viernes, 29 de julio de 2011

MOISÉS Un genio precoz

Estimado amigo Guido:

Me permito enviarte en archivo adjunto "Un genio precoz Moisés", un artículo actualizado acerca del más reciente estudio histórico- arqueológico sobre la historia documentada de Israel en sus comienzos. Su eventual publicación desde tus "Cartas desde Israel", si estás de acuerdo en divulgarlo, permitirá a un grupo de investigadores judíos sin demasiados recursos hacer saber a un público más vasto que no sabe ni quiere saber de nuestro pueblo, que niega que hayamos vivido en Egipto y muchos otros países, que no saben cómo ni de donde venimos, y de paso nos sirve para responder a profesores como Israel Finkelstein, sus seguidores y alumnos, de que pese a sus afirmaciones vacías, el pueblo judío existe, que el Éxodo de Egipto sí está documentado con pruebas arqueológicas y que no somos hicsos ni cananeos, que en cambio tenemos una identidad propia muy bien documentada desde hace milenios y que alimentamos nuestra memoria a diario para recordarles a aquellos judíos vergonzantes que no somos como ellos.

Creo en nuestra identidad y nuestra memoria, y que nos corresponde a los judíos estudiar nuestra propia historia con entera libertad y no depender de otros en nuestras conclusiones, poder exhibir las pruebas arqueológicas e históricas a medida que las vamos hallando, porque de todos modos los historiadores "normales" no las publicarán, los periódicos las ignorarán y en especial los egiptólogos "que aún no han se han topado con ninguna huella de Israel en Egipto" no la encontrarán porque, como Finkelstein, no están buscando las pruebas ni quieren hallarlas. Lo más curioso o increíble es que las pruebas que "no encuentran" son trescientos textos grabados sobre piedra distribuidos en cincuenta monumentos de Senmut y más de cien de Hatshepsut. En el idioma egiptológico neoantisemita toda esta prueba arqueológica es "nada". Los israelitas "no existimos".

Te envío un cordial saludo, Américo Figueroa.

Nota: los dos dibujos incluídos ilustran la comprensión del artículo, son propios y sin inconveniente de divulgación. Muchas gracias.




Un genio precoz MOISÉS


Musen, en Egipto Senmut, obtuvo la educación reservada a los príncipes. La Biblia confirma su esmerado aprendizaje en toda la sabiduría de Egipto. Experto escriba y escritor, con dominio del idioma jeroglífico ornamental y cursivo, geometría, dibujo técnico y artístico, agrimensura, matemáticas, astronomía, y demás materias superiores. Fue Arquitecto en Karnak, Luxor, Hermontis y Deir el-Bahari (1). En la biblioteca real aprendió la lengua de los sumerios, leyó la epopeya de Gilgamesh y el gran diluvio, anticipo de su relato de Noah y el arca, y de las andanzas de Adapa, el primer hombre, fuente del relato de Adam. Escribió: “tengo acceso a todos los escritos de los antiguos sabios y no hay nada que ignore desde los comienzos del mundo” (desde el génesis) (4a). En la biblioteca de Egipto recopiló los sucesos antiguos que luego transcribió adaptados al libro del Génesis.
Su maestría fue tal que a los catorce años, en el texto de sus primeras estatuas -Museo Británico, Museo Egipcio de El Cairo- escribió por primera vez su nombre en forma de criptograma (composición formada por varias capas superpuestas de lectura), que su genio compuso con sólo tres ideogramas: una flecha invertida (sn), una línea quebrada (n) y la figura de un buitre (mwt). En sus textos informa “inventé nuevos signos y nuevas combinaciones de signos sin ayuda de mis maestros y que sólo yo comprendo” (4b). Se refería a sus novedosos criptogramas. En éste, además de su nombre, divulgó encriptada la historia de su joven vida en los mismos términos que décadas más tarde Moisés empleó para narrar su infancia y crecimiento en Egipto.

Primera lectura, su nombre. Sen: hermano y Mut: la diosa buitre, “hermano de Mut”. La segunda lectura nos informa que proviene de las aguas del río: la “n” que significa “agua” y por otro lado “energía”, en este caso del agua, es decir el río: “hermano del río”. Al llegar a la tercera capa de lectura nos enteramos que fue entregado a la creciente, Mu: agua, Mut: la diosa madre de la fertilidad de las aguas de la inundación y Muut, el espíritu de las aguas que fluyen. Cuarta lectura, la letra “n” de “agua” es la primera y última consonante del nombre Nun, el dios de las aguas primordiales. Quinta lectura, la letra inicial de su nombre “s” sen y la letra final de su nombre mut “t”, “swt”, junco, material de las canastas de todos los hogares egipcios, en ese caso alusión a la canasta de juncos con él dentro, que fue dejada entre los cañaverales y juncales de las orillas del Nilo en la época de la creciente. Sexta lectura: Mut la diosa buitre, es el símbolo principal del alto Egipto y a la vez la patrona de Tebas sede del palacio real, lugar donde él y la canasta de juncos fueron sacados del río. Séptimo nivel de lectura, la “t”, determinativo del género femenino, homenaje a las tres mujeres que lo salvaron de las aguas, su madre, su hermana, y la adolescente hija del rey Hatshepsut que lo adoptó como hermano de su sangre y lo bautizó Sen Mu (Mu Sen): hermano del agua. Octava lectura: Mt es Maat diosa de la verdad-justicia, testigo de la veracidad de lo declarado, y el futuro nombre de coronación de Hatshepsut (Maat Ka Re). Novena lectura: “mut” es madre, referencia que hace de su madre sanguínea y de su nueva “madre” Hatshepsut que lo adoptó. Décima y última lectura: Mut diosa de Tebas estaba casada con Amón Ra, que abreviado es Amram, el nombre bíblico del padre de Moisés.

