miércoles, 8 de mayo de 2013

A Jerusalén.....

A Jerusalén..... Desde pequeño, tu Nombre sonaba entre mis sueños; jugaba entre tus callejuelas, con el recuerdo de tu Templo, y hasta el incomparable color de tu cielo.... Habían pasado mas de tres mil años y allí estabas, siempre imponente, pletórica de gloria, dividida, herida en tus cimientos. Solo el vestigio de las ruinas perennes, de tú mágica historia, de las luchas sin tregua, de las guerras, de la paz y de nuestro Pacto Eterno, te mantuvieron unida a mis recuerdos. Nuestros soldados fueron llegando; desafiaron a los tiranos, te reencontraron, te reunificaron y fuimos todos regresando, para quedarnos; para alabarte, para volver a Coronarte... Eres grandiosa, como te imaginó el Rey David y como te alabó el Rey Salomón, como te fueron dibujando todas las generaciones que llegaron hasta tu corazón, hasta tu Muro y tu regazo. Ya hemos llegado, y nos sumamos a tu Gloria Eterna; la que Él Creador nos prometió y obsequió, esa que hemos defendido generación tras generación; con tradición y con veneración. Soñaba con tu nombre y hoy estoy dentro de ti; rendido ante tu inmensidad y tu grandeza. Jerusalén, Gracias por recibirme como si nunca hubiera partido. Ahora si, he cumplido mi sueño.... Jose Caro 8-5-2013 _____________________________________________________________________ YOM YERUSHALAIM Dulces melodias nos recuerdan eternamente tu nombre. Fragores de batallas con sangre de tantas generaciones, resaltan tu épica existencia.... Aún hoy entre los sueños; sonidos de arpas y de liras, inmortalizan a nuestro Rey David. La pintura de tu cielo es esa rara mezcla de misticismo y de amor a D's en tu mágico universo. Quien no te soñó, no te dibujó entre poemas o no te cantó entre baladas imaginarias; sabiendo que eras así, amurallada, grandiosa, indescriptible, total.... Como poder olvidar tu nombre si fuiste siempre el epicentro mismo de nuestra existencia, de nuestra fe, de nuestra lengua, de nuestras tradiciones...... Quien puede no evocarte estando lejos de ti. Como no desear ascender hasta tu regazo si eres nuestra propia tierra, nuestra cadena invisible que nos ha unido y nos seguirá uniendo generación tras generación.... Jerusalen; luz de esperanza de millones de seres de tan variadas creencias como de caras y colores. Hacia ti volvemos todos, para inhalar el aroma de la fe y de la esperanza; de los sueños y de los sentimientos mas profundos. El fuego del amor hacia ti, arde como braza eterna, entre tus callejuelas, entre tu misma gente. Somos parte de ese romance eterno, entre tú y nosotros; entre nosotros y tú, como dos amantes, entre la vida y la muerte... Jerusalen, eterna e indivisible. Siempre mágica, siempre nuestra. Jose Caro 30-5-2011