lunes, 2 de marzo de 2015

"Nuestros hermanos en la distancia”
Los judíos de Australia   
Leyendo en un sitio de internet australiano nos encontramos con la historia de lasColonias del Barón Hirsh en la Argentina, fotos de Moisesville, de las Colonias de Entre Ríos y un mapa de la Argentina. Hemos pensado en retribuir el interés por nuestros hermanos australianos que se hallan en las antípodas de nuestro país, en un continente tan lejano y exótico, como tal vez lo seamos nosotros para ellos.
 Los primeros judíos llegaron a Australia como prisioneros británicos en el siglo XVIII. Hoy en día, la población judía de Australia se considera que está integrada por unas 112. 000  personas- una comunidad judía que ocupa el noveno lugar en el mundo. La mayoría de los judíos australianos viven en las principales ciudades de Sydney, Melbourne y Brisbane.
 Cando las colonias americanas se rebelaron en 1776, Inglaterra perdió la mayor cárcel que poseía para los convictos que eran enviados rutinariamente a las trece colonias que se hallaban en América del Norte, para hacer espacio en las cárceles británicas perpetuamente superpobladas, aun los delitos más insignificantes contra la propiedad, eran penados con la prisión en Gran Bretaña. Como resultado, Inglaterra anexó el territorio de Australia en 1788 como una nueva colonia penitenciaria. Mientras que Australia había sido conocida por los europeos desde su descubrimiento en el siglo XVI, los ingleses fueron los primeros en instalarse allí de forma permanente, al margen de la población nativa aborigen.
 Entre los 1.500 prisioneros que inicialmente llegaron a Australia, había 16 judíos; llegaron más para 1817, los suficientes para que cuando fueron liberados pudieran organizar una comunidad, con minian jevrá kedushá (sociedad funeraria. A medida que aumentó el número de los integrantes de la comunidad debido principalmente a la inmigración procedente de Inglaterra y Alemania, se organizaron kehilots (comunidades organizadas) en las ciudades de Sydney (1831) y de Melbourne (1841), que se convertirían en los dos centros de la vida judía. La Kehilá de Sydney fue fundada por Joseph Barrow Montefiore, un primo de Sir Moses Montefiore.
 La congregación Sydney llevaba a cabo sus servicios religiosos en casas y tiendas hasta 1844, cuando pudo construir la primera sinagoga en Australia. Ésta fue seguida rápidamente por la construcción de sinagogas en Hobart (1845), Launceston (1846), Melbourne (1847) y Adelaida (1850).
 La fiebre del oro de la década de 1850 atrajo a más inmigrantes judíos, por lo que los nativos fueron superados rápidamente por los extranjeros.  Muchos de estos inmigrantes se establecieron inicialmente en las localidades rurales, y no en las principales ciudades de Melbourne, Sydney, Perth y Adelaida. El temor a la asimilación, sin embargo, determinó finalmente que la mayoría de los judíos de Australia se instalara en las ciudades a fines del siglo XX. En consecuencia, la creciente comunidad de Sydney pronto necesitó instalaciones más grandes, y en 1878 se construyó la Gran Sinagoga, que fue ampliamente considerada como el lugar más impresionante de culto en Australia.
 Australia sigue siendo hasta hoy el único país en el mundo, con excepción de Israel, donde los judíos estuvieron incluídos entre los fundadores de la nación. Como consecuencia fueron tratados desde el principio como ciudadanos iguales de todo derecho.  En contraste con la Europa contemporánea, los incidentes de antisemitismo eran muy raros en Australia.  Los judíos fueron  libres de participar en la vida económica y cultural, y desempeñaron un rol muy importante en su desarrollo. El primer teatro de Australia, por ejemplo, fue construido por un judío, y un compositor judío, Isaac Nathan, ha sido descrito como el "padre de la música australiana." Los judíos también actuaron como funcionarios públicos. En el siglo XIX, prominentes judíos ostentaron altos cargos políticos, incluido el alcalde de Melbourne, el primer ministro del Estado de Australia del Sur, el presidente de la Cámara de Representantes, y el presidente del Parlamento. Curiosamente, estos líderes políticos eran con frecuencia los jefes de sus respectivas kehilots
 Además de los aschkenazíes que rerpresentan a la gran mayoría de la población judeo australiana, una pequeña comunidad sefardí prosperó a mediados y finales del siglo XIX. Por unos veinte años hubo una congregación sefardí, y esas familias prominentes como los Montefiore  ocuparon importantes posiciones sociales y comunitarias. Poco a poco, sin embargo, la población sefardí disminuyó, y la congregación fue disuelta por 1873. 
