viernes, 20 de marzo de 2015

El Gobierno, abucheado en el acto por la embajada de Israel

Aníbal Fernández y Alak fueron silbados; dos funcionarios israelíes defendieron a Nisman
Por   | LA NACION
Llegaron tranquilos, rodeados de guardaespaldas y hasta se permitieron alguna sonrisa. Pero el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro de Justicia, Julio Alak, los dos representantes del Gobierno, no la pasaron nada bien ayer en el acto de recordación del aniversario del atentado terrorista a la embajada de Israel en Buenos Aires.
Silbidos, insultos y duros mensajes desde el estrado por parte de los representantes del gobierno israelí fueron las respuestas que recibieron los funcionarios durante el acto en Arroyo y Suipacha, donde hace 23 años una explosión hizo añicos la sede diplomática y dejó 29 muertos. La reacción llegó horas después de las renovadas críticas de la presidenta Cristina Kirchner a Israel, al que culpó de no haberse presentado como querellante en la investigación del ataque, y de los insultos del jefe de Gabinete al fallecido fiscal Alberto Nisman, cuya figura fue reivindicada por el ministro de Agricultura de Israel, Yair Shamir, y la embajadora en el país, Dorit Shavit.
"A los viles terroristas, entrenados y financiados por Irán, no les importó que hubiera una escuela, un jardín de infantes, una iglesia cerca. Les importó matar la mayor cantidad de judíos posible", dijo Shamir, en crítica directa a Teherán, que firmó con la Argentina el Memorándum de Entendimiento.
Después de recordar también el ataque contra la AMIA, Shamir defendió a Nisman, que investigaba ese atentado. "Más recientemente ocurrió una nueva tragedia, con la muerte del fiscal, que pagó con su vida el intento de llegar a la verdad", manifestó Shamir, arrancando sonoros aplausos de las poco más de 500 personas que asistieron al acto.
Fernández, que días atrás había llamado "turro" al fallecido fiscal y lo había acusado de "malversación de fondos públicos", también aplaudió sus palabras desde un estratégico segundo plano del palco principal.
No fue ése el único trago amargo para el Gobierno durante el acto, que duró poco más de una hora bajo un sol que caía a plomo.
Cuando los ministros (y también el vicecanciller Eduardo Zuain, presente en el acto) fueron nombrados por el locutor para ofrendar flores de homenaje a los fallecidos, aparecieron silbidos aislados y algún insulto.
"¡Son una vergüenza, antisemitas! Váyanse", gritó una veintena de personas, adultos en su mayoría, ubicados detrás de la reja de la plaza seca, a escasos veinte metros del palco, pero de frente a los funcionarios.
El clima tenso persuadió a los funcionarios de la Casa Rosada, que según pudo saber la nacion prefirieron no arriesgarse a hablar en el acto de recordación y recibir más reacciones adversas.
Antes de Shamir y Shavit, tomó la palabra Jorge Cohen (sobreviviente del ataque), quien afirmó: "Estamos acá para volver a hablar de lo que hay que hablar. De la impunidad y de las vidas que quedaron a mitad de camino", dijo el ex encargado de prensa de la embajada israelí sin poder ocultar su emoción.
Durante sus discursos, los funcionarios israelíes parecieron responderle a la Presidenta, quien justificó su ausencia en el acto de ayer por "compromisos en El Calafate".
También aclaró que para ella "el único acto es el del 17", en referencia al acto de recordación que los familiares de las víctimas llevaron a cabo el martes (al cual la Presidenta tampoco asistió, aunque sí recibió a los familiares en la Casa Rosada).

