lunes, 13 de mayo de 2013

La verdadera catástrofe‏

De acuerdo al calendario gregoriano el 14 de mayo se cumple un nuevo aniversario de la creación de Israel. A ese mismo día los palestinos lo denominan la "Nakba" o sea "la catástrofe". La Guerra de la Independencia en mayo de 1948, que para los israelíes significó la emancipación, para los palestinos es el origen del drama de los refugiados, uno de los puntos neurálgicos del conflicto. Los países árabes no aceptaron el Plan de Partición de la ONU y declararon una guerra de exterminio. Según la historiografía israelí, los agresores instaron a la población árabe que allí residía a abandonar esos territorios, prometiéndoles que iban a poder regresar pronto, cuando sus victoriosos ejércitos hubieran cumplido su objetivo de echar a los judíos al mar. La enorme mayoría de los 650.000 palestinos que se trasladaron, ni siquiera tuvieron contacto con militares israelíes. Los 156.000 que permanecieron en territorio soberano israelí obtuvieron la plena ciudadanía y gozaron desde entonces de todos los derechos. Mientras tanto, los judíos que habitaban en los países árabes, fueron atacados, perseguidos y en definitiva expulsados a causa de la creación del Estado judío. Una mayoría de ellos, más de 850.000 huyeron a Israel. Se estima que la superficie de las tierras tomadas de los judíos desplazados, equivaldría a cinco veces más que el territorio asignado a Israel por las Naciones Unidas. En definitiva, lo que se produjo a consecuencia del conflicto (iniciado por los árabes) es un intercambio de poblaciones. No hay ninguna diferencia sustancial entre los refugiados palestinos y los judíos. Sin embargo, de más de 1.000 resoluciones de la ONU sobre el Medio Oriente, no hay una sola mención a la existencia de los refugiados judíos. La verdadera catástrofe se origina en que mientras los judíos fueron acogidos en Israel como hermanos, con los brazos abiertos, obteniendo todos los derechos desde el mismo instante en que pisaron la tierra de sus ancestros, los palestinos fueron y aún hoy continúan siendo segregados en los países árabes vecinos. No se les permite, ni a ellos ni a sus descendientes, tener una vida normal integrándose a la sociedad general. Son confinados en campos de refugiados con restricciones para acceder a la educación y a la salud, siendo privados de muchos derechos básicos y por supuesto de los derechos civiles y políticos. Todo ello con el único fin de responsabilizar a Israel por su situación. Cabe preguntarse si tiene sentido pagar un precio tan alto para inculpar a Israel. Sin embargo es el papel que les tocó jugar en el mundo árabe. Como lo expresó claramente Zahir Muhsein miembro del Comité Ejecutivo de la OLP en 1977: "No hay diferencias entre los jordanos, palestinos, sirios y libaneses. Somos todos parte de una misma nación. Es sólo por razones políticas que subrayamos con énfasis nuestra identidad palestina... sí, la existencia de una identidad palestina separada sirve sólo por propósitos tácticos. La fundación de un Estado palestino es una nueva arma para continuar la batalla contra Israel". Otra catástrofe adicional fue la creación de la UNRWA, la Agencia de las Naciones Unidas de asistencia y empleo para los refugiados palestinos. Es la única separada del Alto Comisionado para Refugiados, que se encarga de brindar ayuda humanitaria a todos los demás refugiados del mundo. Para la UNRWA un refugiado palestino es quien abandonó las tierras que abarcan Israel y los territorios palestinos entre 1946 y 1948 y todos sus descendientes a perpetuidad. No es necesario una prueba fehaciente de que efectivamente estuvo durante allí en algún período de esos dos años y mucho menos aún se requiere un plazo mínimo de residencia anterior. De todos los conflictos en el mundo y de los millones de personas que han debido pasar por el drama de la emigración forzada, a los únicos que se les sigue considerando refugiados después de casi 70 años, es a los palestinos. Los demás refugiados van perdiendo esa condición a medida que se convierten en ciudadanos del país que los acogió. Esta categorización especial, lejos de contribuir a encontrar una solución, es uno de los principales obstáculos a cualquier futuro acuerdo de paz. Constituye el basamento sobre el cual los palestinos han construido su narrativa de victimización. El reclamo del derecho de retorno es inherente a la conciencia palestina, es un símbolo nacional. Aplicando el inaudito criterio de la UNRWA, habría en la actualidad alrededor de 5 millones de refugiados. En el campo israelí, hay un amplio consenso, tanto en la sociedad como en el gobierno, de que es imposible absorber semejante número de refugiados en su territorio sin poner en riesgo la propia naturaleza y continuidad de Israel como Estado Judío. Por lo tanto, cualquier intento de negociación seria debe poner énfasis sobre cómo lograr la convivencia pacífica pero mirando hacia el futuro. Parece imposible lograr un acuerdo respecto del pasado, ya que las narrativas nacionales son definitivamente irreconciliables. Sin embargo no parece factible lograr una verdadera reconciliación eludiendo algunos temas. En cuanto al reconocimiento de las responsabilidades y a las indemnizaciones por las pérdidas, se debe tener en cuenta a todos los que verdaderamente las sufrieron. El ex Fiscal General y ex Ministro de Justicia de Canadá, profesor Irwin Cotler, presentó hace unos meses una moción en el Parlamento canadiense para el reconocimiento formal de su gobierno de los refugiados judíos. Sostuvo que un acuerdo de paz en Oriente Medio debe resolver todas las cuestiones en relación a los "legítimos derechos de todos los refugiados, incluidos los judíos, los cristianos y otras poblaciones, desplazados de los países de Oriente Medio".Gerardo Stuczynski