A finales del siglo XIX y principios del XX, Australia fue unificando sus colonias y se convirtió en una nación independiente, una ola de inmigración procedente de Europa reforzó la comunidad judía, tanto en términos de números como de observancia. Los refugiados que huyeron de los pogromos en Rusia y Polonia en la década de 1890, trajeron una  renovación de la tradición a las comunidades asimiladas. Tras la Primera Guerra Mundial, otra corriente de judíos llegó al país, y cuando Hitler llegó al poder en Alemania en 1933, esa corriente se convirtió en una inundación.
El gobierno australiano estaba indeciso acerca de abrir sus puertas a tantos inmigrantes, pero en 1938 decidió destinar 15.000 visas a las "víctimas de la opresión." Unos 7.000 judíos utilizaron estos visados ​​antes del estallido de la guerra en 1939. 
La afluencia de inmigrantes condujo a una división entre los centros judíos urbanos. La mayoría de los judíos que vivían en Sydney eran de Europa occidental y central, tendían a ser más seculares que sus contrapartes de Europa del Este, que, en general, se asentaron en Melbourne. Como resultado, Sydney se hizo conocida por su población judía secular y Melbourne por su muy ortodoxa comunidad. Al mismo tiempo, también Perth se convirtió en ortodoxa con la llegada de miles de observantes sudafricanos.
Pero si los inmigrantes alemanes y húngaros eran seculares en comparación con los rusos y los polacos, todavía eran mucho más religiosos que los australianos. Por lo tanto, incluso los australianos que no eran ortodoxos gradualmente se involucraron más en los asuntos comunales. Se orientaron a centrar más sus energías en la educación, el sionismo, y la lucha contra el antisemitismo, que permitía participar a los no religiosos... Para el final de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad estaba muy unida en su oposición a la asimilación, y se estaba convirtiendo gradualmente en más observante ritualmente.
La evolución de la posguerra
Como consecuencias de la guerra, aún más judíos europeos llegaron a Australia, la mayoría desde los campos de desplazados. La tendencia hacia la observancia continuó creciendo, sobre todo una vez que el  movimiento Lubavitch logró un punto de apoyo, y la asistencia escolar aumentó de manera constante.. A principios de 1980, un censo indicó que la población judía estaba aumentando y que el matrimonio mixto había caído una vez más a uno de los niveles más bajos de la diáspora. La inmigración no se detuvo, y, en 1989, el flujo de inmigrantes, principalmente de Sudáfrica fue aumentado por los refugiados de la recién disuelta Unión Soviética 
La comunidad sefaradí también se revitalizó en el período de posguerra. Desde la desaparición de la comunidad de ese origen a finales del siglo XIX, los sefardíes tuvieron un momento difícil para lograr entrar a Australia debido a la Australia blanca y racista instituida por el gobierno. En 1956, a raíz de la crisis del Canal de Suez en Egipto, el gobierno comenzó a permitir que un un grupo de judíos egipcios selecciones pudiera entrar en el país. En los años siguientes, la presión de las comunidades judías provocó que el gobierno abandonara su postura anti-sefardí. En 1969, cuando el gobierno iraquí comenzó a perseguir a los judíos, Australia permitía que cualquier refugiado pudiera entrar a Australia.
Hoy en día, entre 115.000 y 120.000 judíos viven en Australia, que tiene una población total de más de 23 millones de personas. La comunidad judía de Australia es la mayor comunidad judía en la región del Pacífico asiático. 80 por ciento de los Judíos australianos viven en Melbourne (50.000) y Sydney (45.000), pero también hay comunidades significativas en Perth, Brisbane, la Costa de Oro y Adelaida. Melbourne todavía es considerado la más religiosa de las dos ciudades, con alrededor del 80 por ciento de sus judíos declarándose tradicionales.
No obstante, Sydney cuenta con numerosas sinagogas y organizaciones judías,  y también existe una muy alta tasa de aliá a Israel.MILIM CULTURAL

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