Sus enemigos Tutmosis III, el rey que lo desterró luego de la caída de Hatshepsut (c -1480), y Amenofis II, el faraón del Éxodo (c -1438), dispusieron que su memoria y su nombre fueran borrados de sus monumentos. En la estatua del Chicago Field Museum eliminaron a cincel y maza el criptograma de su nombre pero dejaron sin tocar estas palabras: “soy alguien sacado de las aguas, entregado a la creciente del río, de donde proviene mi poder sobre la inundación”(2), frase demostrativa que la declaración emanada del texto de Senmut coincide con el Libro del Éxodo redactado por Musen varias décadas después, y también concuerda con las propias palabras del criptograma de su nombre que fue borrado de la estatua a la que hacemos referencia (3). Su genio superó los conocimientos de los antiguos egipcios en su propia lengua, pues no reconocieron las capas de significado ocultas en la agrupación de signos que él creó ni las relacionaron con el texto llano “soy alguien sacado de las aguas, entregado a la creciente del río”(4c) escrito aparte en el mismo monumento.

Este criptograma (mensajes detrás de otro mensaje) que contiene el nombre Sen Mu (Mu Sen) narra su infancia en la corte real y cómo llegó a ella, y fue más tarde complementado por su segundo criptograma favorito, que menciona su origen hebreo, sus títulos y trabajos, compuesto ya pasados sus veinte años de edad. El primero lo representó en más de cincuenta soportes, y el segundo en más de veinticinco, emblemas frontales de sus estatuas que ahora están en los museos de Louvre, Kimbell Art y Brooklyn. Se trata del criptograma
“Alma de la diosa Aset”, su primera acepción, compuesto por la figura de una cobra coronada con el disco solar astado y asentada sobre el símbolo ka. El sol entre astas es uno de los atributos más frecuentes
de la diosa Aset (Isis). La siguiente lectura de este segundo criptograma dice “soy un alma” –ka-, “proveniente del Delta” –la cobra-, (del país) “de Ramase”–el disco solar entre cuernos-: significa que nació en Ramsé, la región del delta donde habitaban las tribus hebreas descendientes de Jacob-Israel. Cuarto nivel de lectura: el sol cornado combina al dios Ra con la diosa Aset, es decir Ramase(t), engendro de Ra. El quinto significado es el nombre de su padre biológico, Ramase. La sexta lectura, letra a letra, en el mismo orden: en primer lugar la letra “kha” del ideograma Ka, la “b” de Buto la cobra, y la “r” de Ra, o sea, “khabiri-hebreo”. “Soy hebreo”.

En resumen, la mayor parte de sus ideas y narraciones las expresó abiertamente, el resto lo hizo mediante mensajes destinados a ser decodificados por las generaciones venideras. Escribió para sus contemporáneos y a la vez para la posteridad con la intención de ser leído por futuras generaciones. Dejó así asentado para todos los tiempos que era hebreo, originario del Delta, de la tierra de Ramsés, que había sido depositado en una canasta de juncos cerca de la orilla del palacio real, sacado de las aguas crecientes, adoptado por la hija del rey y educado en toda la sabiduría de Egipto, que llegó a ser jefe de Estado de la faraón Hatshepsut y que escribió, entre centenares de páginas imperecederas, su testamento de conducta ética en Egipto: “Soy leal a mi Rey, fiel a Dios y sin tachas a los ojos del Pueblo”(4d).

Éste es el hombre que ha legado a Egipto y al mundo los más bellos y monumentales obeliscos, criptas y templos, y a la Humanidad una idea renovadora, el monoteísmo moral, los Diez Mandamientos que han sido, y son, faro de luz de todos los hombres.

Américo Figueroa

(1) James Henry Breasted, “Ancient Records of Egypt, Vol. II, Senmut, Página 144, University of Illinois Press, 2001.
(2) Christiane Deroches Noblecourt, “Hatshepsut, la reina misteriosa”, editorial EDHASA, España, 2004.
(3) Peter Dorman, “The monuments of Senenmut”, página 150 y 221, Kegan Paul International Ltd., London & New York, 1988.
(4 a b c y d) Todas las citas de Senmut provienen de los textos de sus propios monumentos y de traducciones de los egiptólogos Wallis Budge, Peter Dorman, James H. Breasted, D.Noblecourt, Herbert Winlock, W.Hayes, entre otros.


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