viernes, 20 de marzo de 2015

Vaikrá(Levítico 1-5)

Despertar

Una de las ofrendas que aparecen en esta parashá es la “ofrenda por una transgresión”, la cual es llamada en hebreo “jatat”. Un jatat es ofrecido cuando una persona comete involuntariamente un crimen que debería tener pena de muerte. Por ejemplo, un hombre que accidentalmente tiene relaciones íntimas con su hermana.
La pregunta obvia que uno debe hacerse en este caso, al igual que en todos los casos de jatat, es ¿cómo es posible que una persona actuase de esa forma por accidente? Bueno, la persona podría eventualmente haber olvidado que aquella acción estaba prohibida, o bien podría haber creído que la persona con la que estaba teniendo relaciones no era su hermana. Pero de cualquier forma que lo veas, la verdad es que hay un gran nivel de negligencia involucrado. Una persona tiene que estar excesivamente adormecida como para hacer algo así por accidente. Dicha persona debe haber estado viviendo en su pequeño e inmoral mundo de sueños.
Entonces la Torá intenta despertarlo. Le exige llevar una vaca al Templo Sagrado de Jerusalem, donde él deberá observar cómo sacrifican, cortan y queman a la vaca hasta que quedan sólo sus cenizas. De esta forma, él obtendrá una imagen clara y nítida de la fragilidad de la vida. Y quizás esta experiencia logre sacudirlo de su apatía inmoral. Si Dios quiere, él logrará entender que la vida es corta, que hay mucho que hacer en este mundo, y que él no puede permitirse vivir para siempre en un estado de letargo.
Al igual que cualquier ritual judío, éste causará efecto sólo en la medida en que la persona lo permita. Si la persona permanece dormida durante el ritual de ofrendar el jatat, al igual que lo está en los demás aspectos de su vida, éste no causará ninguna reacción en él. La Torá no es una fórmula mágica de esas que comandan “haz el ritual y obtendrás el efecto espiritual que buscas”. La Torá simplemente sitúa a la persona en un contexto en el cual podrá despertar y ver el valor de la vida si decide hacerlo. Pero la elección a fin de cuentas depende de él.

Para concluir, he escuchado decir que el concepto de las ofrendas es un tanto barbárico. Quizás es así. Pero de igual modo, degollar un animal y saciarse con su carne no me suena más civilizado. ¿Por qué es válido matar a un animal con el fin de caminar sobre su cuero, y no lo es cuando su fin es despertar a la persona respecto al sentido de la vida? Yo estoy seguro de cuál me parece más civilizado.

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