lunes, 21 de abril de 2008

Así nació la "Alcancía Azul" el Pushke

El día 19 de Tevet de 5742 - 26 de diciembre de 1901, el 5º Congreso Sionista, decretó el establecimiento Fondo Nacional Judío (Karen Kayemet Leisrael-KKL). Un empleado de banco, Jaim Kleinman, del pueblo Nadvorna ( Polonia), expresó su idea de recaudar fondos necesarios para el funcionamiento de la organización.

Mandó una carta a “Di Velt” (El Mundo), periódico sionista en Viena:
“De acuerdo al lema “una moneda tras otra va sumando”, y luego de la decisión del Congreso de recaudar fondos, me decidí a crear una “Alcancía de la Tierra de Israel” con una etiqueta que consignaba “Fondo Nacional”. El resultado fue sorprendente. Por eso propongo recaudar de este modo las donaciones para el KKL.
El resto ya es historia.
Por años esta alcancía estuvo presente en casi todos los hogares judíos e instituciones educativas israelíes y del mundo, como medio popular de alentar la concreción de la visión sionista de levantar un estado judío. El dinero recaudado en el “Pushke” ayudó a la redención de la tierra de Israel. Aunque su cometido no fue sólo la recaudación del dinero, sino un elemento educativo importante para difundir el fuerte vínculo del pueblo de Israel con su tierra
Esta “Alcancía Azul” fue variando de forma y, en muchos casos, no fue totalmente azul. Es un símbolo; el símbolo del KKL y del esfuerzo en el desarrollo del país, la plantación de bosques y parques, el arado de la tierra para hacerla apta a la agricultura, la apertura de caminos y depósitos de agua; la vinculación entre el hombre y la tierra.
En realidad, el “Pushke” nació 15 años antes, en 1882, cuando Tzvi Herman Shapira, profesor de matemática, sostuvo la idea de un “Fondo Nacional”. Ioná Kremnitzky, primer director del KKL entendió que, la fuerza de ese objeto, radicaba en la educación sionista y en la creación de un fuerte vínculo entre los judíos de la diáspora e Israel.
El “Pushke”, es como una Mezuzá ( elemento que se coloca en la jamba de la puerta) laica. Con el encendido de las velas en Shabat, se la colocaba en la mesa familiar y todos volcaban allí las monedas. Así se sentían parte del gran pueblo que iba camino al establecimiento de su casa nacional.
Es una alcancía de esperanzas y sueños y de unión nacional.

Fuente: Cidipal

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