martes, 14 de mayo de 2013

Reflexiones de la invasión de Irak

¿Cómo interpretar la empresa expedicionaria que encabezada por Estados Unidos atacó Irak hace exactamente una década, el 18 de marzo de 2003? El régimen de Saddam Hussein era uno de los más monstruosos de la historia de la humanidad, que sometía a unos 20 millones de personas a su voluntad cruel y caprichosa y que, sin mediar provocación, atacó a varios vecinos suyos (Irán y Kuwait en concreto, a Israel y a Arabia Saudí también). Además, aspiraba a dominar el comercio mundial de gas y petróleo e intentaba construir armas nucleares. Es difícil imaginar una amenaza mayor a la vida civilizada. Es fácil desear la muerte a un monstruo. La década posterior ha visto la vuelta al desagradable más común de Oriente Próximo. Problemas vecinales, agitación política, el crecimiento islamista, malas relaciones con los vecinos pero sin gasear a los propios por lo menos, invasiones al vecino o amenazas a la economía mundial. Es lo que esperaría cualquiera – de no ser porque George W. Bush se convención y convenció inocentemente a otros de que Irak podía ser libre y hasta un referente para la región. Encabezó una empresa billonaria que costó miles de vidas y se quedó dolorosamente corta. De manera que sí, Irak y el mundo están mejor sin Saddam. Pero las grandes esperanzas puestas en la reconstrucción del gobierno estadounidense se han visto decepcionadas. Esto debería de servir de oportuna lección de cara a futuras tentaciones de "construcción de la identidad nacional": las potencias occidentales disfrutan de una aplastante superioridad en combate, pero se enfrentan a enormes dificultades cuando intentan modelar otros países. No hay que intentar lo segundo a menos que los riesgos lo justifiquen y de que esté presente la voluntad para hacerlo. Categoría del Artículo: Iraq, Política exterior de los Estados Unidos Este texto podrá ser reproducido o reenviado mientras sea presentado en su integridad junto a información completa acerca de su autor, fecha, lugar de publicación y dirección web original. Para suscribirse o cancelar la suscripción a esta lista, vaya a http://es.danielpipes.org/subscribe.php (Daniel Pipes envía uno de sus escritos aproximadamente una vez a la semana.) DanielPipes.org