miércoles, 26 de junio de 2013
Historias de vida. Dos musulmanes en el Ejército israelí
La ceremonia empezó y cuando el comandante de la Brigada finalizó su discurso, los soldados rápidamente corrieron hacia sus comandantes. Detrás de ellos se encontraban familiares y amigos que llegaron al lugar para demostrar su apoyo y acompañamiento. Pero cuando llegó el turno del soldado Muhammad Atrash, no buscó a nadie entre la audiencia.
"Mis padres querían venir, pero yo los convencí que no lo hicieran" explicó. "Jerusalén es muy lejos de nuestra casa, no tenemos auto y es a muchas horas de distancia", agregó.
Muhammad juró por Israel, pero en vez de hacerlo sobre una Torá- como lo hicieron sus compañeros judíos- el joven soldado recibió el Corán, decorado con adornos de oro. "Yo juro, yo juro, yo juro" gritó sosteniendo el libro fuertemente con una sonrisa en su cara.
Después de unos cuantos minutos, los soldados de la Brigada Golani que se enrolaron en marzo de este año, también juraron lealtad al Estado de Israel y se comprometieron a hacer todo lo posible para protegerlo. Muhammad, un árabe musulmán residente de los Valles de Galilea de Dabburiya, es uno de ellos y como el resto de sus amigos, está emocionado por la ceremonia. “Son muchos los sentimientos, es emocionante también porque es la primera vez en mi vida que estoy en Jerusalén" dijo.
Tras los pasos de su hermano
Muhammad, (18), juró lealtad con las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) recientemente, pero su relación con las fuerzas de defensa de Israel comenzó un año y medio atrás, cuando su hermano mayor de 19 años, decidió enrolarse. "Mientras estaba en la escuela secundaria le pregunté a mi familia, '¿Por qué nosotros, los musulmanes no nos enrolamos?". "¿Por qué los judíos, drusos y beduinos se enlistan y nosotros no? Mi familia me explicó que los judíos se enrolan para servir a su país, que los drusos (comunidad) habían firmado un acuerdo con las FDI y que nosotros tenemos un montón de movimientos islámicos que se oponen al servicio militar en las FDI".
Así y todo, la respuesta de Milad fue clara y contundente: "No me preocupa ello. Yo quiero enlistarme en el ejército para proteger mi hogar, mi país'", contó.
Cinco meses después, Milad comenzó su servicio militar y llegó a su entrenamiento básico. "Como no sabía nada del ejército, empaqué mi valija como para cuatro meses" contó. "Después de cuatro días, mi comandante me dijo que yo me iría a casa de regreso por el fin de semana. No podía ser verdad, no sabía cómo volver a casa”, contó cuando salió su primer fin de semana. “Dejé la base a las 8 de la mañana y recién llegué a casa a las 10 de la noche. Nunca había estado tan lejos de mi casa”, agregó.
Tiempo más tarde, Milad se convirtió en el encargado de integrar a las minorías en el centro de reclutamiento local del norte, proporcionando toda la ayuda necesaria para la integración de ellos dentro de las FDI. Dentro de las próximas dos semanas, Milad comenzará un curso para oficiales de las FDI.
Los mismos sentimientos, al parecer, Milad se los transmitió a su hermano pequeño. Cuando Muhammad se graduó de la escuela secundaria pensó en empezar sus estudios académicos, pero eso sólo fue antes de que su hermano mayor lo convenciera de que el ejército será la mejor solución para él. "Después de algunas conversaciones con Milad, entendí que esto es lo que quiero - alistarme, contribuir con mi país", indicó.
Las piedras en el camino
Muhammad se enfrentó con algunas dificultades en el inicio de su servicio. Su hebreo era pobre ya que nunca lo había aprendido antes en su vida. "En las primeras dos semanas no entendía lo que decían los comandantes en absoluto, ni lo que el resto de los soldados hablaban. Aprendí a escribir algunas oraciones en hebreo para poder decirles a mis amigos del ejército todo lo que quería decir. Al principio fue muy difícil, pero poco a poco lo he aprendido todo".
Muhammad afirmó que nunca durante su servicio se enfrentó con casos de racismo, lo mismo que su hermano mayor. Por otro lado, los soldados de la familia Atrash dicen hacer el servicio militar les creó problemas al regreso al pueblo. "La gente del pueblo habla a nuestras espaldas", Explica Milad, "cuando mi madre lava nuestros uniformes nos aseguramos de que lo haga en el interior de la casa para que no sea robado".
"A pesar de todo, yo voy a regresar a la aldea con mi uniforme", dice Muhammad sin dudarlo. "Hasta hoy no me han hecho ningún comentario, e incluso si la gente está mirando no me doy cuenta, estoy bien con eso".
No sólo la gente de la aldea no aprecia el servicio militar de los hermanos Atrash, sino también una gran cantidad de sus amigos más cercanos. "Ya no tengo amigos en mi pueblo", le dice a Milad. "Todos mis amigos decidieron dejar de lado nuestra amistad, pero está bien. Yo construyo nuevas amistades aquí en el ejército. De Muhammad también se mantuvieron al margen porque está en el ejército" contó y su hermano Muhammad también afirmó.
"Mi mamá tenía miedo al principio de que nos alistemos las FDI", Milad continúa: "Debido a que no está familiarizada con el ejército, pero vio que me hace feliz, así que ella es feliz. Ahora ella también le dice a mis hermanos para alistarse. Estoy tratando de convencer a mis primos también", dice sonriendo.
Al cerrar los fines de semana en el ejército, Muhammad insta a su familia a no visitarlo y evitar la molestia, ya que las circunstancias no son buenas. Hace cinco años, el padre de Milad y Mushammad sufre de enfermedades del corazón, y perdió su permiso de conducir camiones. Hoy en día, la familia (incluyendo 6 niños), se gana la vida con la seguridad social y la ayuda financiera de Milad, el hermano mayor, que trabaja en un hotel en su tiempo libre.
A pesar de la difícil situación de su familia, Milad y Mahoma insistieron en ir a las FDI. "No quiero que ninguno de mis hermanos pequeños vayan a trabajar en lugar del servicio militar".
"Todo el mundo tiene que hacer el servicio militar y contribuir al país, judíos y árabes", añadió Muhammad. "No importa donde servirán, la contribución es la cosa más importante. Para mí, por ejemplo, no importa si voy a servir en Judea y Samaria o en la frontera con Gaza y tener que enfrentarse con los musulmanes desde el otro lado de la valla. Estamos manteniendo nuestro país, tenemos que protegerlo, y no importa quién está del otro lado- árabes o no, musulmanes o no. Al final, todo el mundo protege a su familia".