martes, 1 de enero de 2013
Sutil Deutsche Welle
Sutil Deutsche Welle
por Marcelo Wio
26 de Diciembre de 2012
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El sesgo informativo no siempre adquiere formas evidentes, sino que suele maquillarse dentro de la corrección periodística.
La Deutsche Welle en español (DW) informó el 25 de diciembre de 2012 (Israel confirma que construirá más asentamientos en Jerusalén) sobre los planes de construcción de nuevas viviendas en el barrio judío de Gilo, en el sur de Jerusalén.
DW publicó que:
“El gobierno de Israel dio un paso más para la construcción de a lo menos 940 nuevas viviendas en el asentamiento de Gilo, en Jerusalén [...]l asentamiento está situado al sur de Jerusalén, dentro de los límites delineados por Israel, aunque más allá de la denominada ‘línea verde', que separa Israel de Cisjordania.”
Deuschte Welle no incurre en el error tan generalizado de denominar “frontera de 1967” a una línea de armisticio que separaba a los ejércitos de Jordania (que ocupaba Cisjordania) e Israel.
Pero los sutiles desbalances comienzan enseguida:
“Jerusalén Este fue capturada por Israel durante la Guerra de los Seis Días, en 1967. Para el gobierno, Jerusalén es una unidad indivisible, aunque la anexión de la zona Este, que para los palestinos sería la capital de un futuro Estado administrado por ellos, jamás ha sido reconocida por la comunidad internacional.”
Sin contextualización, el lector fácilmente (y razonablemente) puede inducir que fue una guerra de conquista, una agresión iniciada por Israel. El hecho de que Israel capturara esos territorios de un ocupante ilegal (Jordania se había hecho con ellos en una guerra de agresión previa, en 1948), posiciona al estado judío de una manera muy distinta ante el derecho internacional. Véase, a este respecto, los artículos Algunas aclaraciones sobre los “asentamientos” y la “ocupación”, La “legalidad internacional” (siempre) señala a Israel y Jerusalén: un acercamiento legal de ReVista.
A su vez, Jerusalén fue divida luego de la guerra de agresión árabe en 1948 (en la cual participaron los árabes palestinos) y la posterior ocupación jordana de la parte oriental. Se trató de una división artificial.
Pero no sólo eso, actualmente se acepta como algo natural y justo que los líderes palestinos reclamen para sí Jerusalén Este, normalizando esa división surgida de un acto ilegal; y borrando de la memoria el hecho de que la ciudad, según el plan de partición, sería un corpus separatum administrado por las Naciones Unidas. Por cierto, Belén también formaba parte de ese mismo cuerpo (cayó bajo dominio jordano en 1948); con lo que, ¿se puede considerar a esa ciudad territorio ocupado por los palestinos? El hecho de que la mayoría (bajo la denominación de “comunidad internacional”) no lo haga, ¿es una prueba suficiente en contra de considerarla como tal?
DW continuaba diciendo:
“El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no negó que estos planes de edificación sean una respuesta al reconocimiento de Palestina como Estado observador no-miembro por parte de Naciones Unidas. Además, Peace Now, el grupo israelí que monitorea el crecimiento de los asentamientos, denunció que Netanyahu intenta ganar votos de cara a los comicios del 22 de enero de 2013.”
1. Es vital remarcar que la Asamblea General de la ONU no está capacitada para otorgar estadidad. Con lo cual, ningún Estado ha sido reconocido. Se trata sólo de un cambio de estatus antes dicha organización internacional.
2. Peace Now (Shalom Ajshav) es una ONG con una marcada ideología y con una clara agenda política. El medio no se molesta en balancear la afirmación de dicha organización con una fuente alternativa. Básicamente, se elude el buen quehacer periodístico.
Para finalizar, DW incurre en otra falta de contextualización, que le hurta al lector la posibilidad de formarse una idea cabal del conflicto:
“Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo la semana pasada que esta iniciativa unilateral israelí enfriaría las de por sí ya gélidas negociaciones de paz con los palestinos.”
La acción unilateral fue la decisión de la dirigencia palestina de llevar su pedido de mejora de estatus en la ONU a la Asamblea General, lo que constituye una violación de los acuerdos bilaterales vinculantes firmados con Israel.
Todos los acuerdos entre Israel y los palestinos han demandado que las disputas entre las partes deben resolverse a través de negociaciones directas y no a través de terceras partes. La Declaración de Principios (13 de Septiembre de 1993), que formalizó el proceso de paz entre israelíes y palestinos, exige, en su Artículo XV que:
“Las disputas derivadas de la aplicación o interpretación de esta Declaración de Principios, o de cualquier acuerdo subsiguiente relacionado con el período provisional, deben ser resueltas mediante negociaciones a través del Comité de Enlace Común que se establecerá de acuerdo con el Artículo X supra.”
Por su parte, Dore Gold, presidente del Jerusalem Center for Public Affairs y ex asesor para asuntos exteriores para el gobierno israelí, puntualiza que:
“... el Acuerdo Provisional Israelí-Palestino de 1995, que creó a la Autoridad Nacional Palestina, establece un principio fundamental: ‘Ninguna parte puede iniciar o tomar ningún paso que cambie el estatus de Cisjordania y Gaza, a la espera de los resultados de las negociaciones del Estatus Permanente'”.
Así, lo que a priori podía parecer un artículo correcto, resulta en una crónica descontextualizada y desbalanceada que lleva al lector a formarse una idea muy particular y parcial del conflicto.