CONTRA IRÁN

"Irán continúa sembrando terror y el mundo sigue apaciguando ese nido de víboras", dijo Shamir, hijo del ex primer ministro Itzjak Shamir y miembro del partido gobernante Likud, en otra crítica al gobierno iraní, señalado por Nisman como autor intelectual del atentado contra la AMIA y por la Corte Suprema como inspirador del ataque a la sede diplomática en Buenos Aires.
Sin referirse al Memorándum de Entendimiento suscripto entre la Argentina e Irán, Shamir dijo que la comunidad internacional "debe "unirse contra el terror y unir sus esfuerzos en la erradicación del terror (.) estos crímenes deben ser investigados para que sus despreciables perpetradores sean condenados" por la Justicia.
A su turno, la embajadora Shavit leyó un discurso en el que afirmó que Israel le asigna "la mayor importancia" a la investigación del atentado y a "someter a juicio a sus perpetradores".
También la embajadora se refirió a Nisman, "que murió trágicamente sin poder terminar la investigación" que llevaba adelante.
Antes y después del acto, el jefe de Gabinete fue el político más requerido por la prensa. A su llegada, y de buen talante, contestó durante un largo rato las preguntas de la prensa. "¿ A qué se refirió la Presidenta cuando habló de cosas que le contaron sobre este atentado...", le preguntó LA NACION.
"Es que fueron muchas las cosas que pasaron en la investigación, pasaron cinco años desde que se comenzó a investigar, y la causa se llena de un montón de comentarios. Hay que seguir investigando", dijo el jefe de Gabinete, sin saldar del todo la incógnita.
A la salida, y ante el mismo mar de micrófonos y cámaras, su paciencia no era la misma.
"Eran dos personas (que silbaron). No me mueve el amperímetro. No me importa nada", le dijo a un cronista radial mientras apuraba el paso por la calle Suipacha.
Instantes antes, la diputada macrista Laura Alonso lo retuvo y le habló largamente al oído.
"Le dije que respetara a los muertos", le contó Alonso a LA NACION, en referencia al fiscal Nisman, que murió de forma violenta y misteriosa horas antes de defender en el Congreso su denuncia por encubrimiento contra la Presidenta, el canciller Héctor Timerman y otros dirigentes del kirchnerismo.
La Presidenta también movió sus fichas. Por la tarde, y a través de su cuenta en Twitter, anunció que desclasificará la información reservada de los servicios de inteligencia sobre el atentado "en cuanto lo solicite la Corte Suprema de Justicia de la Nación", tal como hizo con la documentación del atentado contra la AMIA.
Éste no fue un aniversario más del atentado contra la embajada de Israel. Vino precedido por la polémica generada por la denuncia de Nisman, y su posterior y misteriosa muerte. Ese episodio generó una reacción múltiple del Gobierno, la cual incluyó un duro mensaje de Cristina Kirchner ante el Congreso, en el que puso en duda la voluntad del gobierno israelí por esclarecer el ataque de marzo de 1992.

BAJO EL ESCENARIO

Pro fue mayoría entre los opositores
El acto de recordación de las víctimas del atentado contó con nutrida presencia política, sobre todo del macrismo. El jefe de gabinete Horacio Rodríguez Larreta y el ministro de Cultura Hernán Lombardi encabezaron la delegación, aunque también estuvieron Sergio Bergman, Laura Alonso, Cornelia Schmidt, Claudio Avruj y Diego Guelar. El sciolista Jorge Telerman también estuvo en el palco principal, al igual que el titular del Comité Nacional radical Ernesto Sanz. Por la Justicia, estuvo el consejero Jorge Enríquez.
Bajo perfil desde las entidades judías
A diferencia de los políticos opositores, la dirigencia judía mantuvo su bajo perfil durante la conmemoración. Con el titular de la DAIA, Julio Schlosser, como parte del palco principal, dirigentes de esa entidad, como Waldo Wolff y Jorge Knoblovits, optaron por no confrontar con el Gobierno, del que están distanciados. También Claudio Epelman, del Congreso Judío Latinoamericano, y Sergio Widder, del Centro Simon Wiesenthal, se limitaron a reclamar "justicia", sin atacar a la Casa Rosada..
Del editor: q

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