martes, 3 de febrero de 2015

**Lo Prohibido**

Pompeya, tu mi guitarra favorita, ven y escúchame lo que te voy a contar.
No quiero hablar de ello, pero debo hacerlo, porque mi corazón no aguanta
tanto silencio y está a punto de estallar.
Te cuento, que estoy enamorado, de una mujer que no debo ni acercarme.
De una mujer que no debo amar, que no debo mirar, y ni siquiera puedo soñar.
Como evitar el soñar, de un sueño que es todo una melodía, que me despierta
de noche para hacerme recordar que la veré en el nuevo día.
Que sus cabellos al viento me traerán su perfume, su fragancia, su aroma de
mujer que pide amor y pasión.
Pompeya, mi querida guitarra. ¿ Puedes tu acaso, crear una canción para
tanta desesperación ?
Esta confesión, querida mía, no puede salir de aquí,  No puede llegar a los
oídos de mi bien amada. Tengo prohibido amarla y la amo, tengo prohibido
soñar con ella y sueño con ella, tengo prohibido enamorarme y lo estoy por
ella.
Prohibir lo prohibido, que destino fatal el mío, que destino ingrato tiene mi
futuro. ! Pero que hablo de futuro ! Mi futuro incierto será morderme los puños
hasta hacerlos sangrar y cuando eso ocurra, bañarlos en sal.
Y que mi dolor no me deje pensar en ésta pasión que es más dolorosa que
la sal.
Mañana, nuevamente, estaré en misa, y nuevamente querré, en medio de la
oración, ponerme de pie y con toda mi voz gritar:
! Sor María, deja todo, no pudo vivir sin ti !
Mario Beer-Sheva

 **Lo Prohibido**

Pompeya, tu mi guitarra favorita, ven y escúchame lo que te voy a contar.
No quiero hablar de ello, pero debo hacerlo, porque mi corazón no aguanta
tanto silencio y está a punto de estallar.
Te cuento, que estoy enamorado, de una mujer que no debo ni acercarme.
De una mujer que no debo amar, que no debo mirar, y ni siquiera puedo soñar.
Como evitar el soñar, de un sueño que es todo una melodía, que me despierta
de noche para hacerme recordar que la veré en el nuevo día.
Que sus cabellos al viento me traerán su perfume, su fragancia, su aroma de
mujer que pide amor y pasión.
Pompeya, mi querida guitarra. ¿ Puedes tu acaso, crear una canción para
tanta desesperación ?
Esta confesión, querida mía, no puede salir de aquí,  No puede llegar a los
oídos de mi bien amada. Tengo prohibido amarla y la amo, tengo prohibido
soñar con ella y sueño con ella, tengo prohibido enamorarme y lo estoy por
ella.
Prohibir lo prohibido, que destino fatal el mío, que destino ingrato tiene mi
futuro. ! Pero que hablo de futuro ! Mi futuro incierto será morderme los puños
hasta hacerlos sangrar y cuando eso ocurra, bañarlos en sal.
Y que mi dolor no me deje pensar en ésta pasión que es más dolorosa que
la sal.
Mañana, nuevamente, estaré en misa, y nuevamente querré, en medio de la
oración, ponerme de pie y con toda mi voz gritar:
! Sor María, deja todo, no pudo vivir sin ti !
Mario Beer-Sheva

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