 m2 de superficie y un terreno de 952 m2 se vende por 135.000 euros. La Iglesia Evangélica también se queda sin fieles -clausuró entre 1990 y 2010, 340 templos de los cuales 46 fueron demolidos y es posible que tenga que cerrar otros 1.000 templos en las próximas dos décadas- y decidió la venta los templos que no puede financiar, desde su página web www.kirchengrundstuecke.de/ (donde anuncia la venta de unos 170 templos y casas parroquiales y 140 terrenos baldíos). El pastor Reinhardt Maiwack, portavoz de la institución, le dijo al diario español El País: "Entre 120.000 y 150.000 personas abandonan la Iglesia cada año". La mayoría de las iglesias que se venden son convertidas en restaurantes, discotecas, gimnasios y oficinas de lujo (ocurrió con la iglesia evangélica Stephanuskirche, en el elegante barrio Eimsbüttel, en Hamburgo), o un complejo de viviendas onerosas (el monasterio de Geistingen, cerca de Colonia). Más de 100.000 creyentes cada año dejan de asistir a los servicios religiosos y, más grave aún, dejan de pagar el diezmo. Unos 300 neonazis se presentaron ante la iglesia evangélica Kapernaum dispuestos a impedir lo que consideraron "una herejía". Pero la agrupación Hamburgo contra Nazis convocó a sus miembros para que se apostaran en las inmediaciones de la iglesia. Entonces intervino la policía, pero no es un caso terminado... De todos modos el problema de fondo no es el avance de los musulmanes sino la declinación de los cristianos. Y no ocurre solamente en Europa. Al respecto, muy interesante la investigación de Natalia Roba para el diario uruguayo El Observador, de Montevideo: "En Uruguay 5 de cada 10 se definen como católicos. Sin embargo, las cifras en poder de la propia iglesia en Uruguay demuestran que la participación en sacramentos como el Bautismo, la Comunión o el Matrimonio cayó a la mitad en promedio en los últimos 20 años. Cifras proporcionadas por la Arquidiócesis de Montevideo a El Observador demuestran que también descendió a la mitad la asistencia a la misa del domingo por parte de los católicos. La participación pasó de 58.732 en 1989 a 31.558 en 2010, último año en el que hay registros, lo que implica que casi la mitad de quienes asistían a esa celebración 20 años atrás hoy dejaron de hacerlo. Los bautismos, el sacramento de iniciación por el cual se pasa a formar parte de la iglesia, pasaron de 4.357 a 2.947, lo que implica un descenso del 55%. Las comuniones se redujeron en un 32% (de 4.357 pasaron a 2.947) en estas dos décadas, mientras que las confirmaciones –el sacramento que ha tenido más variaciones en el período– bajaron un 22% (de 933 a 721). Los matrimonios fueron los que tuvieron la caída más brusco (68%). Mientras que en 1989 se celebraron 3.562, en 2010 fueron 1.120. En todos los casos la caída ha sido sistemática y se ha ido dando año a año (ver gráficas). Esos datos estadísticos pueden tener explicación en lo que el sociólogo Néstor Da Costa, estudioso de religiosidad en Uruguay, concluye: “El 81% de los montevideanos cree en Dios pero construye su religiosidad ‘a su manera’ y cada vez más lejos de los cultos e instituciones religiosas”. “La Iglesia Católica fue expulsada de lo público, pero no desapareció la religiosidad, lo que fue expulsado fue una forma de expresar la religiosidad”, señala en su libro “Religión y sociedad en el Uruguay de comienzos del siglo XXI: Un estudio de la religiosidad en Montevideo”. Al respecto de la menor participación en actos de culto, Da Costa manifiesta: “Si definimos religiosidad como ir a un culto, la nuestra no es una sociedad muy religiosa. Pero otra cosa es si definimos la religiosidad como el espacio de relación con lo trascendente (...) entonces si somos una sociedad religiosa”. El secretario de la Conferencia Episcopal y obispo de Melo, monseñor Heriberto Bodeant, señaló a El Observador que “los aspectos negativos como la pérdida de fieles tiene que ser sin duda luces rojas pero para mirar qué se está haciendo, no para delinear una estrategia y recuperar fieles”, advirtió. “La Iglesia existe para evangelizar. Tenemos que volver a plantearnos el sentido la razón de ser de la Iglesia, que es Jesús que reúne a sus discipulos. Todo está al servicio de eso. Por ahí va el punto. No se trata de conseguir clientes, y de ganar nuevos porque no somos una empresa”, afirmó. En ese sentido, recordó lo que dijo el papa Francisco en su primer día de pontificado sobre que la Iglesia corre el riesgo de convertirse en una ONG si se aleja de los preceptos de Jesús. “Si no nos confesamos a Jesucristo, nos convertiremos en una ONG piadosa, no en la esposa del Señor”, dijo. Geografía religiosa La religión está relacionada también con la geografía. La capital tiene menos católicos que el interior, mientras que las localidades pequeñas y zonas rurales tienen más personas religiosas. La investigación “La geografía religiosa del Uruguay”, de la socióloga María Victoria Sotelo, sostiene que religiones como la católica y la judía poseen un alto porcentaje de personas no pobres y concentran a los fieles más educados. Entre los católicos sólo el 18,1% es pobre y entre los judíos sólo el 1,1%. Por el contrario, concluye que las religiones afroamericanas (“el fenómeno umbandista es mayormente urbano”, afirma) y cristianas no católicas concentran a los más pobres. Asimismo, las religiones consideradas “no tradicionales”, tienen más fieles en Montevideo, que en el interior. (...)".