martes, 4 de junio de 2013
CULTURA
**Déjame Amarte, Mujer**
Si pudiera abrir mi pecho y que tu escuches los latidos, de mi corazón, con sorpresa
escucharías, que con cada latido repite tu nombre, como una letanía.
Sólo tu nombre conozco, conozco tu rostro y nunca lo he acariciado, he visto tus
labios, que nunca he besado, me han asombrado tus bellas manos, que nunca las
tuve entre las mías, tu perfume embriagó mi olfato y tu figura, con deleite, aparece,
noche a noche, en mis sueños.
No conozco tu voz, pero si, el taconeo de tus zapatos, cuando pasas por mi vereda y
yo corro como enloquecido, para verte pasar.
Hoy me has dado una sorpresa: has contestado a mi saludo habitual; es la primera
vez que ocurre y hasta me dan ganas de gritar. Lo estoy escribiendo para recordar este
gran momento, porque en las noches de fiebre y deseo, temo olvidar.
Soy un adicto a ti y no puedo remediarlo, mi corazón se desboca, las manos me tiemblan
y siento en mi cuerpo un escalofrío, que me hace tiritar.
Déjame de hacerme sufrir, hermosa mujer, déjame que te ame y te acostumbrarás a mi; te
propongo comenzar como amigos y en poco tiempo seremos amantes y entonces sí, verás,
que mi corazón, con cada latido, repite tu nombre, de día y de noche, con la luna y el sol.
Déjame demostrarte, para que veas cuanto te quiero y tu, sin dudarlo, en días, serás mi
amante.¡ Si así, no lo fuera, abriría mi pecho y moriría, por ti !
Mario Beer-Sheva