lunes, 30 de marzo de 2015

l Mundo ofrece un ejemplo de lo que no se debe hacer en periodismo
por Marcelo Wio
24 de Marzo de 2015


Un artículo (“Hamas denuncia que insectos-espía de Israel sobrevuelan Gaza”) publicado por el diario español El Mundo el 24 de marzo de 2015 parecía, más que una crónica informativa, un ejemplo de lo que el periodismo no debe hacer.
Comenzando por la foto, que fue publicada originalmente en 2011 por el diario inglés The Telegraph, y que muestra al Dr. Gregory Parker, jefe del equipo de Micro Air Vehicle, sosteniendo un pequeño drone que asemeja a una libélula, en la base aérea de Wright Patterson en Dayton, Ohio, Estados Unidos.
Esta foto fue la que utilizó la fuente del diario español (que sólo aclaraba que era la foto que ilustraba el artículo de su única fuente), “el periódico digital 'al-Majd' perteneciente al aparato de Seguridad de las Brigadas al-Qassam, brazo militar del Movimiento Hamas”. Es decir, del grupo terrorista – así considerado, entre otros, por Estados Unidos – Hamas.
Llamativamente, El Mundo indicaba que:
“‘Unidades de combatientes de la resistencia han descubierto unos insectos electrónicos, del tamaño de un pequeño pájaro, diseñados para monitorizar los movimientos de los miembros de la resistencia para poder, eventualmente, identificar lugares de soldados [israelíes] capturados', ha señalado la web, basándose en fuentes directas de las unidades especializadas en Seguridad Tecnológica.
Las unidades, tal como señala la web, han analizado las imágenes capturadas por los microdrones de construcción ‘estadounidense'.
[…]
Según la fuente, las unidades han analizado las imágenes capturadas por los microdrones…”.
De esto se desprende que han recuperado al menos uno de los drones. Entonces, ¿por qué no hay ninguna imagen del mismo - al punto que deben recurrir a una foto de 2011 tomada en Estados Unidos?
Pero, evidentemente no sólo no verificaba la foto, sino que no verificaba la propia información – que provenía de una única fuente -, de la que la propia redactora, pocas horas antes de la publicación de la crónica, no afirmaba su veracidad.
Resumiendo: el medio no verificaba la información que transcribía la redactora, se fundaba en una única fuente – de muy dudosa credibilidad, como mínimo -; evidentemente, no recurría a versión israelí alguna; y publicaba una foto sin conocer su origen.
¿Qué era, entonces, eso que distaba tanto del buen quehacer periodístico?
¿Un ejemplo de qué no hacer para estudiantes de periodismo?
Pero, si es así, ¿por qué no advertirlo?

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