lunes, 25 de julio de 2011

Critican al responsable de la ONU para Medio Oriente por su parcialidad, y los medios miran para otro lado por Elie M. Smilovitz Kassin

El relator de la ONU para el conflicto en Medio Oriente, Richard Falk, ha suscitado la polémica en torno a su imparcialidad a la hora de juzgar y emitir informes sobre esa región del mundo y sobre el conflicto israelí-palestino.

El 29 de junio el Sr. Falk publicaba una caricatura de índole racista y antisemita en una cuenta personal de una red social. Organizaciones e individuos particulares que siguen a Falk en dicha red escribieron al relator para manifestarle su indignación por la publicación de la caricatura. Entre quienes presentaron su queja está el Monitor de Naciones Unidas, una organización no gubernamental que vela por las buenas prácticas en la ONU y del Consejo de Derechos Humanos con sede en Ginebra.

La primera reacción de Falk ante la crítica del Monitor de la ONU fue declarar: “Es una completa mentira. No sé nada sobre esa caricatura y nunca publicaría algo así”. Ante esta reacción un lector reclamó a Falk a través de un mensaje en la web que decía: “Mire en su propio blog”. http://richardfalk.files.wordpress.com/2011/06/images-71.jpeg e incluía un enlace al post con la caricatura publicada por Falk.

Tras eso, a Falk no le quedó otra opción que reconocer su error: “Tal vez no comprendo la caricatura y, por si ofende a alguien, la he quitado del blog. Podría ser de mal gusto, algo de lo que no me había percatado, y de lo que desde luego no me había dado cuenta es de que podría ser vista como antisemita, ni siquiera ahora me doy cuenta de ello”.

Hasta el momento, la máxima responsable de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, no ha condenado la actitud del relator para Oriente Medio, Richard Falk, a pesar de la petición del Monitor de la ONU y de personalidades políticas. El Monitor y esas personalidades argumentan que Falk debe ser sancionado, pues la publicación de la caricatura viola los artículos 1 y 4 de la Convención internacional para la eliminación del racismo, ya que incitan al odio.

Cabe recordar que el propio secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, ha dicho que el Sr. Falk tiene una “clara responsabilidad de sostener los valores del Consejo –de Derechos Humanos- y de las Naciones Unidas”, tanto en su ámbito público como privado. Y que es también el secretario general quien ha condenado a Falk, en dos ocasiones, por la actitud del relator hacia los acontecimientos del 11 de septiembre. Falk ha apoyado públicamente la teoría de que EEUU organizó dichos ataques contra su propia población.

Así, llama la atención que una persona con un cargo de alta responsabilidad sobre el conflicto en Oriente Medio haya generado tanta polémica, suscitando reacciones por parte del propio secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, además de diferentes organizaciones, como el Monitor de Naciones Unidas, y que las declaraciones, que son, en efecto, muy polémicas, no hayan tenido interés para ningún medio de comunicación hispanohablante.

Por otro lado, la trayectoria parcial sobre el conflicto en Oriente Medio de Falk se remonta tiempo atrás. En su momento, Falk fue un gran defensor de las conclusiones anti israelíes del informe Goldstone, cuyo autor, el juez Richard Goldstone, de origen sudafricano, se desdijo sobre las acusaciones que había vertido sobre Israel respecto de haber cometido crímenes de guerra. Sin embargo, Goldstone no retiró sus acusaciones por esos crímenes a Hamas.

Además, Falk ha apoyado las más de 30 resoluciones contra Israel emitidas desde el Consejo de Derechos Humanos de la ONU –órgano que no ha condenado violaciones flagrantes de DDHH, en ninguna ocasión, en 187 países, entre ellos Siria, Irán, China o Arabia Saudita-, que suponen una actuación evidentemente parcial del Consejo hacia Israel. Y ha comparado a Israel con el régimen de la Alemania nazi.

En un momento en el que la comunidad internacional centra su atención en el conflicto en Medio Oriente y demanda de Israel y de los palestinos hacer todo lo posible por retomar las negociaciones de paz, el hecho de que el relator de la ONU para ese conflicto esté envuelto en una polémica que cuestiona su imparcialidad debería tener un eco mediático, algo que aún no ha ocurrido.

Cabe recordar que el proceso de paz en Oriente Medio tiene como un activo fundamental al denominado Cuarteto, que incluye a EEUU, la UE, Rusia y la ONU. Por eso, cuando uno de los representantes más destacados de la ONU para el conflicto adopta una postura parcial sobre la situación, ésta afectará de forma negativa a las negociaciones, lo cual supone una noticia de gran interés periodístico que, sin embargo, los medios han preferido ocultar
Revista Medio Oriente

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