miércoles, 9 de enero de 2013

Israel, el país más etiquetado

por Marcelo Wio El término “ultraderecha” implica una definición peyorativa de un cierto grupo o partido político. En el caso de Télam (La ultraderecha religiosa sería una gran sorpresa en las elecciones de Israel), lo utiliza para retratar al partido político israelí Israel Beteinu. ¿Por qué no hablar de nacionalismo a secas? ¿Qué convierte a Israel Beteinu en “ultranacionalista”? ¿Qué política ha implementado que justifique dicha etiqueta? ¿Dirían de la Autoridad Nacional Palestina que es la representación ultranacionalista de los palestinos? ¿Cómo catalogarían a los partidos árabes israelíes? ¿Y a los Hermanos Musulmanes? Realidades Recientemente, según informó el diario israelí Aurora, “la Corte Suprema de Justicia autorizó a la diputada árabe Hanín Zoabi concurrir a los comicios del próximo 22 de enero, al invalidar la decisión del Comité Electoral Central de descalificar su candidatura por su participación en la Flotilla a Gaza de 2010”. Zoabi pertenece al partido árabe Balad, fundado por Azmi Bishara. ¿Quién es Bishara? El portal Ynetnews publicó en 2007 que Bishara contactó con Hezbollah, durante la llamada Segunda Guerra del Líbano, según los investigadores del caso abierto contra el ex Diputado, para recomendarle a la organización terrorista el ataque con misiles de largo alcance. En este sentido, Bishara está acusado de haber proporcionado información sobre localizaciones estratégicas en Israel. Por su parte, Zoabi participó de la Flotilla a Gaza de 2010, en la que el grupo terrorista turco IHH tuvo un papel central en su organización. El Jerusalem Post informaba en 2011 que el Ministro de Asuntos Exteriores de Holanda manifestó que su país declaró a IHH Holanda como organización terrorista y congeló sus activos, porque este grupo regularmente transfería fondos a IHH Alemania. Esta última organización fue ilegalizada en Alemania debido a que recaudaba fondos para el grupo terrorista Hamas (que está en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea desde 2003). Parece bastante claro el patrón de alguno de los miembros de Balad. ¿Cómo lo calificaría Télam? ¿Como un partido árabe de “ultraderecha”, de “derecha”, “extrema derecha”? Claro que, para aplicar calificativos, primero hay que hacerse eco del tema. Un tema, por lo demás, que tiene relación directa con las elecciones israelíes que la agencia está tratando. Por otro lado, el comportamiento de la Corte Suprema de Justicia de Israel, ¿responde al comportamiento de un país gobernado por la “extrema derecha”? ¿Cuál es el baremo para que un hecho sea noticia (“noticiable”)? Y, ¿cuál es cuando se trata de Israel? Básicamente, ¿qué es, y qué no es, noticia? ¿Lo que es noticia si sucede en Israel, continua siéndolo si sucede en otro lugar? Rótulos Volviendo a las denominaciones, ¿cómo justifica Télam la utilización del término “ultraderecha”? No lo hace. Simplemente lo utiliza. Algo cada vez más común entre los medios de comunicación hispanos, por otra parte: la identificación del gobierno israelí con la “derecha” o “ultraderecha” “nacionalista y religiosa”. Serie de rótulos que se aplican sin la más mínima explicación argumental. ¿Hablan, por ejemplo, del gobierno de “ultraderecha” de Putin? No. De hecho, la agencia publicó el 25 de agosto de 2012 la siguiente noticia (Vladimir Putin y las chicas punk): “Si algo le faltaba al presidente ruso, Vladimir Putin, para consolidar su fama de hombre duro y conservador, era tener un conflicto con un grupo de punk que apoya Madonna y otras estrellas del rock.” Ultra: Dicho de una ideología: Que extrema y radicaliza sus opiniones. (Real Academia Española de la Lengua) Ultraderecha: Derecha política de ideología radical o extremista. (RAE) ¿Es Israel Beteinu partidario de “reformas extremas, especialmente en sentido democrático” (RAE)? Si es así, ¿cuáles son esas reformas que promueve? Pero, además, ¿todo partido con bases nacionalistas es de “ultraderecha” o, simplemente, de “derecha”? Según Robert L. Hilliard y Michael C. Keith (Waves of Rencor: Turning in the Radical Right) las políticas de la ultraderecha comúnmente incluyen, entre otros el autoritarismo y el anti-comunismo. Y, muy habitualmente, el término “ultraderecha” se aplica a los grupos fascistas y neo-nazis (The Encyclpedia of Politics, The Left and the Right, Volume 2: The Right, Ed. Rodney P. Carlisle). ¿Es, entonces, aplicable esta definición a Israel Beteinu? Por otra parte, adjudicar una cierta descripción o calificación, ¿es parte de la labor del periodismo? Y, aplicarla sin justificar las razones para su utilización, ¿es ético? ¿Por qué se aplica esta terminología al hablar de los partidos gobernantes israelíes? ¿Por qué no se aplica de la misma manera en otros países? ¿Existe un argumento válido para aplicar este tratamiento diferencial? El resultado: Israel es resaltado de entre el conjunto de las naciones como un estado paria, que viola la legalidad internacional, y cuyo gobierno se asemeja a regímenes dictatoriales racistas.