"Las campañas de los medios sociales palestinos contra Abás se han vuelto virales en las últimas semanas; algunos afirman que el presidente de la AP ya no es su líder, concretamente por no adoptar una postura de mayor enfrentamiento""A comienzos de esta semana se reunió con Robert Serry, coordinador especial de Naciones Unidas para el proceso de paz en Oriente Medio, a fin de presionar a la organización para que intervenga en la actual crisis"
Desde que la semana pasada estallara la violencia en las comunidades árabes de Israel, la Franja de Gaza y la Margen Occidental, el presidente palestino, Mahmud Abás, ha tratado de caminar sobre una fina línea que separa las decisiones políticas pragmáticas y la opinión pública palestina.
Tras enterarse del atroz asesinato de Mohamed Abu Khdeir, un adolescente del barrio de Shuafat, en Jerusalén Este, la opinión pública palestina ha estallado de rabia. Antes incluso de que las autoridades israelíes identificaran a seis extremistas judíos de los que ahora se sospecha que pudieran ser autores del ataque, Abás instó a la prudencia por parte de los palestinos. Después de todo, fue él el líder palestino que puso fin a la segunda intifada de 2000-2005, haciendo hincapié en que la violencia no era la forma de lograr un Estado. En medio de esta crisis, se ha implicado de forma activa y ha coordinado con los israelíes la cuestión de la seguridad, ayudando a la caza de los asesinos de los tres adolescentes israelíes el mes pasado. Hay quien especula con que incluso apoyó la campaña israelí que tuvo como objetivo activos del grupo terrorista Hamás en la Margen Occidental.
Pero esto no ha carecido de riesgos. Las campañas de los medios sociales palestinos contra Abásse han vuelto virales en las últimas semanas; algunos afirman que el presidente de la AP ya no es su líder, concretamente por no adoptar una postura de mayor enfrentamiento.
Facciones rivales palestinas también se sumaron rápidamente al ataque. Apenas unos días después del asesinato de Abu Khdeir, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP)instó a una intifada en Jerusalén Este, en lo que pareció ser un enfrentamiento directo a la postura de Abás. Dirigentes de Hamás también vapulearon al rais por cooperar con Israel y parecer débil ante los avances israelíes en la Margen Occidental y Jerusalén Este, por no mencionar los ataques aéreos contra objetivos de la Franja de Gaza.
Incluso miembros del propio partido de Abás, Fatah, criticaron a su líder. Taysir Jaled y Yibril Rayub, del que algunos suponen que tiene la mira puesta en el puesto de Abás, al parecer se vieron envueltos en acalorados enfrentamientos con Abás en la reunión del Comité Central de Fatah, en el que a menudo se adoptan importantes decisiones políticas.
Después de que las autoridades israelíes confirmaran que los asesinos de Abu Khdeir eran, en efecto, israelíes, Abás comenzó a intentar apaciguar a la opinión pública palestina y sus exigencias de justicia. Su Ministerio de Información hizo pública una nota el domingo, en la que se culpaba a Netanyahu del crimen.
Pero saciar el deseo de venganza de los palestinos no es la estrategia de Abás. A comienzos de esta semana se reunió con Robert Serry, coordinador especial de Naciones Unidas para el proceso de paz en Oriente Medio, a fin de presionar a la organización para que intervenga en la actual crisis. Abás instó a Ban Ki Moon a ordenar una investigación sobre las políticas israelíes en la Margen Occidental y Jerusalén Este. Saeb Erekat, jefe de negociaciones palestino, también se reunió con diplomáticos internacionales en la Margen Occidental, donde amenazó con demandar a Israel ante el Tribunal Penal Internacional… una amenaza que ya se ha vuelto corriente.
Abás, tras lograr el reconocimiento del “Estado de Palestina” en la Asamblea General de Naciones Unidas en 2012, firmó su adhesión a 15 organismos internacionales a comienzos de este año. Esta acción formaba parte de una estrategia más amplia que lleva siguiendo desde 2005, llamada“Palestina 194”. La iniciativa pretende lograr para los palestinos el reconocimiento como Estado al margen de las negociaciones con Israel, que en las últimas décadas ha fracasado en repetidas ocasiones. La campaña es una de las pocas políticas palestinas que han tenido éxito entre la opinión pública palestina.
Abás espera que esta estrategia siga siendo popular entre su electorado. De no ser así, puede que éste le presione más contra Israel. Por ahora, eso es algo que el asediado líder palestino trata de evitar.
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