viernes, 3 de mayo de 2013
Desafíos para el hombre moderno
PERASHIOT BEHAR - BEJUKOTAI - B.H.N."V. --- Nuestra Sagrada Torá nos propone desafíos a diario. Poder enfrentarlos, comprenderlos y superarlos, hacen que nosotros, el pueblo judío en particular y el género humano en general, podamos sentir que la vida cobra sentido a cada paso y en cada logro. Claro que las cosas vistas a diario, hacen que podamos también, en cierto modo, perder la perspectiva. De tanto observar el árbol, dejamos de ver el bosque, diría el refrán popular. Y puede ser.
¿Cómo hacer para no perder de vista el contexto? ¿Cómo lograr dar ese paso esencial de alcanzar la sabiduría inserta en aquello de 'ver lo que habrá de nacer' ("haroé et hanolad" al decir del Pirké Abot)?
Nuestra perashá habla de tiempos. Tiempos de trabajo y tiempos de descanso. Y también tiempos de libertad. Una libertad que no conjuga el sentido del 'Jerut' de Pesaj ni tampoco el objetivo del 'Jofesh' en lenguajes de la modernidad.
Dos tiempos conjugan un idéntico objetivo: El primer círculo construido a partir del Séptimo Año –"shenat haShemitá" o año sabático como lo conocemos- y un segundo círculo –mucho más amplio- que multiplica al primero siete veces, para hacernos llegar a una distancia mayor aun y que habla de otro tiempo: El año Cincuenta, "Shenat haIobel" o bien el año del Jubileo como lo dan a entender traducciones ajenas a la sabia esencia lingüística de nuestra Torá...(y confío que me comprenda a qué me refiero).
Años que hablan de vida porque contienen acción. Ciclos que conjugan a hombres y sociedades construyendo el edificio social que se acerque más al ideal que proclama nuestra Torá, un ideal posible, tangible y por sobre todo, plausible...
Y si cada siete años, se nos pide dejar a la tierra un 'Shabat para el Creador', ¿Cuál será la referencia respecto a cada cincuenta años? Porque un ciclo de siete es multiplicable en nuestras vidas...pero un ciclo de 50 años ¿cuántas veces lo veremos pasar por nosotros? Quiero decir, estimado lector, lectora, que entendemos a la perfección nuestro intento del septenio...
Pero ¿qué hará con nosotros el Iobel? Nuestra Torá lo plantea con claridad (como siempre) y nos dice: "Y consagraréis el año de los cincuenta años y proclamaréis la libertad en la tierra a todos los habitantes. Iobel será para ustedes, y entonces retornaréis cada persona a su propiedad y cada hombre a su familia habrá de retornar...".
Nuestros sabios proponen hacer una parada en la etimología de la palabra Iobel, y a partir de ella, atender a su contenido. Así sabremos lo esencial de nuestro pasaje por ese tiempo. Imprescindible pasaje por ese tiempo, creemos...
Rashí entiende que 'Iobel' deriva del sentido del mismo Shofar, llamado así por las fuentes bíblicas, que evocan la conquista de Ierijó –en tiempos de Ieoshúa- donde dice "y fue entonces que al sonido del 'keren haiobel' (las murallas se desplomaron). Y la relación con este año, pasa según nuestro comentarista, porque en ese año son liberados todos los esclavos, y dicha liberación es anunciada por el sonido del Shofar.
Una segunda opinión, de Rabi Abraham Ibn Ezra, afirma que 'Iobel' deviene del verbo hebreo 'hobalá', que significa, conducir, llevar, trasladarse. Y es por cuanto uno de los significantes de este año, es que cada ser humano es libre de regresar a la herencia paterna original. "...Y proclamaréis la libertad en la tierra a todos los habitantes" –quiere decir, que cada uno sea libre de habitar y residir donde le plazca. Y por eso 'Iobel', que significa que 'sus piernas lo trasladen, lo conduzcan hacia donde quiera él ir'.
Un tercer camino, en la exégesis clásica, lo conforma la exégesis asociada a la Cabalá. Allí Rabenu Bejaié Ibn Pakuda, enseña que 'Iobel' está asociado a la idea del: "Iubal máim", es decir, una fuente –oasis- de aguas vivientes. Su explicación tiene como punto de partida el versículo del Profeta Irimiahu (Cap.17:8): "...y sobre un 'iubal' –aguas vivientes- echará sus raíces". (El profeta hace referencia al hombre 'Baruj haGueber' que pone su confianza en D´s).
Ahora bien. El versículo de la Torá hablaba de decretar y proclamar la "libertad a todos los hombres". La palabra Libertad decíamos al principio de nuestro comentario, no se corresponde con ninguna de las versiones por nosotros conocidas.
Dice nuestra Torá: "Ukeratém DROR baáretz lejol ioshebéha". Aquí también sugiere Rabenu Bejaié, hay un sentido profundo: la palabra 'Dror' podemos deducirla de la raíz hebrea: 'Dor', que significa: generación. "Dor holej vedor bá" afirmaba Shlomó hamelej. 'Una generación se va y otra generación viene'. Y el mensaje detrás del nombre 'Iobel', es que cada hombre y cada generación retornan a sus raíces nuevamente y al propósito original de su creación... Nada más pero nada menos. Un sonido que libera. Un hombre que se libera. El ser humano que retorna a sus raíces. Nada más simple en el recurso de vida que propone nuestra Torá.
¡¡Shabat Shalom uMeboraj!!
Rab. Mordejai Maarabi
Rabino Oficial de la Olei