jueves, 16 de mayo de 2013

Suceso que contó Rabí Shelomo Elkabetz, compositor del canto "Lejá dodí", acerca de las grandes cosas que se vivieron en la noche de Shavuot

Suceso que contó Rabí Shelomo Elkabetz, compositor del canto "Lejá dodí", acerca de las grandes cosas que se vivieron en la noche de Shavuot. Fuente: Rabí Shelomo Elkabetz (Adaptado y traducido por R. Daniel Chapan) Mie May 15 2013 (6 Sivan, 5773) "Sabed, que acordamos el Jasid Rabí Yosef Karo y yo vuestro siervo, de aguantar la noche de Shavuot y no dar sueño a nuestros ojos. Y gracias a Dios que lo decidimos, porque no paramos el estudio ni un momento. Y este es el "seder" que ordenamos en esa noche". (El cuento original especifica cada parte que estudiaron, nosotros lo escribiremos de forma ge-neral). "Primero estudiamos la perasha de Bereshit, y las perashot mas significativas del Jumash. También estudia-mos diferentes Haftarot de los profetas. Dijimos Tehilim y ciertas partes de los Ketubim. Todo esto con temor y tem-blor y con canto y alegría. Y cuando empezamos a estudiar Mishnaiot, después de dos masejtot, nos amerito nues-tro Creador, de escuchar la voz que hablaba por la boca de el Jasid (Rabí Yosef Karo). Y todos los vecinos escucha-ban pero no entendían. La voz era fuerte y dulce y caímos postrados y no teníamos valor de levantar nuestros ros-tros para mirar, por causa del temor. Y la voz hablaba con nosotros y dijo: "Escuchad amados, Shalom, benditos sois y bendita la que os dio a luz, benditos en este mundo y en el mundo veni-dero, por cuanto decidisteis coronarme en esta noche. Pues ya hace muchos años que cayó mi corona y no hay quien me consuele, y estoy tirada en el polvo de la tierra abrazando la suciedad y ahora devolvéis la corona a su lugar. ¡Fortaleceros amados y queridos, alegraros! Sois amados el cielo, y toda vuestra Tora ha subido ante HaKadosh Baruj Hu, y traspaso los cielos hasta llegar, y los ángeles callaron, se turbaron los Serafines, se pararon las Jayot y todos los ejércitos que sirven a HaKadosh Baruj Hu escuchan vuestra voz. Y vine a hablar con ustedes y si fuerais diez aun me hubierais elevado mas y mas. De todos modos me elevasteis, y no sois como los que duer-men y prueban un sesentavo de la muerte sino que os apegáis a HaShem y el se alegra en ustedes. Y si pudieran medir una milésima parte del dolor en el que estoy, no os alegraríais en vuestros corazones y no reiríais en vuestro de recuerdo de que por causa de vosotros yo estoy tirada en el polvo. Por eso fortalézcanse y esfuércense, no paren su estudio de Tora porque un hilo de misericordia se extiende sobre vosotros. Por lo tanto levántense amados y digan como en Yom Kipur en voz alta: "Baruj Shem Kebod Maljutó Leolam Vaed"."Y así lo hici-mos como nos lo ordenó y continuó hablando y dijo: "Benditos sean mis hijos y vuelvan a su estudio y no paren ni un segundo y subid a la Tierra de Israel, porque no todos los momentos son iguales, y ahora es momento oportuno pa-ra la salvación. No os preocupéis por vuestras posesiones, porque lo bueno de la Tierra santa comeréis. Por lo tanto apresúrense y suban a la Tierra de Israel, porque yo soy quien les sustenta, y les sustentare también allí. Tendréis Shalom, y en vuestras casas habrá Shalom y en todo lo vuestro Shalom." Todas estas cochas nos hablo y escucha-ron nuestros oídos muchas cosas como estas y secretos de la Tora, y grandes promesas, por lo que todos empeza-mos a llorar por causa de la gran alegría. También porque escuchamos del sufrimiento de la Shejina por causa de nuestros pecados y su voz era como la de una enferma que nos suplicaba. Por eso nos fortalecimos hasta la maña-na en el estudio de la Tora, con temor y alegría. Cuando fue la mañana fuimos a la mikve como hicimos los dos días anteriores. Y encontramos allí a tres amigos y les contamos lo ocurrido, y se entristecieron mucho por no haber podi-do estar con nosotros. Y nos propusimos ser diez en la segunda noche de Shavuot y estudiar de la misma forma. A pesar de que no dormimos toda la noche, tampoco en el dia nos fuimos a dormir porque el Jasid enseño después de la Tefila (Minja) y nos sentamos a escucharle. Y al llegar la noche nos fortalecimos e hicimos como la primera no-che, y con gran alegría estudiamos y esta vez no espero a que llegáramos hasta el estudio de Mishna, sino que mientras estudiábamos el libro de Debarim y llegamos a la perasha del Shemá, se presento de nuevo la voz y empe-zó de nuevo y nos hablo cosas parecidas a las del primer día, y añadió muchas palabras de sabiduría y secretos y nos volvió a insistir que subiéramos a la Tierra de Israel porque era el momento oportuno. Y están como testigos los cielos y la tierra de las cosas que escribí aquí. Mis hermanos y mi pueblo, alégrense y viva vuestra alma."