lunes, 13 de mayo de 2013

Estrellas fugaces en el cielo político israelí

Yair Lapid, el joven de 59 años, prometedor en la política israelí Escrito por Daniel Kupervaser para Liderazgo La repentina irrupción de Yair Lapid en el escenario político israelí y su meteórico ascenso hasta obtener con su lista un logro sin precedentes – desalojar del segundo puesto a reconocidos y experimentados partidos políticos – sin lugar a dudas representa el aspecto más llamativo de las últimas elecciones en Israel. Señalarles a representantes de partidos religiosos ultra ortodoxos el camino afuera de sus históricos aposentos ministeriales no fue más que la consecuencia prevista e inmediata. Desde sus nuevos sillones parlamentarios, ahora en la oposición, a representantes de Shas y Agudat Israel no les quedó otra alternativa más que criticar duramente al gobierno, y como es su táctica preferida, orar para que la permanencia de Lapid en el gobierno se abrevie lo máximo posible. "La guerra de Lapid contra los judíos ultra ortodoxos es muy vieja. El Lapid anterior, su padre Toni (Z"L), trató de encender la llama y se apagó. Nosotros creemos que este Lapid también se apagará. El interrogante es cuánto daño causará al país. No a ultra ortodoxos, sino al país"[1]. A decir verdad, y sin emitir ningún juicio de valor, la experiencia demuestra que estos partidos tienen suficiente razón para aferrarse a esa esperanza de una corta cadencia de Lapid con las riendas del poder en sus manos. Durante toda su vida democrática y en repetidas ocasiones, la política israelí fue testigo del surgimiento de partidos o candidatos con una prometedora imagen de rayos de luz que alumbra todo el horizonte político, pero que, con una sola excepción, todos terminaron apagándose como estrellas fugaces. Todos invadieron súbitamente el escenario político movidos por una aureola personal de celebrity (General retirado, periodista, etc.) o por una extravagante escisión de algún partido tradicional, pero siempre como redentores mágicos con la fórmula de la solución instantánea de los problemas de Israel bajo su brazo. Los hubo con grandes logros electorales que los llevó a posiciones de gran influencia, inclusive nominar al Primer Ministro, los hubo con logros relativos, pero, salvo Shas, el partido religioso ultra ortodoxo sefaradí, ninguno logra perdurar y convertirse en factor determinante y permanente sino que todos terminaron desperdigándose en contados años. La primera experiencia significativa fue conducida por Ben Gurión en las elecciones del año 1965. El desacuerdo con Levy Eshkol, su sucesor en el partido gobernante Mapai, junto a la rebelión de los jóvenes de ese momento, Shimon Peres y Moshe Dayan, impulsa su escisión y la creación de la lista Rafi que logra 10 escaños. La rivalidad con Levy Eshkol, que continúa en su puesto como Primer Ministro, los ubica en la oposición hasta que en vista de la Guerra de los 6 días se incorporan al gobierno de coalición nacional, lo que a la larga significó su rápida dilución dentro del partido gobernante que se transformó en el histórico Avodá. Uno de los botines y sorpresas electorales más significativas de la historia política israelí fueron motivados por la lista DASH (El Movimiento democrático del Cambio). En las elecciones de 1977, obtiene 15 parlamentarios electos y de esta manera se convierte en el factor cardinal del cambio histórico del poder de Avodá al Likúd. Así como ascendieron tan sorprendentemente, también lo fue su desmoronamiento. A los 4 años ya habían desaparecido del mapa político. En la votación del año 1992 surgió el partido Tzomet del general retirado Rafael Eitan logrando 8 escaños. En el año 1996 aparece el "Tercer camino" con 4 parlamentarios electos y el general Kahalani a la cabeza. La masiva inmigración rusa se agrupa bajo la lista "Israel en Alia" logrando obtener 7 puestos en el parlamento de 1996, 6 en 1999 para terminar agonizando con 2 en 2003. Bajo el argumento que no hay soluciones de izquierda o de derecha, en el año 1999 surge el "Partido del Centro" que inviste 4 parlamentarios con el general Mordejai como su líder. Su falta de afinidad ideológica los hace desaparecer en poco más de 2 años. En el año 1999 hace su aparición política el padre de Yair Lapid con el partido Shinui (Cambio) con el significativo logro de 6 sillones parlamentarios para dar el gran salto en los siguientes comicios de 2003 con 15 escaños. Ninguno de estas listas perdura más allá de las elecciones del año 2006 y su destino fue disolverse o integrarse a partidos tradicionales. Las elecciones de 2006 tal vez sean el mejor ejemplo de una sobresaliente credulidad política en el electorado israelí. Una curiosa lista de jubilados (GIL) recibió a titulo de protesta un aluvión de votos que les permitió obtener 7 representantes en el parlamento y 2 ministros en el gobierno. En 3 años el partido desaparece sin prácticamente dejar rastros, más que decenas de miles de defraudados. En las elecciones de 1999 se presenta Liberman con su partido, hoy denominado Israel Beiteinu, representando básicamente los intereses de los inmigrantes rusos en competencia con "Israel en Alia" de Sharansky. Los logros de Liberman fueron mucho más evidentes. De 4 parlamentarios en su primera aparición logra trepar hasta 15 en las elecciones de 2009. Su presentación conjunta con Likud en los últimos comicios de este año da la fuerte impresión que se trata del primer paso de una desaparición y su plena integración en el partido de Netanyahu. El partido "Shas" fue la excepción de la regla. Se presenta por primera vez en los comicios del año 1984 obteniendo 4 representantes y continúa una meteórica carrera hasta que en el año 1999 obtiene su máximo logro: 17 parlamentarios. Desde el año 2003 y durante las últimas 4 elecciones su fuerza se estabiliza con 11 miembros del parlamento para convertirse en un partido tradicional más. En este resumen histórico no se puede dejar de señalar la particular aparición de Kadima como una escisión básica del Likud y Avoda bajo la iniciativa del entonces Primer Ministro del Likud Ariel Sharon detrás del programa de desconexión de Gaza y parte de Cisjordania. La repentina enfermedad de su promotor demandó pasar el liderazgo a Olmert, su segundo. En los comicios de 2006 Kadima cosecha 29 escaños logrando movilizar la mayoría parlamentaria para formar gobierno y coronar a Olmert en funciones de Primer Ministro. Es muy difícil evaluar el destino de Kadima si Ariel Sharon hubiese continuado en su conducción, pero por la historia reciente ya se sabe que la aventura de Kadima duró apenas dos periodos parlamentarios completos. Llama la atención cómo un pueblo con tan destacada inteligencia práctica en los campos científicos y militares demuestre repetidamente un alto nivel de inocencia política en importantes sectores de su sociedad que frecuentemente otorgan su sufragio a "partidos de ocasión" que no son más que estrellas fugaces con un pasar que solo deja un borroso recuerdo y una profunda sensación de frustración. Que nadie se sorprenda si en un tiempo más Netanyahu retorna a abrazar efusivamente al Rabino Ovadia, sobre todo si la presente coalición con Lapid pone en peligro sus planes de continuar colonizando paulatinamente Cisjordania. Daniel Kupervaser Herzlya – Israel 27-4-2013 http://daniel.kupervaser.com/ ________________________________________