domingo, 30 de junio de 2013

CULTURA

**¿ Donde Están Mis Nietos ?** Hoy al levantarme y recordando el sueño, aún fresco en mi memoria, quise escribirlo, como rezongo de mi corazón y estando frente a mi ordenador, decidí no comentarlo, no escribirlo, sufrirlo sólo, en mi interior. Tengo dos hijas, que hace mucho me echaron de sus vidas, como los cachorros que al crecer olvidan y no reconocen a sus padres. ¿ Sus padres pueden olvidarlos ? Buena pregunta, no tengo respuesta. A mis hijas, que tanto quise y hoy no se, le di todo lo que podía darle, desde la mano, en sus primeros pasos, hasta la educación y el estudio, que terminaron en profesión. No pedí nada a cambio, porque los padres no debemos pedir, debemos esperar a los años, que al pasar, recibir los honores de yernos, nietos y la gran felicidad de la vejez, no solitaria, acompañada del cariño de la vida que se va, junto a la familia que supimos formar. Y yo esperé, nunca nada recibí, los años pasaron y no pude formar la familia que soñé. Prometí no escribir sobre este tema, pero el fuego de mi corazón, necesito apagarlo y dejar escrito, esperando que algunas de ellas puedan leer. Los años pasaron, los nietos no llegaron y mis sueños me acosan, como acusándome de algo que no alcanzo a comprender. Quiero a mis hijas, con la misma fuerza de sus manitas tomando mi dedo, en sus pasos primeros, por la vereda de la vida. Nada quiero, nada pretendo, sólo la pregunta que morirá conmigo: ¿ Donde están mis nietos ? Mario Beer-Sheva **¿ Donde Están Mis Nietos ?** Hoy al levantarme y recordando el sueño, aún fresco en mi memoria, quise escribirlo, como rezongo de mi corazón y estando frente a mi ordenador, decidí no comentarlo, no escribirlo, sufrirlo sólo, en mi interior. Tengo dos hijas, que hace mucho me echaron de sus vidas, como los cachorros que al crecer olvidan y no reconocen a sus padres. ¿ Sus padres pueden olvidarlos ? Buena pregunta, no tengo respuesta. A mis hijas, que tanto quise y hoy no se, le di todo lo que podía darle, desde la mano, en sus primeros pasos, hasta la educación y el estudio, que terminaron en profesión. No pedí nada a cambio, porque los padres no debemos pedir, debemos esperar a los años, que al pasar, recibir los honores de yernos, nietos y la gran felicidad de la vejez, no solitaria, acompañada del cariño de la vida que se va, junto a la familia que supimos formar. Y yo esperé, nunca nada recibí, los años pasaron y no pude formar la familia que soñé. Prometí no escribir sobre este tema, pero el fuego de mi corazón, necesito apagarlo y dejar escrito, esperando que algunas de ellas puedan leer. Los años pasaron, los nietos no llegaron y mis sueños me acosan, como acusándome de algo que no alcanzo a comprender. Quiero a mis hijas, con la misma fuerza de sus manitas tomando mi dedo, en sus pasos primeros, por la vereda de la vida. Nada quiero, nada pretendo, sólo la pregunta que morirá conmigo: ¿ Donde están mis nietos ? Mario Beer-Sheva